Una realidad que se repite en zonas periurbanas de las ciudades y zonas rurales del país es la que sucede en las alturas del distrito limeño de San Juan de Miraflores donde no hay agua ni desagüe. Sus pobladores se abastecen del recurso hídrico comprándolo a cisternas, mientras que para el tema de saneamiento han optado por la construcción de silos o letrinas.
Sin embargo, desde algunos años, un grupo de familias de los asentamientos humanos “Minas 2000” y “Torres de Minas” están usando baños secos, sí, aquellos que no necesitan agua para arrastre, que están ubicados dentro de sus viviendas, no expiden malos olores y cuyos desechos son utilizados como compost y úrea para cultivos.
Por el año 2010, un grupo de 32 familias fueron consideradas para un proyecto de saneamiento seco planteado por los especialistas alemanes Christoph Platzer y Heike Hoffmann con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación Técnica para llevarlo a cabo.
En ese entonces, los acompañaba la ingeniera peruana Blanca Villafranca, actualmente, representante de la empresa Arrebol Perú, dedicada a proyectos de tratamiento de aguas residuales domésticas y sistemas de saneamiento seco con tecnologías ambientalmente amigables. Ella nos cuenta que al inicio fue difícil plantear la idea de instalar esta solución, principalmente, por desconocimiento de la población y por la escasez de sitios posibles para hacerlo.
“Estos dos especialistas alemanes en saneamiento sostenible vienen al Perú con un Proyecto Público Privado con la cooperación técnica alemana. En San Juan de Miraflores, se ubicaron posibles beneficiarios, en la parte alta donde hay chancherías. Tenían y aún tienen problemas para tener agua y desagüe, pero en el 2010 llegamos con el proyecto de saneamiento seco, que fue muy difícil de introducir. La mayoría tenía silos y otros no tenían nada. Sin embargo, se construyeron 32 unidades”, informa la ingeniera Villafranca.
La casa de José, el albañil de la zona, cuenta con un baño seco dentro de su vivienda. Las cámaras de retiro de los desechos se ubica por fuera, donde además ha colocado un recipiente para la recolección de líquidos.
Agrega que la sensibilización pasó por enseñarles que un baño seco tiene la misma calidad y es tan efectivo que uno de arrastre de agua. “Tanta fue la acogida, que el proyecto se expandió. Hubo varias ONG que intervinieron y contrataron incluso a José, el albañil de la zona, con el que habíamos trabajado y ya conocía las especificaciones técnicas para la correcta instalación. Estos baños son fijos y parte de la infraestructura base se puede construir en diversos materiales. Actualmente, en la zona ya deben haber unos 250 baños de este tipo”, detalla.
¿En qué consiste?
En el cuarto de baño se ubica un módulo bajo que sirve de asiento. Este es rectangular y alberga dos espacios o dos cámaras que se usan, una a la vez, cuando alguna de estas ya ha llegado a su meta de llenado. Sobre este “se colocan inodoros especiales para separar los desechos, es decir, dejan caer lo sólido y redirige el líquido a través de una tubería. Esto permite dar tratamiento a ambos productos de manera práctica, sin olores ni problemas de manejo”, comenta la especialista.
La utilización de este tipo de sanitario garantiza la desviación de orinas y posibilita el secado de los excrementos. La orina puede ser reutilizada como úrea, mientras los excrementos se deshidratan en el sistema de dos cámaras de uso alterno. La humedad sale por tubos de ventilación de todo el sistema. Cuando una cámara se ha llenado, se cierra y se espera a su completa deshidratación, mientras tanto se usa la otra. Después de un año el producto puede ser retirado totalmente seco, sin riesgo para la salud y ser utilizado como abono.
La ingeniera puntualiza que al no usarse agua para el arrastre, se opta por material secante, que generalmente es aserrín u hojas secas. “La cantidad necesaria es solo para cubrir el desecho, no se requiere mucho. Vale aclarar, que esta solución ya ha sido probada en con éxito en costa, sierra y selva, siendo posible instalar estos baños dentro de la vivienda familiar”, cuenta.
El sistema también incluye las compuertas de las cámaras, que sirven para extraer el material orgánico. Estas compuertas deben estar completamente cerradas. Pueden ser placas de madera, metal, quincha, entre otros.
Recomendaciones
En este tipo de baños siempre es recomendable tener adicionalmente un urinario para varones, “generalmente para evitar los malos olores y atraer vectores”, resalta Villafranca. En el diseño, el tubo de orina reúne los líquidos de la taza y del urinario. Es recomendable colectar la orina en galonearas para poder reutilizarla, ya que es una opción como fertilizante directo para el suelo, claro que en dilución previa con agua. “En zonas donde no se tiene almacenaje para el líquido se redirige directamente a un pozo de infiltración”, nos dice.
El sistema también incluye las compuertas de las cámaras, que sirven para extraer el material orgánico. Estas compuertas deben estar completamente cerradas. Pueden ser placas de madera, metal, quincha o simplemente ladrillos o adobes cerrados con barro o cemento pobre. Las placas se cierran con silicona y deben ser pintadas por adentro con un material impermeable.
Artículo publicado en revista Agua y Saneamiento Ed. 1. Lima- Perú.
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