Los noticias recientes de que varias obras han empezado a construirse y que hay otras con inicios programados para los próximos meses, crean altas expectativas de crecimiento y desarrollo en diferentes campos de la economía peruana.
Sin embargo, es cierto que hubo demoras, que aún hay demoras en infraestructuras que se vienen proyectando desde hace años. Esas demoras se han excusado de diversas formas, desde los extensos trámites burocráticos hasta la falta de licencia, no saneamiento de terrenos, zonificación inexacta, interferencias, estudios técnicos incompletos, entre otros, que lo único que han generado son retrasos que al final han culminado en mayores presupuestos.
Es aquí cuando no queremos justificar ese freno en la economía peruana, por falta de capacidad en la resolución de problemas. Es aquí cuando también aparecen términos vitales con planificación urbana y mano de obra técnica, por ejemplo.
El electo presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y su equipo de trabajo han coincidido que entre las prioridades de su gobierno estará el impulso de proyectos de infraestructura y de edificación en general. “Quiero que el Perú se transforme en un campo de construcción”, ha dicho y anunció que se sentará, de ser posible, con cada gestor, constructor, proyectista, autoridad a cargo de aquellas obras frenadas y ya presupuestas para saber en qué se falla.
Hay una larga lista de proyectos, algunos grandes y muchos pequeños, afirmó en recientes declaraciones. Es cierto, y hay una cifra alarmante en cuanto a déficit en infraestructura y déficit habitacional. Por un lado, la primera ya supera los US$ 160 mil millones y la segunda ya supera el 1.5 millones de unidades habitacionales.
La tarea es ardua y es aquí cuando se necesitarán ejecutores con alta capacidad técnica y que quieran viajar por todo el Perú. Por lo pronto, PPK ya ha dicho que convocará a los mejores, no importa su tinte político, primará sus competencias para los puestos claves dentro del Estado.
En lo que incumbe a nuestro sector, los representantes del gremio constructor, es decir, de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), de la Federación de Construcción Civil, del Colegio de Ingenieros del Perú y del Colegio de Arquitectos del Perú, ya visitaron a PPK para expresarle su preocupación por la falta de resolución en dilemas que atentan contra el crecimiento del sector. Ellos, ya se comprometieron en hacerle llegar sus principales propuestas para aplicarlas en los primeros 100 días de su gestión.
En una época de avances tecnológicos y de cuidado del medio ambiente, los estándares de construcción se han elevado. ¿Estamos a la altura? No, estamos a años luz de ser un país que edifica de manera ecosostenible, “verde”. Muchos dirán, pero ni siquiera llevamos un ritmo de construcción considerable. También es cierto. Pero ya debemos o nuestras autoridades deben ir pensando que de la mano del motor constructor tiene que estar la protección de los recursos naturales.
En Europa, por ejemplo, los elementos prefabricados generan menos desperdicios; la reutilización del agua, previamente tratada, hacen posible más áreas verdes; los acabados con aislamiento acústico y térmico permite menos uso de la energía eléctrica, la instalación de paneles solares o pequeños generadores eólicos también origina menos consumo de energía, llegando a convertir a muchos edificios en infraestructuras de consumo cero. Es más, llegan a reinsertar esa energía sobrante a las líneas eléctricas tendidas en sus jurisdicciones.
No solo hay que pensar en las herramientas financieras que moverán un poco la demanda habitacional y otras tantas medidas que se asumirán para activar con fuerza la construcción de nuevas infraestructuras, también hay que pensar en lo nuevo que viene moviendo el mundo. La creatividad de nuestros profesionales debe estar a la altura de las exigencias modernas. La competitividad del país depende de eso, de lo contrario cómo salimos de la pobreza, cómo enfrentamos al mundo.
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