Una gran crítica a la minería es el uso de agua en sus procesos de producción. La lidia mundial va en cuidar el recurso, por supuesto, de aquella industria que es responsable. En ese contexto, en el año 2005, la compañía Milpo, empezó a desarrollar su proyecto minero Cerro Lindo, ubicado al sur de Lima, en Ica, muy cercano al río Topará, que es la principal fuente hídrica de varias comunidades de la zona. Ante esa realidad, la compañía optó por invertir en tecnología que permitió desalinizar agua de mar, que sería utilizada en todo el proceso productivo y también serviría para el consumo humano.
“Antes de iniciar las operaciones en la zona, Milpo asumió el compromiso de no utilizar el agua de la quebrada del Topará ni generar vertimientos que la pudiesen amenazar. Para cumplir con estos compromisos era necesario buscar alternativas. Una de ellas fue la instalación de una planta desalinizadora para abastecer los procesos productivos de la Unidad Minera aprovechando su cercanía al mar ya que estamos a 60 kilómetros de la playa Jahuay”, informa el gerente general de la unidad polimetálica Cerro Lindo, Zetti Gavelán.
OSMOSIS INVERSA
La planta de desalinización está conformada por cinco trenes de osmosis inversa con una capacidad nominal máxima de 12 l/s cada uno. “En nuestra unidad minera contamos con una capacidad de almacenamiento de 10,800 metros cúbicos de agua desalinizada (agua fresca proveniente de nuestra planta) y contamos también con una capacidad de 7,200 metros cúbicos para agua reciclada”, agrega.
El funcionamiento de la planta de desalinizadora de osmosis inversa ha permitido que no se utilice agua de la quebrada del Topará, lo que beneficia, afirma Gavelán, directamente a la población de la comunidad campesina Chavín en el sector alto de la cuenca y a los agricultores del valle del Topará en la parte baja de la cuenca, quienes aprovechan directa y exclusivamente esta fuente de agua.
El gerente general de Cerro Lindo, Zetti Gavelán, informó que Milpo no utiliza el agua de la quebrada del Topará ni genera vertimientos que la pudiesen amenazar. Pobladores de la zona usan el recurso hídrico para su labores en agricultura y otras actividades.
La producción anual de agua desalinizada en el 2016 logró superar los 900,000 metros cúbicos, siendo que el 100% de esta agua bombeada fue reciclada y reutilizada en el proceso productivo de Cerro Lindo, alcanzando, para el año 2016, una eficiencia hídrica de 91.02%.
“Gracias a que el agua que utiliza la Unidad Minera es exclusivamente la que se obtiene a través de la planta desalinizadora, el agua de la quebrada del Topará se usa exclusivamente para las actividades agrícolas y el consumo de las comunidades de la zona. Autoridades locales y miembros de estas comunidades también participan de monitoreos para asegurar que el proceso sea eficiente”, indica el ejecutivo.
Milpo, agrega que, favorece a las zonas aledañas a través del programa “Siembra y Cosecha de Agua” que ha permitido la construcción de 65 reservorios, la forestación de más de 420 Has de terreno, la capacitación de más de 120 agricultores y la instalación de un vivero forestal. “Esta experiencia demuestra que sí es posible practicar una minería sin impactos negativos y que asegure la mejora de la gestión hídrica de las zonas aledañas a su operación”, rescata.
VERTIMIENTOS
Una de preocupación medioambiental fue el tratamiento de vertimientos, que podrían afectar la zona de influencia, donde se desarrolla agricultura. Ante esto, Milpo instaló tres espesadores de relave en su planta concentradora de minerales y nueve plantas de tratamiento de aguas residuales domesticas (PTARD). “Con ello, garantizamos que el agua utilizada en los procesos mineros y de uso doméstico sea reciclada y reusada. Además, el 55 por ciento de relaves se transforma en pasta cementada para rellenar y sellar tajos en interior de la mina mientras que el 45 por ciento restante es filtrado y se le extrae la humedad para obtener relave compactado que se transporta al depósito correspondiente”, explica y detalla que estos trabajos forman parte de su programa Vertimiento Cero, que tiene la finalidad de que las características de las fuentes de agua se mantengan desde su origen hasta su consumo o uso por la comunidad.
Durante el 2016, el consumo de agua de la U.M. Cerro Lindo fue en promedio 0.22 m3 de agua por tonelada de mineral ROM tratado, siendo su equivalente 3.47 m3 de agua por tonelada de concentrado producido.
Publicado en revista Agua y Saneamiento Edición 2.
Discusión sobre la noticia