El discutido proyecto del baipás en la avenida 28 de Julio motivó el inició de diálogos entre las facultades de Arquitectura de distintas universidades de Lima. Su posición crítica ante esta y otras obras, además de la búsqueda de soluciones concretas a los problemas de la ciudad, dieron lugar a la conformación de la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima (UDEAL), que viene realizando marchas y actividades para concientizar a los ciudadanos. Conversamos con Adriana Jave, Joaquín Márquez, Brenda Castillejo y Dulce Romero, voceros de la agrupación, para conocer más sobre sus puntos de vista e hicimos una sola voz en la presente entrevista.
¿Cómo surge la idea de formar esta organización? En principio se juntaron estudiantes de la Universidad Católica y la UNI, pues en sus facultades de Arquitectura había una posición crítica sobre las políticas urbanas dentro de la ciudad. Luego se juntan con la Organización Peruana de Estudiantes de Arquitectura (OPEA) y empiezan a hacer talleres en varias facultades, cuestionando lo que se viene haciendo en la ciudad y proponiendo soluciones.
Ustedes empiezan a salir a las calles tras el anuncio del baipás en 28 de Julio… La UNI fue la primera universidad en plantear la necesidad de tomar una posición respecto a esa obra, y la Unión acogió esa idea. Desde entonces empezamos a involucrarnos más en las propuestas y nos dimos cuenta de que había movimientos estudiantiles en otras facultades. Cuando decidimos hacer un conversatorio en la Plaza Bélgica, encontramos a compañeros de la UPC, Ricardo Palma, U. de Lima, entre otras, que tenían la misma conciencia que nosotros respecto a estos proyectos. Desde entonces se fueron sumando facultades a la Unión.
¿Consideran que la ciudad se maneja sin seguir un plan de desarrollo urbano? Sí, porque el plan vigente es uno que ya debió ser superado. Regía hasta el 2010 pero lo han seguido prorrogando porque no hay ningún otro plan. Lo que sucede es que carecemos de un ordenamiento territorial, lo cual es algo totalmente visible. Por eso es que nacen una serie de proyectos individuales que no tienen relación uno con otro. Las iniciativas en favor de la ciudad son aisladas y solo generan mayores gastos. Lo que necesitamos es un plan que integre todo de forma global. A nivel distrital, por ejemplo, cada alcalde tiene sus propios proyectos y son más de 40. Muchos de estos planes se superponen a iniciativas metropolitanas o estatales y, al final, cuando llegas al borde del distrito y pasas a otro, no ves ninguna continuidad.
En diciembre del año pasado se presentó el PLAM 2035, pero ha sido prácticamente desestimado por la actual gestión… Nosotros hemos estudiado ese plan hace buen tiempo, pues ya era conocido por los estudiantes antes de que sea publicado. Creemos que había cosas buenas y aspectos por mejorar. Consta de cinco ramas y cada una se complementa con la otra. Pero como dices, este plan ha sido dejado de lado por la actual administración. Esto ha ocasionado que se cancelen muchos proyectos y salgan otros que van en contra del plan original.
El tema con el PLAM 2035 es que se ha gastado mucho dinero y ha estado involucrado todo el mundo académico. Si bien es cierto que tiene puntos controversiales, son cosas que se pueden discutir. Pero no podemos negar que esa iniciativa cuenta con una base de datos sin precedentes acerca de infraestructura urbana. Pensamos que ese trabajo no se debería perder. Basta de gobiernos de solo cuatro años y de manejar Lima a la manera de la gestión vigente.
¿Qué actividades vienen realizando para dar a conocer sus puntos de vista? Creemos que la primera herramienta que se le debe dar a una persona es el conocimiento, ya que es fundamental para que comience el cambio. Partiendo de esto, nosotros estamos yendo los sábados a diferentes puntos del Centro de Lima, como la Plaza Bélgica, Plaza San Martín, Parque de la Exposición, Jirón de la Unión, entre otros, donde informamos a los ciudadanos. Estas actividades generan todo tipo de reacciones. Hay quienes escuchan con cautela mientras que otros muestran su desacuerdo desde el comienzo. Pero nosotros vamos explicando punto por punto por qué determinadas obras son malas y por qué es que necesitamos un plan. Sabemos que no es un tema atractivo, los políticos no hablan de planes porque eso los obliga a cumplir metas y dar cuenta de lo que vienen haciendo, comprometiendo así su eficiencia.
En nuestros “Boom Informativos” explicamos punto por punto cada tema, siempre con argumentos orientados a ejemplos. Así es como la gente se da cuenta. Al final de las charlas la gran mayoría cambia de opinión. Incluso se forman debates entre el mismo público, produciéndose un efecto multiplicador.
El Colegio de Arquitectos del Perú (CAP) se pronunció a su favor. ¿Cómo tomaron esta postura? Recientemente hicimos un plantón en la sede del CAP con el objetivo de que adopten una postura sobre el baipás. Si bien ese día emitieron un pronunciamiento a nuestro favor, este solo se quedaba en generalidades y términos vagos. La Unión planteó ir y pedir la palabra, pues se estaba realizando un foro sobre temas urbanos. En un comienzo la respuesta fue temerosa, tal vez porque no querían perjudicar su imagen. Pero progresivamente se logró llegar a un acuerdo y se decidió formar una mesa de trabajo. De esa forma nos percatamos de que el CAP piensa lo mismo que nosotros respecto a la gestión municipal, pero tienen restricciones formales. Nuestra propuesta fue que nosotros seamos la herramienta difusora y que ellos nos brinden su respaldo institucional. Fruto de ello se publicó a nivel nacional un pronunciamiento por parte de ellos. Más allá de eso, creemos que se debe dar un paso adelante y salir del formalismo.
¿Por qué consideran que el baipás no es una solución al tránsito vehicular? El baipás de 28 de Julio prioriza la circulación de ciertos vehículos. Si uno ve el plan de desvíos y los gráficos de planteamiento, se da cuenta de que el transporte público no va a pasar por ahí, solamente los autos particulares, que a lo mucho son el 20 por ciento del parque automotor. La congestión se va a mantener y los peatones perderán espacio. La municipalidad no ha seguido ningún plan para hacer esta obra y solo se beneficiarán quienes la ejecuten. Algo que también es cuestionable es que todas las gestiones están seleccionando solo a ciertos arquitectos para todos los proyectos. Creemos que sería bueno que todas las obras públicas se hagan por concurso. No podemos darle todo el peso a unos cuantos.
A raíz de su posición crítica se les ha vinculado con la gestión anterior… Es cierto. Nos han tildado de “Susanitos”. Pero creemos que Villarán tuvo problemas igual o más graves, así como Andrade en su momento. Nosotros no acusamos a una sola gestión, creemos que todas tienen responsabilidades. El último plan se hizo cuando Lima no tenía ocho millones de habitantes y el transporte público no había sido entregado a la libre competencia. Pero no olvidemos que, desde 1980, todas las gestiones han continuado el plan vigente o han realizado variaciones, a excepción de la de Castañeda en sus dos gobiernos. Esta es una muestra clara de desinterés total por la ciudad.
En el PLAM 2035, por ejemplo, el eje estratégico “Lima Conecta” considera como una de las grandes vías una parte de la avenida Javier Prado, en San Isidro. El plan apuesta a que esa zona seguirá siendo el centro financiero, cuando debemos pensar que en cualquier momento va a colapsar. Entonces, en vez de aumentar la cantidad de estacionamientos deberíamos promover el uso de las bicicletas. Pero, salvo algunas recomendaciones, no hay una postura clara sobre sistemas alternativos de transporte.
¿Cuál es su postura respecto al tercer carril de la Costa Verde? El tema de la Costa Verde es un error conceptual que se arrastra desde los años 70. Ahora solo es considerada como una vía rápida, cuando debería ser un lugar de encuentro y recreación. Un lugar que orgánicamente estructure la ciudad y permita realizar varias actividades. Pero hay un problema de jurisdicciones y de planificación. Falta un manejo ambiental y una gestión de los recursos de los terrenos y ecosistemas que posee.
El ciudadano no se da cuenta de que somos la única capital de Sudamérica que está frente al mar y que eso nos brinda grandes ventajas. Pero lejos de eso, se ha implementado un tercer carril que ya ha sido dañado por el oleaje, no ha aliviado el tráfico y registra accidentes casi todos los días.
¿Prioriza a los vehículos? Sí. La idea detrás de este proyecto es darle un escape a la ciudad y evidencia que nuevamente se le da más importancia a los vehículos. La Costa Verde es considerada desde los años 60 como una Vía Expresa alternativa. Nunca se le ha visto como un lugar de esparcimiento. En lugar de hacer un tercer carril deberíamos reducirlos e incrementar la sección de vía para el peatón. Para los carriles que quedan, en vez de orientarlos al uso de autos particulares como vía rápida, podrían ser rutas de transporte público. Cuando protestamos por eso nos dicen que somos como “el perro del hortelano”, ya que tampoco usamos la Costa Verde. Pero eso se debe a que no existen vías o accesos para peatones o ciclistas, salvo en Chorrillos. Además, actualmente es un lugar inseguro y contaminado. La parte de Magdalena, por ejemplo, es prácticamente un relleno sanitario.
¿Consideran que existe un pensamiento crítico mayor por parte de los ciudadanos? Sí, pero todavía hay mucho por hacer. Existe un gran problema y es que mientras a uno no se le dañe directamente se va a mostrar indiferente con lo que pase en la ciudad. Alguien que vive en Lince, por ejemplo, no se va a preocupar por lo que pase en los distritos costeros. Entonces surge la necesidad de generar conciencia en todos los ciudadanos.
Es evidente que hay una voluntad mucho mayor por involucrarse en este tipo de temas. Eso se debe en parte a que hay un mayor acceso a la información. Pero queda pendiente la tarea de empoderar a la población en los aspectos técnicos, que parten de la arquitectura y el urbanismo, contribuyendo a una mejor calidad de vida. Nosotros nos hemos levantado como estudiantes porque nos hemos dado cuenta de que ya no vivimos con miedo a pronunciarnos. Nuestra voz tiene un peso y juntos podemos hacer que se nos escuche sin caer en la violencia. Como UDEAL queremos fomentar nuestras iniciativas, primero, en las casas de estudios, para unirnos y sacar esto adelante, sin necesidad de pertenecer a un partido político.
Los integrantes de la UDEAL mantienen una posición crítica respecto a varias obras municipales como la construcción del baipás en la avenida 28 de Julio o la implementación de un tercer carril en la Costa Verde, al considerarlas improvisadas y poco efectivas para solucionar los problemas de la ciudad.
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