El Parque Nacional de Biesbosch es una de las áreas protegidas más importantes de Holanda, ya que es uno de los pocos humedales de agua dulce en Europa. En su interior se encuentra el museo-isla Biesbosch, que fue sometido a una remodelación a cargo del estudio del arquitecto local Marco Vermeulen, quien mantuvo la estructura original y agregó una nueva ala de 1,000 m2 que incluye nuevas localidades.
A fin de brindarle valor ecológico al museo, todas las secciones fueron cubiertas por una densa capa de vegetación, haciendo que el recinto luzca como un paisaje de pequeñas montañas, atravesadas por un sendero que culmina en un punto de observación. Destaca la colocación de vidrios para reducir la entrada de los rayos solares, y una caldera de biomasa que brinda una temperatura agradable en época de invierno. Se implementó un filtro de sauce para purificar las aguas grises residuales. Estos absorben parte del agua y las sustancias que contienen, actuando como nutrientes. Posteriormente, el agua limpia es vertida en los humedales y luego pasa al río. Una vez que los sauces maduran, son utilizados como combustible en la caldera de biomasa, o funciones similares.
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