La compañía AGP eGlass, especializada en la fabricación de parabrisas de última generación y que opera en el país desde hace 50 años, inauguró recientemente una nueva nave industrial y oficinas en un terreno de casi una hectárea, cuyo diseño y arquitectura estuvo a cargo del estudio V.Oid. El proyecto parte de una fachada neutral y discreta y se adentra en un espacio impecable, casi quirúrgico, complementado por un sistema de vidrios e iluminaciones LED, que genera bienestar a los trabajadores. La obra ha logrado una nominación al premio Mies Crown Hall Americas 2014/2015.
Para el arquitecto Felipe Ferrer, del estudio V.Oid, se trató de un proyecto diferente debido a que se trabajó de la mano con el cliente en todo el proceso, que duró en total ocho meses. El local existente funcionaba como un depósito farmacéutico, del cual se recuperaron algunos techos, estructuras metálicas, armaduras y una estructura de pórticos de doble altura de ladrillo y concreto, que se aprovechó para implementar las oficinas.
La estructura en conjunto forma una L gigante, que parte desde un espacio de oficinas, laboratorios, comedor, camerinos y áreas administrativas de dos pisos, que se conecta con un volumen más amplio que ocupa toda la línea industrial de la empresa.
FACHADA NEUTRAL
La nave industrial se ubica en la zona industrial del Centro de Lima, entre las avenidas Dueñas y Guillermo Dansey. Esta parte de la ciudad se caracteriza por su escasa luminosidad y es algo peligrosa durante la noche, por lo que parte de la agenda se enfocó en mejorar el área pero sin llamar mucho la atención. Por esa razón se hizo una fachada bastante neutral hacia el exterior.
“Se colocaron paneles de aluminio compuesto para facilitar la limpieza y levantar la estética del lugar. Tenemos sobre Dansey un gran ventanal de vidrios de canal en U, que brindan iluminación natural difuminada hacia la nave. Esa avenida tiene una pendiente pronunciada, por eso, cuando se llega al final del proyecto hay unos tres metros de zócalo, que se vuelve como una gran flecha que señala el acceso principal, sin perder la discreción”, indica el arquitecto Ferrer.
La entrada principal carece de letrero y solo se distingue una pequeña marca de la empresa en el ingreso a nivel peatonal. Los estacionamientos, en tanto, se ubican en la misma calle. Sobre Dueñas se distinguen unas ventanas revestidas con Alucobond color plata, la base del volumen está pintada de color gris oscuro y aprovecha la inclinación de la vereda para resaltar la entrada principal pero sin un gesto mayor.
TRANSICIÓN ESTÉTICA
Uno de los retos del proyecto fue lograr la transición de una zona deslucida a un espacio concebido desde el inicio como impecable, explica Ferrer. Así, el ingreso se realiza a través de un túnel de alfombra negra que recubre todo el espacio, con techo de poca altura, formando un embudo que va abriéndose y da paso a un área cilíndrica de triple altura envuelta con vidrios canal en U de 6 m retroiluminados con luces LED.
“Este embudo tiene doble seguridad y tiene una función de colchón acústico, es muy oscuro y su altura alcanza apenas los 2.15 metros. Luego hay un segundo ingreso que produce un destello de luz y da al lobby. Este es un espacio casi quirúrgico donde todo es blanco. Es un cilindro vertical sin conexión con el exterior”, explica Ferrer, y añade que los muros son de drywall pintados.
En la parte central de esta zona destaca un volumen vidriado. Se trata de un mostrador de recepción compuesto con piezas de vidrio crudo y construido como si fuera un muro de ladrillos aplanados, pero en vez de morteros se utilizó pegamento ultrafuerte para unir las capas de vidrio. Cada pieza se colocó procurando darles más ancho a medida que se iba acercando a la altura del counter, con la finalidad de tener un mayor espacio para apoyarse.
El piso es el mismo que el área industrial, de resina epóxica de color blanco. La idea de obtener un espacio sumamente pulcro está relacionado con lo que se hace en la fábrica: vidrios para parabrisas en los que se realizan procesos sofisticados de cortado, serigrafiado, laminado y pintura; para lo cual se necesita un ambiente limpio y libre de interferencias.
Por otro lado, Ferrer indica que se solicitó implementar un lugar en el que los trabajadores se sientan a gusto y por lo tanto trabajen mejor. “Si lo ves así de impecable la gente será más pulcra, al punto de que si se cae un papel lo vas a querer recoger. Eso lo tenía muy interiorizado el cliente y trabajamos en base a ello”, detalla.
Como dato adicional, indica que el proyecto de AGP eGlass ha requerido un presupuesto similar a cualquier otra nave industrial que se haya hecho en el país, si se comparan costos por m2. Asegura que no ha sido necesario emplear materiales “súper sofisticados”, ya que en mayor medida fue vidrio y drywall, pero con una organización óptima, que tuvo en cuenta el consciente colectivo de naves espaciales y espacios futuristas.
La fachada de la nave de AGP eGlass busca mejorar la zona pero sin llamar la atención, por lo que se optó por un diseño neutral. Al ingresar, un túnel oscuro de poca altura va abriéndose y da paso a un área cilíndrica de triple altura donde todo es blanco e impecable.
OFICINAS, SALAS Y LABORATORIOS
El cilindro es intersectado por una estructura vidriada que está casi flotando sobre el área de ingreso. Se trata del directorio, y es el primer espacio que encuentra el trabajador o visitante luego de subir por las escaleras. Está contenido por vidrios que pueden pavonarse en caso se realicen reuniones privadas, y está visualmente ligado con el área de producción.
“El directorio es el lugar donde las cosa pasan y, por lo tanto, uno de los más importantes de la oficina. Pero es contradictorio porque se utiliza en pocas ocasiones, y la mayor parte del día está vacío. Por ello, quisimos ponerlo al inicio de todo, como algo que simbolice la conexión constante entre las áreas de trabajo y administrativas con la nave industrial”, explica Ferrer.
Más adelante se encuentra un showroom definido por tres muros de vidrio negro, donde se exhiben algunos de los productos que fabrica la empresa. Incluye un detector de movimiento que activa una música atmosférica cada vez que alguien ingresa.
Un espacio grande y abierto es empleado como área de oficinas, incluyendo algunas salas de reuniones abiertas. Aquí se ubican los bloques para gerentes, los kitchenettes, las salas de reuniones codificadas con vidrios amarillos y los servicios revestidos con madera de roble. Esta zona sirve como transición de la oficina a la nave.
Dicha transición se efectúa a través de unas escaleras. Luego de estar en espacios blancos y brillantes, el trabajador ingresa a una zona con iluminación LED sutil, cuyos muros, techos y pisos son de color negro. “La luz sale incluso desde el piso hacia el pasamanos. Se ve muy bien abajo, arriba la luz es atmosférica y más arriba es más oscuro”, detalla el arquitecto Ferrer.
El arquitecto de V.Oid explica que el color amarillo de los pasamanos hace referencia a la línea divisoria de una carretera por la noche.
Dentro de la primera planta, pasando el vestíbulo, se encuentra un amplio pasillo con muros blancos, piso epóxico e iluminados con ranuras LED. A su paso, se distribuyen salas de reuniones, laboratorios, salas de ensayo, así como espacios de investigación y desarrollo. También se instaló un comedor que es útil como centro de reunión, y facilita la interacción entre trabajadores de distintas áreas.
Aprovechando la longitud del pasillo, se dibujó una línea cronológica que parte desde 1965, cuando la empresa inició operaciones, y se extiende hasta la actualidad, ubicando en cada lustro los hitos más importantes. La intervención en este aspecto fue bastante sutil, pues se ven las líneas y los años pero el texto se muestra discreto, por lo que el visitante deberá acercarse para distinguirlo.
Las oficinas de control de producción fueron situadas en la parte superior de la línea industrial, con el objetivo de tener una visión clara de la mayoría de las áreas. Junto con este bloque, se dispone de un corredor voladizo de piso y barandas de vidrio que son útiles como mirador central.
“Hasta la fecha seguimos trabajando en brindar mayor calidez, especialmente en las oficinas abiertas. El cliente solicitó vistas a la calle, pero lamentablemente es una zona industrial que muestra solo el polvo en los techos, por lo que se tuvo que pavonar hasta una altura considerable. Ello hace que el espacio sea un poco más frío, pero hemos propuesto implementar vegetación interior para darle un poco más de vida”, detalla Ferrer.
Los trabajos se realizaron en base a una estructura postensada. Luego de una serie de pruebas, se aplicaron divisiones de drywall y de vidrio en gran cantidad. Para contrarrestar su efecto se colocaron alfombras, que acondicionan acústicamente el ambiente. Para las puertas se empleó perfilería de aluminio, a fin de lograr un efecto hermético al cerrarlas y se complementó con la colocación de mamparas.
LA NAVE
La nave industrial es la instalación más importante del proyecto. Todos los muros de esta zona, señala el arquitecto, se encuentran recubiertos con lonas blancas blackout, siguiendo la lógica de pulcritud aplicada en las oficinas. La iluminación se obtiene de tiras LED, pero para disminuir el ruido visual, se hicieron unas rendijas de ventilación al costado, las cuales son lineales y pasan desapercibidas.
La línea de producción funciona con un proceso en seco y sin el uso de químicos, por lo que debe realizarse en una zona hermética. Ello facilitó el empleo de materiales que tradicionalmente no se utilizarían en un proyecto de estas características.
El término de la línea industrial también fue incluido como parte del diseño. “Aquí se ven los vidrios canal en U con iluminación natural. La idea es que en el día la iluminación LED baje y suba a medida que va anocheciendo. También se tuvo especial cuidado en el paso de cebra y las distancias, a pedido del cliente”, cuenta el arquitecto.
El proyecto contempló, además, los colores de las máquinas, las cuales podían ser costumizadas a gusto del cliente. Se analizó una paleta con más de 50 opciones y se optó por aquellos que contrastaban mejor con el lugar del trabajo.
“No es un proyecto muy complejo, pero las ideas y la visión proporcionadas por el cliente fueron bastante claras. Ellos se dedican a vender productos innovadores, algo poco común en una empresa peruana, y el diseño de la nave y las oficinas tenía que ir de la mano con esa idea”, destaca Ferrer.
El cilindro es intersectado por el directorio, ambiente contenido por vidrios vinculado visualmente con las oficinas y el área de producción. Las oficinas son grandes y abiertas, con salas de reuniones de vidrios amarillos y servicios revestidos con madera de roble. La transición a la nave se realiza por una zona escalonada con muros, techos y pisos de color negro.
NOMINACIÓN MCHAP
Recientemente, V.Oid anunció que el proyecto para AGP eGlass ha logrado una nominación al premio Mies Crown Hall Americas 2014/2015. Este reconocimiento se realiza cada dos años y se concede a los trabajos mejor construidos de arquitectura en su más amplia definición. Es promovido por la Facultad de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois (Estados Unidos), un centro de estudios de categoría universitaria.
El certamen considera proyectos implementados entre enero de 2014 y diciembre de 2015, y entre los nominados figuran grandes obras de todos los países del continente americano.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: V.Oid / Arq. Felipe Ferrer. Jefe de proyecto: Arq. Silvana Mendoza. Arquitecto del proyecto: Arq. Alejandro Alarcón. Ingeniero sanitario: Luis Segovia Ingeniero electro mecánico: Roberto Arias Construcción: Aceros y Concreto. Supervisión SCHT – Eduardo Vidaurre. Equipo Falcon Construcción: Luiz Stella, Andrés Sarmiento, Luiz Henrique, Alexandre Galinari, Jaqueline Camizan, Lyzet Príncipe, Elena Mendoza, Adán Bocanegra, Lucía Cortés, Luis Corilla, Lorenzo Bouroncle, Nathaly Arrambide. Área de Construcción: 10,000 m2 Fotos: Juan Solano / Nicolás Villaume.
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