El edificio de viviendas La Huaca se ubica frente a la huaca Pucllana en el distrito de Miraflores. Plantea una serie de fachadas distintas relacionadas al programa que trabaja y a su relación con su entorno inmediato: cerrado hacia el lindero izquierdo; ventanas alargadas hacia la calle; y un sistema de celosía de ladrillo permeable a los frentes del interior de la manzana.
El edificio de vivienda colectiva La Huaca obtiene su nombre de la ubicación del terreno. La calle en la que se localiza, bordea los restos arqueológicos y atraviesa todo el distrito hasta llegar al mar.
“La zona ha comenzado tardíamente a densificarse y existen aún varias casas de uno o dos pisos. El barrio se encuentra dominado por este gran cerro artificial: una suerte de ‘landform building’ precolombino que es la huaca Pucllana. Las huacas (construcciones precolombinas de barro) en Lima, son parte del paisaje urbano cotidiano”, indica el arquitecto Andrés Solano, quien estuvo a cargo del proyecto.
Los frentes del interior de la manzana se trabaja con un sistema de celosía de ladrillo que hace referencia a la técnica constructiva de la huaca. Detalles de la escalera mirando hacia el interior y de espacios comunes.
PLANTEAMIENTO. El planteamiento libera dos lados hacia el interior de la manzana con una disposición en planta que agrupa el programa en una forma cuadrada regular. El volumen sólido, construido, se alinea a la calle y al lateral izquierdo. Se tienden dos puentes: hacia el lindero derecho y hacia el posterior; con terrazas y una escalera abierta, respectivamente. De esta manera, se generan transparencias desde afuera hacia el interior de la manzana y viceversa.
Se trabajan fachadas distintas relacionadas al programa y su relación con lo inmediato: cerrado hacia el lindero izquierdo; ventanas alargadas hacia la calle; y un sistema de celosía de ladrillo permeable a los frentes del interior de la manzana. “Esta celosía hace directa referencia a la técnica constructiva de la huaca generando texturas que armonizan con el paisaje urbano”, indica el arquitecto.
Hacia el interior del volumen sólido se genera un vacío hacia el frente que alberga los programas sociales y de descanso. Este espacio amplio de casi 80 m2 se logra con una sola losa de concreto y una viga de gran tamaño que además define la fachada.
Las particiones interiores se hacen de tabiquería ligera y son completamente removibles, permitiendo una multiplicidad de configuraciones. La gran viga sirve además para distribuir las conexiones eléctricas a las particiones interiores. Hacia atrás del volumen, se concentran los programas de agua: baños, cocina, lavandería.
El nivel de la calle se plantea como un podio continuo de piedra que crea una relación amable con el exterior. El ingreso se eleva medio nivel sobre la vereda. Se reduce visualmente la presencia de la reja, acotándola a los espacios privados de la vivienda y retirándola del límite de propiedad frontal. Se logra liberar el espacio de entrada de elementos innecesarios de protección y abrirlo a la calle.
Por último, el techo se trabaja desde el proyecto como una quinta fachada de la edificación. Una gran viga metálica, del tamaño del volumen, define en una acción contundente el espacio interior y exterior de la azotea. “Por lo tanto, en línea con su vecino precolombino, el edificio puede apreciarse desde cualquiera de sus cinco frentes”, puntualiza Andrés Solano.
FICHA TÉCNICA
Arquitectura: Andrés Solano / Nicolás Kisic. Colaboradores: Guillermo Thornberry (arquitecto), María Villegas (ingeniera civil), Ricardo Saiz (arquitecto técnico), Roberto Villalobos (arquitecto), Ernesto Chumpitaz (arquitecto), Paola Liza (practicante), Alexis Salinas (practicante), Diego González (practicante). Constructor: Solano + Thornberry SAC. Estructuras: César Villegas. Instalaciones eléctricas: Walter Silva. Instalaciones sanitarias: Jorge Albinagorta. Área del terreno: 261.45 m2. Área construida: 920m2. Fotografías: Renzo Rebagliati.
Publicado en revista Proyecta Ed. 42.
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