Hace pocos meses la Municipalidad de Lima inició la construcción de un malecón en la Costa Verde, en la parte correspondiente al distrito de Miraflores. Se trata de una infraestructura peatonal y una ciclovía de 700 m de longitud cuyo objetivo, según la comuna, es proteger a los ciudadanos. No obstante, especialistas sostienen que la obra es perjudicial porque dificulta el acceso a la playa, pone en riesgo a los peatones y no cuenta con permisos para su construcción. Al respecto conversamos con la arquitecta Liliana Miranda, del Foro Ciudades para la Vida.
¿Por qué considera que la obra del malecón en la Costa Verde es antitécnica? En principio, es un malecón elevado cuya construcción no se ha consultado a nadie. Yo estuve en una reunión donde el arquitecto Patricio Ricketts, encargado del diseño integral del malecón, nos presentó el proyecto cuando ya se estaban iniciando las obras. Segundo, lo que se está tratando de hacer es superar un problema generado por el tercer carril, pero en realidad se está ocasionando problemas a los bañistas porque cogen espacio de la playa. Es una solución entre comillas porque dicen que es para peatones y ciclistas, pero no pueden ser los dos porque no cumplen las condiciones técnicas. Debe ser uno o lo otro. Además, la altura de la pasarela es muy baja, existe riesgo de sufrir algún golpe al pasar por debajo. Tampoco lo han hecho al borde. En un lado tienes el tercer carril, que tampoco tiene vía auxiliar, luego unas piedras en un ancho de 1.5 metros que han aplanado porque iba en dirección hacia abajo. Recordemos que meses atrás hubo una campaña en rechazo a la colocación de piedras para proteger el tercer carril. Esas mismas piedras han sido cubiertas con otras de menor tamaño, como canto rodado grande, y ahora la pendiente para bajar a la playa es muy empinada y peligrosa.
¿Cómo podrían verse afectadas las personas que bajen a esas playas? Si la persona está abajo y hay un oleaje, con las piedras resbalando, subir sería muy difícil porque no hay gradas. Luego se debe pasar por debajo de la pasarela y tener cuidado de no ser atropellado. Y de los discapacitados nos olvidamos, ahí no pasa nadie que sea ciego o en silla de ruedas. Hay una grave exposición al peligro. Otro factor a considerar es que la pasarela genera sombra permanente en la playa, cuando las personas en realidad van a solearse. Tienen que ir al borde de la playa, que es además la más angosta de la Costa Verde. El mar está erosionado y ahora han tomado un espacio para dejarlo vacío, luego la pasarela bajo sombra y después la zona empinada. Los bañistas cuentan con una pequeña zona plana y si hay un fuerte oleaje resulta imposible bañarse.
¿Un mal diseño? Sí. Es como si tuviéramos todas las condiciones para hacer un mal diseño, sin que se respeten las normas, con un tercer carril que no tiene estudio de impacto ambiental, la pasarela carece de licencia de construcción, no cuentan con autorización de Dirección General de Capitanía y Guardacostas (Dicapi) ni con la licencia por parte de la municipalidad distrital. Incluso el tercer carril no cumple con las normas técnicas del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para este tipo de vías.
PREPOTENCIA URBANA
Pese a todas estas observaciones las obras ya registran un gran avance… Me parece que el alcalde de Lima debería detener la obra. Reflexionar, revisar lo que está y tratar de corregir. Pero a partir de lo que viene sucediendo surge el concepto de prepotencia urbana. Ya no estamos ante la informalidad solamente, ahora hay imposiciones frente a la oposición y las protestas. Son espacios públicos que están siendo entregados a los autos.
Sobre los que ya se tiene ¿Cuál sería la propuesta? Lo más acertado sería que se elimine el tercer carril porque no hay espacio. Puede volver a ser una vía auxiliar o en todo caso recuperar la vereda, incluso instalar una ciclovía. Otra opción es extender la playa ganándole terreno al mar otra vez. Pero para eso se necesita elevar todo, y ese es un movimiento de tierras muy importante, y no parece haber intención de hacerlo. El tipo de erosión costera en esa zona es tan fuerte que avanza aproximadamente entre uno a dos metros sobre la tierra cada año. Esta es una tesis de maestría que hemos entregado a la Municipalidad de Lima. Es un estudio bien sistemático, con fotos aéreas, georreferenciadas, analizando año tras año cómo se ha ido perdiendo territorio al mar. Ese espacio favorece a autos privados, ni siquiera el transporte público.
¿Han presentado denuncias? Así es. Hemos presentado denuncias al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), que la transfirieron al MTC. Ahí dijeron que no existen sanciones reglamentadas en este tipo de casos. El único que tiene competencia para paralizar la obra es el municipio distrital. Pero resulta que el mismo profesional que coordina la obra, el arquitecto Jorge Ruiz de Somocurcio, se encarga del plan de desarrollo urbano de Miraflores.
Entonces… Lejos de parar esto, se está pensando en hacer nuevas construcciones en el acantilado. La Municipalidad de Miraflores le ha otorgado licencia de construcción a la cadena de hoteles Hyatt. Y eso ocurrió cuando el acantilado estaba declarado intangible según la ordenanza 1414, firmada por el alcalde Luis Castañeda. Cómo entonces se puede dar una licencia. Eso es lo que denomino prepotencia urbana. Pasar por encima de todas las normas, y nadie parece estar interesado en hacerlas respetar. El Poder Judicial y el MTC no han dicho nada, la Marina de Guerra se pronunció en un comienzo por la colocación de piedras pero después dejó todo. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tampoco ha aclarado de dónde salió el contrato de la pasarela y licitación.
¿En qué otras obras se observa este concepto que plantea sobre prepotencia urbana? Magdalena es un claro ejemplo. Recientemente, hubo un conflicto entre los vecinos y el alcalde Francis Allison por abrir, nuevamente, más espacio a los autos mediante la tala de árboles en el jirón Félix Dibós. En ese caso, con un discurso de competitividad y con el pretexto de tener mayor fluidez en el tránsito, se está destruyendo la calidad ambiental y espacio público. También está el caso del baipás de la avenida 28 de Julio, donde arrancaron de raíz varias palmeras utilizando una grúa. ¿Tiene alguna denuncia penal el alcalde por eso? La ordenanza metropolitana de parques y jardines de Lima dice que por cada árbol que cortas tienes que plantar 10. Dice que tiene que haber un estudio para poder retirarlos y trasladarlos. Hay una serie de condiciones pero ninguna se respetó. Nos decían que el tercer carril era un contrato que no se podía romper. Es decir, sí pueden romper el contrato de Vía Parque Rímac para trasladar recursos para el baipás, pero no el del tercer carril. ¿Por qué uno sí y el otro no, con la misma gestión y las mismas condiciones?
¿Cree que se trate de actuar improvisadamente o ha sido calculado? Me parece que todo ha sido bien calculado. Regresando al caso de Magdalena, ahí han movido el tráfico hacia la calle donde han roto los árboles con el objetivo de darle valor al suelo. Quieren convertirlo en una zona empresarial dejando de lado la residencialidad. Las casas que tienen un jardín al frente tienen un valor, pero al quitarlo se pierde entre el 20 y 25 por ciento del mismo. Al final pierde el vecino de a pie, no el que tiene auto ni el empresario. Considero que estos asuntos son preocupantes, y que ya deberían estar actuando los colegios de arquitectos y de ingenieros. No puede haber reacción solo por parte de los vecinos. Hay que parar esta forma de actuar en la ciudad.
La Municipalidad de Lima viene ejecutando las obras del malecón de la Costa Verde en Miraflores sin contar con los permisos correspondientes, denuncia la arquitecta Miranda. Según indica, la altura de la pasarela es muy baja y obstruirá el tránsito de peatones, el ancho no es óptimo para una ciclovía y no hay facilidades para discapacitados.
CÓDIGO DE CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE
Cambiando de tema, hace poco el Gobierno aprobó el Código Técnico de Construcción Sostenible, ¿Qué se espera luego de ello? Es un gran avance porque es algo que está muy bien hecho. Es una pena porque se trata de un código voluntario, solo lo aplica quien desea hacerlo. Pero para quienes queremos ponerlo en práctica, nos ayuda porque se han legalizado muchas innovaciones. Antes, cada vez que pedíamos licencia para hacer saneamiento ecológico nos la negaban porque muchos aspectos no estaban en el código vigente.
¿Cuáles son los puntos más relevantes? El diseño pasivo para evitar el uso de calefacción y aire acondicionado, el diseño bioclimático, la eficiencia energética a través del uso de energías renovables, como solar y eólica. Destaca también la eficiencia hídrica y transmitancia térmica. Si tienes un techo de zinc, si hace calor afuera más calor hará adentro, lo mismo en caso haga frío. La transmitancia sería positiva, entonces se buscan materiales con transmitancia menor. Ya hay un reglamento para calcularlo, ya podemos definirlo, y el diseño puede hacer uso de estas normas técnicas para ofrecer mejor confort sin que nada sea artificial.
Muy poca gente conoce este código. ¿Cómo se hará para difundirlo? Es un trabajo que corresponde fundamentalmente al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Por nuestra parte, hemos publicado un primer libro llamado “Construcción Sostenible al Alcance de Todos”, y luego el segundo libro “Perú hacia la Construcción Sostenible en Escenarios de Cambio Climático”. La demanda es disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, y lo más importante para que esto pase es hacer que los edificios sean ecoeficientes. Para lograr una buena adaptación tenemos que cambiar nuestras fuentes energéticas, hacer edificios autosostenibles sin necesidad de conectarnos a la red, y que se puedan abastecer con energía solar o eólica.
¿En cuánto tiempo cree que se empezarán a notar avances? Los arquitectos e ingenieros todavía tienen que aprender a hacer uso del código, y en especial tenemos que entrenar a nuestra mano de obra, obreros, electricistas. Ellos tienen que saber, por ejemplo, cómo instalar un panel solar. Normalmente, una nueva tecnología o material constructivo tarda cinco años en instalarse. Y con el tiempo no será necesario que existan obligaciones de construcción sostenible y la gente va a querer hacerlo porque se van a mostrar los resultados.
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