La arquitecta Olenka Marquina desarrolló la propuesta “Home Office la Mujer Emprendedora.” en la edición 2016 de CasaCor. Su espacio contó con 200 m2 en la Casa Mujica que distribuyó en dos niveles: oficina en el primer piso y un departamento en el segundo.
Primer nivel. El primer piso alberga a la zona de oficinas diseñada bajo un concepto coworking. “Es la tendencia que encontramos en el mercado donde no se necesita un espacio fijo de trabajo, sino que se puede sentarse en cualquier parte o en un escritorio que tenga las necesidades básicas para trabajar”, explica.
El lobby de ingreso es el punto de partida del espacio. Cuenta con un pequeño mueble de espera y su piso es un porcelanato de gran formato (80 cm x cm) de diseño particular pues se asemeja al piso original de la casona antigua. Su color contrasta con la alfombra de moquetas de 1 m x 1 m de un color azul intenso que marca la zona de trabajo.
La zona de oficina se compone de cuatro escritorios independientes con mobiliario de almacenaje modulados para ser transportados en caso sea necesario. También se agrega una mesa tipo bar con bancas altas para cuatro puestos de trabajo donde el colaborador puede permanecer con su laptop o realizar una presentación con el televisor que tiene al frente.
Complementan la zona una banca lúdica con grass artificial y un phone booth situado debajo de la escalera para atender las llamadas o contar con un tablero más grande en caso lo necesite.
“Hemos usado melamine en los muebles con diferentes acabados y texturas. Actualmente, se trabaja con la textura de madera pero con un color más mate donde se puede repetir sin llegar a cansar. Además hemos empleado viniles de pared como pizarra para que puedan colocar apuntes o notas del día”, detalla.
También se cuenta con un baño compartido y una sala de reuniones. Esta área cuenta con una mesa con base de MDP con acabado acrílico satinado cuyo diseño fue hecho a computadora. “Simula a unos troncos de árboles que están trepando, siendo un símil del poderío de la mujer emprendedora”, recalca la arquitecta.
La zona de departamento cuenta con la sala-comedor-cocina que se une a través de las molduras originales de la casa Mujica.
Segundo nivel. La zona de departamento cuenta con la sala-comedor-cocina, walking clóset, dormitorio principal, baño principal y el dormitorio de las hijas, todos ellos distribuidos en un espacio de 100 m2. “Quisimos mostrar un espacio no netamente femenino pese a pertenecer a una mujer”, menciona Olenka.
Para que el paso del primer al segundo nivel no sea tan marcado, de la escalera nace un vinil con formas de árboles que se traduce en helechos situados encima de las vigas de madera que conectan la sala con la doble altura que deja el primer piso. Debajo de las vigas se sitúa un mueble en melamine color caramelo que sitúa en uno de sus lados un gran espejo que le da amplitud al espacio.
La sala se conforma de un sofá principal de tres cuerpos apoyado con dos butacas de tela aterciopelada. También posee elementos para complementarlo como una banca adicional que está al costado de la ventana. Además hay un área de bar marcada. El sofá le da la espalda a una barra principal que marca el inicio del comedor (también sirve como consola o mesa y, se acompaña, de dos sillas de fibra natural y metal). “No contamos con un comedor principal con una lámpara central como se encuentra en un departamento sino que es algo más funcional: el comedor es la mesita que acompaña a la isla de la cocina. Por ello, puedo estar cocinando y tener a los visitantes acompañándome, sin la necesidad de tener una cocina cerrada”, destaca.
Los muebles de la cocina se trabajaron de forma no convencional. Se cuenta con un microondas tipo cajón situado en la parte baja de la isla, y el horno debajo de la encimera. Además en la pared posterior se ubica un gran mueble de color azul.
Unen a la sala- comedor-cocina un piso de porcelanato brillante de 1.20 m x 0.50 m que le dan un toque de modernidad frente a la madera y la vegetación presente, así como la moldura original de la casa Mujica que se pintó de gris para resaltarla.
Luego de atravesar el walking closet, el visitante llega al dormitorio principal compuesto por una cama baja de 0.40 m para no reducir la altura del espacio. Cuenta con una cabecera de cuero satinada aterciopelada y frente a la cama se sitúa un centro de entretenimiento con espacios de almacenaje y espejos para generar amplitud.
Detrás de la cabecera y separado por una división reflejante que no permite conseguir una visión clara de la zona, se ubica el baño de forma lineal. La arquitecta logró -en un espacio de solo 2.10 m -situar una ducha, lavadero e inodoro y darle funcionalidad al espacio.
Continúa el recorrido hacia el cuarto de las hijas. Se ubican en la zona dos camas iguales de 80 cm de altura que le dan la opción de almacenaje en la parte inferior. Incluso se guarda un escritorio con ruedas. Frente a las camas se sitúa un clóset de una sola puerta que mantiene el ambiente ordenado sin quitar espacio.
Publicado en revista Proyecta Ed. 41.
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