La construcción de viviendas sostenibles o verdes no está muy lejana para los peruanos. Así nos cuenta el director de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Alain Humen, que hace poco junto con el Fondo Mivivienda entregó el primer Bono de Vivienda Sostenible. La AFD, que está en nuestro país desde el año 2014, también apoya intervenciones en transporte, agricultura y educación por lo pronto, todo bajo el objetivo de seguir impulsando la sostenibilidad ambiental.
La Agencia Francesa de Desarrollo está en Perú desde el año 2014 ¿Qué han estado coordinando y en qué áreas están colaborando? Somos una agencia de cooperación y un banco de desarrollo del estado francés, una empresa pública ciento por ciento. Estamos en Perú desde el 2014, pero recién hemos abierto oficina en marzo de 2015. Tenemos herramientas que van desde el subsidio hasta préstamos al sector público para acompañar su crecimiento económico, todo con un enfoque hacia el clima, la sostenibilidad ambiental y apoyo social. Ese es nuestro papel en la zona. Hasta la fecha tenemos tres operaciones con el Estado peruano. Una es la Línea 2 del Metro, otra con el Fondo Mivivienda y una tercera con Agrobanco.
¿Cómo nació la idea de fomentar la construcción sostenible en Perú? Empezamos conversaciones con el Fondo Mivivienda en 2013. Después de un año de trabajo mutuo, de asesoría y apoyo de nuestros expertos, el Fondo diseñó el Bono de Vivienda Sostenible. Hace algunas semanas se entregó el primero. Se dio un cheque a una familia que compró una vivienda que tiene estándares nuevos que permiten calificarla de amigable por su ahorro en agua y energía.
¿Qué debe tener una vivienda para acceder a este bono? ¿Cómo se califica? El bono financiero aborda cinco temas: Ahorro de agua, energía, construcción bioclimática, manejo de residuos sólidos y educación de la población. Para que la vivienda sea calificada de sostenible, una empresa calificadora que trabaja con el Fondo tiene que hacerlo. Primero en proyecto y luego en la entrega de vivienda, cuando se da conformidad y aprueba de que cumple con los criterios mínimos con los que fue elegido a inicios de su propuesta. Hay un primer trabajo con los planos, antes que la constructora inicie la obra y luego hay otra certificación en la entrega.
¿Cómo han respondido las constructoras a esta iniciativa? Entiendo que entre la idea del proyecto a la fecha, el Fondo Mivivienda ha difundido y conversado con las empresas constructoras, haciendo un test para intercambiar sobre qué criterios eran factibles o no. Por ejemplo, poner normas de equipamiento que no existen en Perú. Entonces este tiempo de año y medio se fue aprovechado para conocer qué era factible o no en equipamiento, procedimiento, gestión de residuos sólidos, ahorro de agua en tanque para riego, por ejemplo. Hubo un tiempo de comunicación y de educación.
¿Y cómo va evolucionando el tema? Según lo que ha informado el Fondo Mivivienda, la cartera que se tiene es bastante grande, hay como 50 millones de dólares dirigidos a viviendas sostenibles. En cuanto al proyecto en sí, esto ha demorado un poco porque los involucrados no son solo el fondo o los constructores, también están los bancos. Para ellos es un nuevo producto, entonces había que hacer un trabajo de sensibilización, había que decirle que lo integren a sus productos. También está Sedapal, que no tenían la certificación que le habíamos pedido. Era un trabajo con todos los actores de la cadena. En un primer momento no habíamos calculado todo, por eso la demora. Los primeros proyectos son una especie de pilotos, pero a partir del próximo año, creemos que los bancos lo integrarán mejor y verán que sí funciona.
¿Es más cara una vivienda ecosostenible? Sí, pero la idea es que el Fondo incentive la adquisición una vivienda al mismo costo que una vivienda clásica y con el hecho de poder ahorrar agua y energía se generaría una mejor calidad de vida y ahorro de dinero. Además, se ha calculado que el retorno de la inversión es en menos de dos años.
Se sabe que hay 17 proyectos de este tipo de viviendas ¿En Lima? No solo están en Lima, también están en provincias, pero en ciudades. Lo que hemos hecho es incentivar económicamente al inicio e involucrar a todos los actores de la cadena. Esto no existía en Perú. Lo hemos hecho en otros países y la idea es que dentro de cinco años o menos no falten bonos para que los constructores usen equipos estándar de ahorro. Actualmente, hay equipos que ya se usan, pero en niveles A y B. Hasta la fecha, la idea era construir lo más barato posible sin calidad, pero hay que promover. En ese sentido, el ministerio ha desarrollado un Código de Construcción Sostenible que no es obligatorio, pero entendemos que si lo será en el futuro.
¿Cómo han apoyado al Fondo Mivivienda? Hay apoyo técnico y financiero. En el diseño hemos apoyado con todos los estudios previos. También con el hecho de tener una certificadora que nos parecía muy importante y con la necesidad de comunicar al constructor sobre si su obra tendría un impacto y ventajas financieras. Todo se ha trabajado con el Fondo Mivivienda. Construimos con el socio una relación que demora por lo menos un año entre la idea y el primer desembolso.
¿Hay más planes? Estamos a un tercio del desembolso del financiamiento que asciende en total a 120 millones de euros. El primer bono se usó recién, pero los proyectos seguirán. Pensamos que la línea estará utilizada totalmente en el 2018. Entendemos que hay otras fuentes financieras con las que están conversando porque las necesidades son grandes. Ojalá que podamos seguir mejorando este producto, la idea no es realizar una solo operación, sino seguir.
“Después de un año de trabajo mutuo, el Fondo Mivivienda diseñó el Bono de Vivienda Sostenible. Hace algunas semanas se entregó el primero a una familia que compró una vivienda que tiene criterios de ahorro en agua y energía” comentá Alain Humen, quien con Eléonore Pocry, encargada de Proyectos en Perú, impulsan la iniciativa.
¿Cómo manejan el tema en Francia? ¿Cómo incentivan la construcción sostenible? En los últimos años se han desarrollado normas que son obligatorias en términos de uso de equipamiento. Los productos que se utilizan en una construcción de este tipo deben cumplir con una norma europea, lo que se conoce como Marca CE. Y cada año se imponen más reglas que deben seguir las constructoras, en cuanto al tema energético. En el caso peruano es diferente, no usa calefacción ni aire acondicionado extremo, cosa que sí sucede en Europa. Allá, en algunas partes, hay incentivos. Por ejemplo, si quieres invertir en calefacción con paneles solares hay reducción de impuestos por determinada cantidad de tiempo. En Francia, hay una política muy voluntaria de incentivos.
Están desde hace dos años ¿Cómo han percibido el cambio de gobierno? El gobierno y sus funcionarios son nuestros interlocutores principales, ya que trabajamos con el sector público. Hay un déficit en términos de volumen y calidad de las viviendas, por eso esto se seguirá impulsando. En términos de desarrollo y promoción de la vivienda parece que se va a acelerar.
OTROS SECTORES
¿En qué otros sectores están involucrados? Básicamente, tenemos otras dos operaciones. En el sector agropecuario hemos firmado un financiamiento de 57 millones de dólares con Agrobanco, que tiene como objetivo apoyar a los pequeños productores en la selva, también promoviendo los criterios amigables, como proyectos con riego tecnificado, biodigestores, trabajo bajo sombra. No solo prestando plata sino brindando experiencia. Otra operación es con el sector Transporte, con la Línea 2 del Metro. Tenemos ahí un financiamiento y, también, tenemos un aporte de asistencia técnica. Y hay un subsidio de casi un millón de dólares para apoyar también a ciudades intermediarias a desarrollar su planes urbanos.
¿Ya están trabajando con alguna ciudad? Estamos apoyando a la ciudad Arequipa con experiencia francesa. Ellos están desarrollando un Sistema Integral de Transporte (SIT), con sistemas de transporte masivos que se va a implementar en el 2017. En Trujillo también estamos. Y al propio MTC estamos apoyando con la intermodalidad y en el tema de sistemas de boletos. En París, con un solo boleto puedes viajar en tranvía, metro, tren o puedes cambiar. Acá esa operatividad no existe. Pero hay que pensarlo para que dentro de 10 años funcione con todas las líneas. Estamos trabajando con los equipos de Transporte.
¿Tiene futuro Lima? Lima tiene 10 millones de habitantes y los planes no pueden parar. El sistema de Metro se está implementando, va a demorar un poco porque la fase de construcción es larga. No tiene sentido tener solo dos líneas, son seis que obviamente deben seguir. También hay buses públicos, el uso de la bicicleta, el tema de la peatonalización. Cuando hablo de transporte implica muchas cosas. Por ejemplo, crear una nueva ciudad implica transporte, servicios públicos, son temas que el Perú está conociendo y también todo el continente. Olmos, en Chavimochic, se está convirtiendo en todo un área agrícola, siendo una zona desértica. Obviamente se habla de Lima, que concentra un tercio de la población del Perú, pero hay retos muy importantes.
LA PUCP
¿Van a apoyar a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) en su proyecto de ciudad tecnológica en Santa María del Mar? Podemos financiar, no está seguro, pero podría ser. Ellos quieren hacer un parque científico y tecnológico en Santa María del Mar, eso tendrá un aspecto de mobiliario interesante. Quieren un parque ecosostenible de energía y de agua. Habría una planta desalinizadora, árboles endémicos, paneles solares. Su idea es una infraestructura académica, incubadora de empresas. Quieren atraer compañías grandes como Telefónica, y centros de investigación públicas, tipo Concytec. La idea es tener un parque como Silicon Valley o como en Francia, el Sophia Antipolis que tiene más de 35,000 m2.
¿Hay avances en este tema? Hemos desarrollado una cooperación técnica entre la PUCP y el Sophia Antipolis. Los expertos europeos llegarán en estos días (diciembre). La PUCP tiene 50 hectáreas. Ya han elaborado los estudios, los planos. Están por empezar y lo harán por etapas. El proyecto significa una inversión 30 o 50 millones de dólares.
Pero, la AFD no financia solo proyectos públicos… Normalmente este tipo de proyectos lo debe promover el Estado. Pero hace poco se publicó un decreto supremo donde especifica que este proyecto tiene un interés técnico nacional. Fue una iniciativa privada, pero el Estado reconoce que es una iniciativa pública y al final va a apoyarla ya que es bueno para la investigación de los estudiantes, la ciencia. Va a crear empleo y habrá desarrollo en términos urbanos en el distrito de Santa María.
Publicado en revista Proyecta Ed. 42.
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