El techo del estadio Wanda Metropolitano de Madrid, diseñado por Cruz y Ortiz Arquitectos con el apoyo de los ingenieros Schlaich Bergermann Partner marca un hito luego de cuatro meses de intenso trabajo desde la instalación del primero de los 96 paneles radiales PTFE en el extremo norte del estadio.
El techo está hecho de dos grandes anillos. El primero es un doble anillo perimetral exterior con una forma tridimensional de trussing que mantiene en gran medida las fuerzas de tensión gracias a su geometría. Un anillo central de doble tracción recoge parte de la carga y las fuerzas de tensión, creando el techo de gran tamaño que es claramente la firma del proyecto.
Con el techo terminado, la construcción del nuevo estadio español continúa hacia su apertura oficial el 16 o 17 de septiembre, cuando el Atlético de Madrid se enfrentan a Málaga en la cuarta ronda de la liga española.
La ingeniería de la cubierta tiene la firma de Schlaich Bergermann Partner, autora de otras cubiertas en el mundo del fútbol como Maracaná o el Soccer City de Johannesburgo. Mike Schlaich, socio del estudio de ingeniería, explica así la cubierta: “Tenemos un anillo exterior que llamaremos de compresión y uno interior, de tracción. Los unen los radios, que están tensados, lo que permite que la rueda haga su función al compensar las tensiones de compresión con las de tensado. La cubierta funciona igual, pero situándose en horizontal e incluyendo una membrana. En el Wanda Metropolitano contamos con un doble anillo de compresión y otro de tracción. Los radios se cruzan hacia la mitad de la membrana generando una geometría muy bonita. El resultado es una cubierta muy estable, esbelta y elegante”.
El proceso de instalación consta de varios pasos. Una vez estirados los paneles de material que llegan en grandes rollos, se colocan en su lugar y se procede al tensado utilizando los perfiles de aluminio de sus lados. El politetrafluoroetileno es elástico por lo que cada panel ya se fabrica en previsión con una superficie un 5% más pequeña que la que cubrirá finalmente en el estadio. La membrana es tan resistente como liviana. El material es un 35% traslúcido lo que contribuirá a la iluminación de las graderías.
“En el Wanda Metropolitano contamos con un doble anillo. El de compresión ya está colocado en la parte más alta de la grada. Ahora, se trata de elevar los dos de tracción que serán los que se situarán sobre el césped generando ese óvalo característico del centro de las cubiertas de los estadios. A este proceso lo llamamos ‘Big lift’. Es ingeniería de construcción de altísimo nivel”, afirmó Schailch.
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