La diseñadora de interiores Erika Zielinski participó en Casa Cor 2015 con el Opera Loft, un ambiente de características industriales que se mezcla con elementos comunes del mundo de la ópera, creando un nuevo estilo Baroque Industrial. El lugar cuenta con materiales reciclados como tuberías antiguas y materiales de construcción como madera, concreto y ladrillo expuesto, que contrastan con llamativos telones de seda y terciopelo.
El espacio ofrece un “bosque” de columnas y vigas que se distribuyen y enmarcan cada uno de los ambientes, como si se tratara de escenarios que propician un viaje por mundos de fantasía, pero contando con las comodidades de la vida actual.
“La inspiración proviene de mis paseos por el IX distrito de París, donde se encuentra la Ópera Garnier y mi última visita a Nueva York el presente año”, comenta Zielinski acerca de su inspiración para el diseño. “Me llamó mucho la atención el contraste entre el lujo barroco del Palacio Garner y los materiales en bruto de los lofts y bares de Soho y Nolita, por lo que he querido experimentar una fusión entre ambos mundos”, señala.
El Ópera Loft ocupa un área de 85 m2 dividida en seis ambientes, incluyendo sala, cocina, comedor, sala de piano, dormitorio y hall de ingreso. En el “primer acto”, el visitante es recibido con un telón morado que da paso al recibidor, dos sillas negras talladas de estilo francés, un candelabro de fierro y un baúl antiguo proveniente de la India.
Para el lado derecho, a través de una jardinera de fierro oxidado con macetas en forma de prisma se puede observar el dormitorio, inspirado en el lejano Oriente, donde “Madame Butterfly” descansa en un sitio cómodo y acogedor. La cama está flanqueada por lámparas de papel inspiradas en la técnica del Origami del diseñador japonés Issey Miyake. Como fondo de la escena hay una cortina de seda y un mosaico de maderas antiguas.
En el “segundo acto” destaca un piano negro de cola rodeado de restos de los capiteles de mármol del Palacio Marsano, iluminado por dos lámparas String Light de Flos y sobre una alfombra tipo persa tejida en lana negra y dorada.
Al lado derecho se encuentra un comedor de carácter festivo para seis personas con un espejo en la pared que lo hace ver más grande. La mesa fue hecha con dos tablones de madera sólida que vuelan desde la pared para sostenerse por una pata compuesta por “rulos” de fierro fundido, y está rodeada por sillas estilo Luis XV. La vajilla es de cristalería europea y la escena se enmarca por dos telones de terciopelo azul, verde y fuscia.
El “primer acto” del Ópera Loft incluye un telón morado en el hall de ingreso y un dormitorio inspirado en el lejano oriente. En el “segundo acto” resalta un piano negro iluminado sobre una alfombra tipo persa, así como un comedor para 6 personas decorado con carácter festivo.
La sala y la cocina del loft conforman el “tercer acto”. Ambos ambientes se encuentran integrados y comparten el acabado del techo con efecto de óxido, así como el enchape de ladrillo artesanal expuesto que rodea las ventanas de pino oregón recuperado. La luz se concentra en un conjunto de tuberías antiguas inspiradas en la iluminación teatral para la parte de la sala, y en la cocina pasan a ser lámparas colgantes. La misma tubería se convierte en una cava de vinos.
Zielinski se basó en obras como “Nabucco” y “Aída” para diseñar la sala. La mesa de centro es un objeto antiguo de la India elaborado con madera, fierro y bronce adquirido hace 10 años, sobre la cual se halla una bola negra de piedra semipreciosa de obsidiana y un coral natural. El sofá es color hueso y la da luz al ambiente. Detrás de él cuelgan dos celosías de bronce tejido con forma de estrellas marroquíes, obra del arquitecto Enrique Leguía, que le brinda textura a la pared oxidada. También se encuentra una silla en rattán natural de 1920 tejida a mano, junto con una lámpara de Metal Lab que crea un ambiente de lectura.
La cocina fue implementada de manera que se integre a la zona social del Loft en grises y negros. Cuenta con una isla grande y maciza que esconde una mesa auxiliar de tuberías y madera hecha por Metal Lab. Las campanas ayuden a disipar los olores y el humo, y su diseño escultural en acero inoxidable las hace lucir como obras de arte.
Al salir del loft, el visitante se topa con un imponente espejo francés del siglo XIX tallado en madera y bañado en pan de oro, que cierra con “broche de oro” la estancia en el Ópera Loft de Erika Zielinski.
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