El Museo de Arte de Lima – MALI, en asociación con el Grupo Centenario, anunció como ganador del concurso de arquitectura para el diseño de la nueva ala de arte contemporáneo del MALI al equipo Burgos & Garrido Arquitectos y Llama Urban Design, integrado por los españoles Francisco Burgos y Ginés Garrido, el canadiense Angus Laurie y la peruana Mariana Leguía.
El jurado internacional, que evaluó 387 propuestas provenientes de 56 países, estuvo conformado la arquitecta alemana Kristin Feireiss, quien también es curadora de diseño y ha sido jurado del premio Pritzker de arquitectura; el ingeniero estructural y profesor de arquitectura e ingeniería estructural en Princeton (EE.UU.), Guy Nordenson; el arquitecto chileno reconocido por sus diseños de parques y espacios cívicos, Teodoro Fernández; el arquitecto y catedrático de la Pontifica Universidad Católica del Perú, Paulo Dam, el presidente del MALI, Juan Carlos Verme y el curador belga y director de la Tate Modern, Chris Dercon, quien fue asesor principal en este concurso que ha sido organizado con el apoyo de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
La propuesta ganadora proyectará un nuevo edificio de 6,000 m2 en un terreno ubicado en la esquina de las avenidas Garcilaso de la Vega y Paseo Colón. Incluirá un diseño esencialmente a subsuelo, de galerías dedicadas a la exposición permanente de las colecciones de arte contemporáneo una biblioteca habilitada para 40,000 libros, aulas para cursos, un nuevo café, espacios para talleres y almacenes, y una plaza pública. Y considerará la relación del nuevo edificio con el acceso a la futura estación de las líneas 2 y 3 del metro, la que se ubicará en el cruce de las dos avenidas que colindan con el terreno.
Propuesta
La propuesta abarca la Gran galería, enfocada al estrato más profundo de la geología generada por el nuevo museo y concibe una gran sala, diáfana y flexible con capacidad para acoger las múltiples visiones de la realidad del arte contemporáneo actual. Propone un espacio iluminado por un cañón de luz que se asoma a la superficie para capturar la luminosidad exterior, una grieta cubierta por una vegetación exuberante que construye un espacio exótico, húmedo y específico en contraste con el espacio mudo, seco y universal de la galería de exposiciones.
Se destaca también el Patio de las jacarandas, que junto al edificio actual del MALI propone un espacio al aire libre, un ámbito propio que resuelve el cierre del parque y crea una atmósfera específica formada por un bosque de jacarandas. Este patio que evoca la tradición del patio limeño es el vestíbulo del parque y del MALI. Permite gestionar el tráfico de visitantes conduciéndolos hacia los accesos diferenciados de los usos diferentes ofrecidos en el nuevo edificio.
El proyecto propone restaurar la cubierta vegetal que existió sobre el Parque de la Exposición recuperando el carácter de un gran espacio en sombra mediante un Bosque urbano denso, que está compuesto por una gran masa arbolada articulada por paseos, actividades y por la presencia elegante de una colección de pabellones, cuatro históricos y cuatro contemporáneos, que se ofrecen como pequeños cofres delicados dispersos en el interior del bosque.
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