La madera como sistema constructivo, encuentra en Argentina materia prima disponible y enormes ventajas ambientales que brindan sustentabilidad. Para desarrollar este mercado hacen falta políticas públicas para favorecer el desarrollo de la actividad y una articulación público-privada afirma el gerente comercial de la Cámara de la Madera (Cadamda), Daniel Lassalle.
Según un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), el déficit habitacional asciende a unas tres millones de viviendas en todo el territorio nacional. Bajo ese contexto, los plazos de construcción con materiales tradicionales (ladrillos, hierro, piedra, cemento y arena) es una de las limitantes, ya que se estipula que lleva desde ocho meses a un año concluir una vivienda. A ello, la alternativa de Cadamda, es el sistema de entramado de madera, conocido en Estados Unidos como Ballon Frame de construcción en seco, donde una vivienda tipo de unos 60 m2, puede concluirse en solo dos meses. Así se podrían construir unas 100 mil viviendas extras por año.
Argentina cuenta con una superficie de 1.2 millón de hectáreas de bosques cultivados y ostenta una de las mejores tasas de crecimiento mundiales en especies como el pino o el eucalipto, que son de las más utilizadas en el mundo para la construcción.
No solo la velocidad y el ahorro de costos son factores determinantes, la sostenibilidad ambiental juega un papel preponderante en el mundo de la construcción. “Si se compara la cantidad de energía que se utiliza para producir por ejemplo aluminio, hierro o cemento con la madera, la diferencia es abismal. Otro punto crítico es la huella de carbono neutral de la madera, ya que en su vida el árbol secuestra carbono de la atmósfera que queda almacenado en una viga o un machimbre, contribuyendo así a mitigar los efectos del cambio climático”, explicó Lassalle.
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