Los arquitectos chilenos Sandra Iturriaga y Samuel Bravo, basándose en la observación de la arquitectura vernácula, desarrollaron un proyecto de lodge en la selva peruana, que además puede ser construido por artesanos locales con materiales de la zona.
Ani nii Shöbo significa “Casa grande de la Selva” en la lengua shipibo. Es un centro de sanación y reserva natural basado en la medicina tradicional del pueblo shipibo.
UBICACIÓN
El proyecto se ubica en la ribera de una laguna cercana a la comunidad nativa de San Francisco de Yarinacocha en la región de Ucayali en la amazonía peruana. El sistema fluvial del río Ucayali determina este paisaje y sus ecosistemas con un régimen de crecidas estacionales de hasta 8 m que inundan y conectan vastas áreas ribereñas.
El trabajo consiste en una serie de programas que se ubican a lo largo de este borde variable entre el bosque y el agua. El programa consta de habitaciones para visitantes, una casa de voluntarios, una casa de ceremonias (maloca), un comedor y espacios de servicio.
El programa consta de habitaciones para visitantes, una casa de voluntarios, una casa de ceremonias (maloca), un comedor y espacios de servicio. El comedor puede quedar completamente abierto o cerrado produciendo una terraza cubierta continua con una envolvente ventilada.
La situación de los árboles y las vistas fue decisiva para el emplazamiento del programa. “Era importante preservar y poner en valor condiciones preexistentes, favoreciendo la vista de las cabañas al lago y situando el comedor bajo un grupo de viejos pachacos, árboles nativos con un tronco esbelto y blanquecino, contrastante con el volumen propuesto”, señalan los arquitectos.
El proyecto se basa en el uso de materiales locales, como maderas de quinilla y capirona, y techumbres de hoja de irapay. La lógica constructiva fue buscada en la observación de la arquitectura vernácula, de manera que el proyecto pudiera ser construido por artesanos locales. Se usó una grilla estructural que permite simplificar la modulación constructiva, así como soluciones acordes al oficio local.
“Para adaptarse al clima extremadamente caliente y húmedo de la región, los pueblos de Amazonía han desarrollado un sistema de reglas sencillo pero específico, creando una arquitectura basada en el uso de materiales del entorno inmediato. Las casas de los shipibos tienen techos altos hechos de hojas de palmera con una pendiente pronunciada que favorece el escurrimiento de agua, mientras que el aire caliente se concentra en la parte superior del volumen, creando una sombra fresca y ventilada”, detallan.
En este espacio una cubierta, que es a la vez el suelo y la mesa de la casa, concentra las actividades cotidianas, dando lugar a las comidas y las largas conversaciones acompañadas de los oficios artesanales.
“Este fue el rol que encontramos para el comedor colectivo: una gran casa shipibo. El comedor puede quedar completamente abierto o cerrado produciendo una terraza cubierta continua con una envolvente ventilada”, precisan.
Márgenes exteriores cubiertos crean un contorno sombreado a las habitaciones y un umbral intermedio para la vida cotidiana. Los muros mismos tienden a fusionarse con el techo o se desvanecen en una superposición de pantallas permeables.
FICHA TÉCNICA
Arquitectos: Sandra Iturriaga, Samuel Bravo. Ubicación: Comunidad nativa de San Francisco, Yarinacocha, Ucayali, Perú. Constructor: Rodrigo Meléndez. Maestros carpinteros: Amador Sánchez, Misael Marín. Cliente: Ani nii Shöbo. Fotografías: Juan Balazs y Samuel Bravo. Materiales predominantes: Estructura en madera de quinilla (manilkara bidentata), cubierta en hoja de palmera (irapay, shebon), cerramientos exteriores en estructura de quinilla y malla metálica, revestimientos interiores en madera de capirona (calycophyllum spruceanum), pavimentos en quinilla y shihuahuaco (Dipteryx Micrantha). Área del terreno: 30ha Superficie construida: 1,162m2. Año de proyecto: 2009-2014.
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