El colectivo SER Ciudad, en alianza con Crea+ y el Banco de Crédito del Perú, llevó a cabo el proyecto “Construcción de Espacios Amigables” en la Comunidad de Niños, Hogar Sagrada Familia en el distrito de Ventanilla.
Esta comunidad, fundada en 1989, es una asociación civil benéfica sin fines de lucro. “Brinda albergue y cuidado a niños entre los 5 y 16 años, los menores reciben educación completa basada en afecto, responsabilidad, valores y trabajo”, explican las representantes de SER Ciudad.
En este proyecto se requería identificar las necesidades y potencialidades de las personas, la comunidad y el espacio. Esto se logró a través del proceso de dos importantes pasos, primero los focus group y segundo, los talleres; que indicaron que se debía intervenir tres áreas: la terraza por el tema de áreas verdes, mantenimiento y accesibilidad para los estudiantes; la zona del área de juegos que requería de sombra dado que estaba expuesto a la alta radicación solar; y la creación de un borde lúdico, que generaría mayores oportunidades de diversión a los niños. Luego de ello prosiguió el tercer paso: la implementación.
FOCUS GROUP
En mayo se dio inicio al proceso de los focus group con los alumnos y posteriormente entrevistas con la directora del colegio, el director de la comunidad y las tutoras que cuidan a los niños.
“Tanto los niños como los adultos tienen diferentes necesidades, maneras de percibir y habitar el espacio, por ello es que planteamos que los focus sean con ambos grupos”, detalla la co-fundadora de SER Ciudad, arquitecta Giovanna Irús.
“Es importante que todo el proceso sea participativo, con los alumnos realizamos una serie de focus group y con las autoridades escolares, como directores y tutores, realizamos entrevistas. Es decir, los incluimos en el proceso porque de esta forma el proyecto se vuelve más eficiente, permite conocer cuáles son las necesidades reales de la comunidad y se vuelve más objetivo y efectivo”, agrega la co-fundadora de SER Ciudad, arquitecta Flor Morocho.
TALLERES
El primer taller es formativo y de identificación. Aquí se reconocieron más a fondo los problemas detectados en el focus group. “Los niños eran de diferentes edades y no todos se conocían. Por ello, trabajamos la cohesión grupal a través de dinámicas y juegos, de esta manera los niños se conocieron, empezaron a confiar unos en los otros e ingresaron a un estado de juego, luego de ello empezaron a manifestar sus ideas libremente porque se sintieron más seguros en el grupo”, explica Giovanna.
El segundo taller es más de creación, gestándose lo que SER Ciudad define como “construcción del sueño colectivo”, donde el equipo de trabajo y los niños piensan sobre lo que deben hacer y llegan a un consenso. “Para diseñar la terraza los estudiantes eligieron trabajar una maqueta; para la zona de juegos los niños utilizaron papeles, rafia y cartones con los que cubrieron toda la zona de juegos, hecho con el que reafirmamos la importancia de generar sombra en este espacio”, menciona Flor.
IMPLEMENTACIÓN
Terraza: Una de las primeras áreas a intervenir fue la terraza de 15 m de largo por 7.50 m de ancho. Las co-fundadoras explican que el área estaba abandonada y no guardaba relación con el área lúdica, el lugar estaba ocupado por un tendal que impedía el ingreso de los niños.
Dadas sus condiciones y en coordinación con la comunidad, se realizaron faenas para hacer la limpieza de la zona, esto fue realizado por los mismos alumnos. “El trabajo realizado en los talleres con los niños y tutores, sumado a la participación en las faenas de los niños, tutores y voluntarios, provocó que la comunidad se sienta motivada y realizaran mejoras en otros espacios en los que no estábamos interviniendo. Uno de nuestros fines como colectivo es sembrar la semilla dentro de las comunidades en las que intervenimos, para que luego ellas mismas sean las protagonistas y responsables de sus espacios”, apunta Giovanna.
Entre las acciones están el sembrado de plantas por la asociación Crea+ mientras que SER Ciudad trabajó junto con los voluntarios la conexión de este espacio con el área de juegos a través de un trepadero de llantas que cubría la diferencia de nivel de un espacio con respecto del otro, que para grata sorpresa del colectivo, fue pintada por los mismos alumnos durante la semana posterior a la intervención.
El proyecto se inicia con un focus group con autoridades y alumnos, al que le siguen luego dos talleres. Con ellos se logra conocer las necesidades de los niños y a la vez se realiza la “construcción del diseño colectivo” donde el equipo de trabajo y los niños piensan sobre lo qué deben hacer y llegan a un consenso. Para el tema de la terraza se realizaron faenas para hacer su limpieza. En ella participaron voluntarios del Banco de Crédito del Perú (BCP) además de algunos niños. Para integrar la terraza con la zona de juegos se hizo una escalinata de llantas.
Zona de juego: La Comunidad de Niños Hogar Sagrada Familia se encuentra en Ventanilla, una de las zonas más calurosas de la ciudad y precisamente el área de juego estaba expuesta a los rayos solares. Por ello, durante el recreo los niños no jugaban, ni se esparcían, sino que se escondían debajo de los juegos existentes para protegerse de la incidencia solar.
Gran parte del presupuesto se invirtió en la cubierta de la zona de juegos que tenía como dimensiones 29 m de largo por 15 m de ancho. “Nuestra filosofía es tratar que nuestros proyectos sean lo más ecosostenibles, es por ello que reutilizamos y reciclamos materiales, tratando de desperdiciar lo menos posible en cada construcción. Incluso, la esquina de esta zona se concibió con pallets usados, convirtiéndose en un área de juego con diferentes niveles donde los estudiantes saltan y juegan pero también es un área de descanso, dónde se relacionan a través de la conversación”, refiere Flor.
Borde lúdico: El colectivo utiliza como filosofía los conceptos de ‘play’ y ‘game’ del arquitecto Pérez de Arce. El primero es definido como un rol lúdico libre y que incentiva a la creatividad, mientras que el segundo es un juego definido que no permite variaciones.
En la zona de juegos se quería contar con un ‘play’ pero al no tener mayor espacio, este se empezó a definir en el borde aprovechando las llantas recicladas. “Cuando iniciamos, los más pequeños crearon sus juegos con las llantas, por lo que reafirmamos que el hecho que no haya algo tan definido impulsaría la creatividad”, precisan las integrantes de SER Ciudad.
En este borde lúdico participó activamente la comunidad, incluso los alumnos aplicaron sus talleres de carpintería para ayudar a su construcción. “A veces dejábamos tareas para la semana y en la siguiente semana ya las habían cumplido”, menciona Giovanna.
El colectivo SER Ciudad se fundó en setiembre de 2014 y actualmente la conforman cinco integrantes. Uno de sus objetivos es mejorar la relación de las personas con la ciudad a través de procesos participativos. Además del trabajo con niños, apuntan a desarrollar proyectos con personas de diversas edades, necesidades y potencialidades.
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