Pronto el Grupo Brescia construirá la Torre Rímac. Tendrá 208 m de altura en 45 pisos. Se levantará en el terreno de la otrora Torre Limatambo, diseñada en 1954 por el reconocido arquitecto Enrique Seoane; y que era una estructura que familiarmente llamábamos “el edificio Coca Cola”. Su demolición capturó la atención desde su génesis por el inmenso recubrimiento verde con iconografías que evitó observar su desaparición y porque no ha sido un estorbo para el congestionado tránsito de la av. Javier Prado, ni para los vecinos del distrito ¿Cómo lo lograron?
La demolición implicó la evaluación de alternativas como explosión e implosión, ambas descartadas por los expertos. Se realizaron mediciones ambientales de ruidos, control de polvos, de emisión de gases, modelamiento de la torre y simulaciones, entre otros. Al final se recomendó comenzar la demolición de la estructura desde el piso más alto hacia los pisos inferiores teniendo precaución en situar las máquinas en el sector de las losas en voladizo y las losas aligeradas. Un intenso trabajo de ingeniería y tecnología ejecutado por las empresas Eivisac Ingeniería y Siga Ingenieros Perú, para demoler, en un plazo de seis meses, una torre de aproximadamente 36 m en 11 pisos, contando con la cimentación.
EVALUANDO ALTERNATIVAS
La demolición con explosivos de edificios, generalmente se realiza en estructuras con poca enfierradura (países sin problemas sísmicos) y con estructuras esbeltas y de base reducida, con el fin de conseguir una caída en su propia base o dirigida hacia un costado.
El edificio Limatambo presentaba características que no viabilizaban una demolición con explosivos por su gran densidad de fierro, una base extendida y su ubicación urbana. “Hay demoliciones que requieren que se realicen por implosión, este no era el caso porque en Lima la reglamentación no permite utilizar explosivos dentro de una obra. Además, para poder hacer una demolición con implosión se requieren una serie de características del inmueble como altitud, esbeltez, peso determinado. Si tuviéramos un cubo, no es recomendable demoler por implosión, porque con detonantes el cubo se va a sentar, no demoler. Y no es el fin. La idea es colocar cargas estratégicamente distribuidas en el edificio y que este, con su peso, se dirija al colapso”, nos ilustra el gerente general de Eivisac Ingeniería, ingeniero Erik Vildoso.
La enfierradura que poseía el edificio Limatambo estaba diseñada para soportar movimientos sísmicos. Así lo evidenciaba en sus pilares, vigas, losas, caja de ascensor y escalera, determinando que su estructura de concreto esté amarrada por fierros. Respecto a la base extendida del edificio que se puede interpretar para diseño de desplome en dos estructuras, lo que sumado a la cantidad de fierro que poseía, la acción de desplome tenía una alta probabilidad de fallar al no obtener todos los cortes de fierro para dar salida a los volúmenes, posibilitando que la estructura se apoye en uno de los dos lados de la base, cambiando la dirección de caída y no posibilitando su desplome, dejándola estructuralmente dañada e inclinada.
Su ubicación urbana no permitía utilizar una gran cantidad de explosivos debido a la fuerte estructura de concreto armado que poseía. El efecto de diseño de desplome con explosivos trabaja con la proyección de ciertos volúmenes estratégicos de concreto armado en diferentes zonas de la base del edificio, diseño que requiere de corte de fierro y proyección o demolición del concreto, acción que requiere gran cantidad de explosivo para el fierro y de un explosivo removedor para el concreto. Esta densidad de carga de explosivos requerida significaba una gran magnitud de secuencias de ondas de choque que afectaría a los edificios y construcciones circundantes.
EL PROCESO
El proceso de demolición partió levantando el edificio mediante el software Revit de Building Information Modeling (BIM). Basada en la información entregada por levantamiento en situ, el edificio fue modelado en un software estructural de elementos finitos Sap2000 V.14, que permite realizar modelamientos de demolición. De acuerdo al resultado del análisis estructural estático y dinámico, la demolición se efectuó piso por piso desde la azotea al tercer piso, por volúmenes de 1,000 kg a 1,500 kg para vigas, pilares y muros.
La metodología desde el tercer piso al subterráneo se realizó con máquinas trituradoras y martillos hidráulicos. Para la demolición de concreto armado, los volúmenes de vigas, pilares y muros, se redujo en piso con máquinas; para losas se bajó el concreto por ducto y, por ascensor, enfierradura y volúmenes de concreto.
“Antes de empezar la demolición, a través de dos software estructurales diferentes, hacemos un modelamiento estructural del edificio para la simulación. Con uno prevemos qué es lo que sucedería ante determinados procedimientos y con el otro vemos de qué manera atacarlo. Nuestra oficina de ingeniería se encarga del tema del modelamiento en BIM y se procede. Es importante determinar la capacidad de carga en las losas para decidir los equipos que pueden subir. Este edificio tenía una configuración estructural que permitía maquinaria entre seis a siete toneladas, pero nosotros colocamos menos peso por seguridad”, precisa el experto.
La demolición de la Torre Limatambo tuvo consideraciones de contacto e interacción con el público a través de la iconografía de la malla de seguridad. La demolición proyectada fue por piso debido al levantamiento y análisis estructural. Las losas fueron demolidas y bajadas como escombros desde los respectivos niveles.
METODOLOGÍA CONVENCIONAL Y PLASMA
Para la demolición se usaron cortadores que usan como elemento el plasma, que es un producto no explosivo compuesto de sales metálicas. Por medio de equipos iniciadores se generó una señal eléctrica de características específicas, la que produjo la reacción del plasma, desplazando y fracturando el concreto.
Con el método convencional, la demolición proyectada fue por piso debido al levantamiento y análisis estructural, que no permitió debilitar la estructura en diferentes niveles al mismo tiempo, condición de borde que obligó a trabajar por extracción los volúmenes de concreto armado en un mismo nivel, que fueron bajados a piso para posteriormente ser demolidos con mayor potencia y rapidez. Las losas fueron demolidas y bajadas como escombros desde los respectivos niveles.
En tanto, el diseño de demolición de concreto armado con plasma fue utilizado en zonas específicas, fracturando vigas, pilares, losas y cajas de ascensor. Esto permitió descubrir la enfierradura con rapidez para permitir su corte con equipos específicos.
“La demolición fue de arriba hacia abajo, los elementos que podían ser demolidos a través de impacto se destruyen y hay otros elementos que requieren ser desmontados por su configuración que lo hacen peligroso al saltar esquirlas a las propiedades vecinas o hacia la calle. Previo a cubrir toda la edificación se hacen los desmontajes, ya sean puertas, ventanas, entre otros”.
MAQUINARIA UTILIZADA
Se solicitó hacer una comprobación de tensiones en la losa que sería sometida a una carga efectuada por un mini-cargador y mini excavadora con martillo, los mismos que demolerían los elementos del piso en el cual se trabajó. Se modeló la máquina como cuatro cargas distribuidas puntuales de 1 Tn por rueda y se dispuso las cargas de operación en las losas de mayor área, ya que se obtiene un efecto más desfavorable. “Se utilizaron excavadoras con martillo, cargadores frontales, mini cargadores, mini excavadoras, martillos neumáticos, martillos hidráulicos, cortadoras de hilo diamantado, perforadoras de concreto, perforadoras neumáticas y perforadoras con diamantina”, explica.
“El desmonte se fue acumulando en botaderos internos, se procesó el concreto a granulometrías determinadas que pudieran ser utilizadas para rellenos o utilización de morteros simples que no sean estructurales. Se separó el acero a otro punto de acopio para que pueda ser reutilizado en fundiciones y volver a fabricar barras de acero. Tratamos que la demolición sea un negocio sostenible ambientalmente y no llenar los botaderos con todo tipo de basura”, detalla el ingeniero.
PROTECCIÓN
Con relación a la protección de la obra se informó que se utilizó una malla adosada al edificio, previamente modelada y que además ha considerado su integración con el entorno. “Es la primera demolición en el Perú que ha tenido consideraciones de contacto e interacción con el público, con el entorno, con la población que transita por la ciudad. Normalmente las obras son cubiertas, pero teniendo en consideración que se trataba de un edificio emblemático que le daba cierta identidad a la ciudad y siendo conocedores que el edificio que vendrá será un nuevo ícono de la nueva Lima, se trató de brindar esta interacción. En las mallas cuando se inició la demolición, colocamos iconografías pintadas por el artista Jade Rivera, que abarcan más de tres pisos. El carácter era darle a conocer a la ciudad que el edificio, que de por sí tenía una magia por ser “el de Coca Cola”, iba a desaparecer mágicamente, pero sin molestar al entorno, al carácter visual. El sombrero de mago indicaba que el edificio desaparecería mágicamente y las palomas volando simbolizaban a las personas que vivieron, trabajaron y que un día tuvieron que dejar el sombrero. Finalmente, el conejo simboliza a los que vendrán y volverá la magia. No somos demoledores, no somos destructores, somos creadores de nuevos espacios”, finaliza el ingeniero Vildoso.
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