En la ciudad portuguesa de Guimarães se construyó un cine no convencional en el que la única forma de ver una película es introducir la parte superior del cuerpo en una de las 16 boquillas que apuntan hacia abajo. El proyecto fue concebido por el arquitecto británico Colin Fourier, en asociación con la artista polaca Marysia Lewandowska y el estudio londinense NEON.
La estructura se llama “Centipede Cinema” (Cine Ciempiés) porque las extremidades inferiores de los espectadores quedan expuestas y producen una forma similar a una especie de muchas patas. El material elegido para la estructura fue el corcho. “Queríamos mostrar que el corcho se puede utilizar con fines arquitectónicos. Lo usamos para la piel interior y uno oscuro especial para crear el efecto ‘black out’ necesario para el cine”, detalla Fournier.
La estructura crea un fuerte contraste con las calles históricas de Guimarães, que se repite en la yuxtaposición lúdica de la realidad y el mundo de la ficción. Además, se ve influido por el medio ambiente local y las industrias tradicionales de la zona.
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