El docente del Departamento de Ingeniería e investigador de la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP), ingeniero Julio Vargas Neumann, es uno de los responsables de un interesante proyecto sobre construcción de viviendas sismorresistentes al rescatar una técnica usada hace más de cinco mil años por la cultura Caral.
“Se trata del uso de las shicras, bolsas hechas con fibra vegetal que son rellenadas, generalmente, con rocas de diferentes tamaños”, informó y agregó que la durabilidad de la infraestructura de la cultura Caral tiene así una explicación.
Las propuestas de investigación del ingeniero Vargas para trabajar en Caral empezaron el 2011, pero tienen como antecedente una investigación realizada en una tesis de Arqueología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Con base en dicho documento, con apoyo del Fondo del Embajador de Estados Unidos y con la autorización de las autoridades a cargo de Caral, Vargas, acompañado de los ingenieros Carlos Iwaki y Álvaro Rubiños, procedió a evaluar la estructura de la Galería de Caral.
Tras largos estudios de campo para descubrir y explicar el porqué de la existencia y uso de las shicras, que aparecen a lo largo de 400 km de la costa centro-norte peruana, se concluyó que los habitantes de Caral – Supe elaboraron shicras para cimentar la construcción de pirámides como técnica de construcción antisísmica. Los resultados fueron reportados a la autoridad del complejo arqueológico el año 2011. Un año después se presentó un artículo en la XI Conferencia Internacional sobre el Estudio y Conservación del Patrimonio Arquitectónico de Tierra (Lima, 2012), que destacaba el comportamiento sismorresistente de los núcleos de las pirámides de Caral.
Interés conjunto
“Al trabajar en la norma de Construcción con Tierra Reforzada, publicada por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), se comprendió no solo la necesidad de reforzar los muros de tierra, sino de disminuir los costos de la cimentación de las construcciones actuales. Los programas de vivienda rural del Estado y su acción de reconstrucción después de los sismos empleaban cerca de la mitad del presupuesto al hacer cimentaciones y sobrecimentaciones de cemento, arena y piedras”, destacó el especialista.
Para probar su teoría y seguir las enseñanzas de los antepasados, el ingeniero Vargas comentó que se ha realizado una alianza con el MVCS, que apuesta por mejorar la norma. Inicialmente se realizaron tres pruebas de muros y módulos de vivienda sobre la mesa vibradora con la señal grabada del sismo de Huaraz, 1970. En el último ensayo, gracias a un proceso ensayo error, se pudo observar claramente el aislamiento sísmico de la vivienda. Solo ocurrieron fisuras muy leves en dos de las cuatro paredes, que tenían ventanas, informó. Este proyecto está bajo su responsabilidad y un equipo de trabajo conformado por el Mg. Ing. Carlos Sosa, el Bach. Ing. José Montoya y Mauricio Ortiz.
Finalmente, indicó que se instaló un prototipo de casa sismorresistente afianzada con shicras y mallas en la localidad de Orduña, provincia de Lampa, departamento de Puno. Tras la instalación, ocurrió un sismo en Orduña que por los daños provocados, puede clasificarse como fuerte. La escala de Intensidad de Mercalli clasifica el terremoto en Orduña como de grado VIII (destructivo). ¿El resultado? “Los daños en las casas reforzadas fueron leves, fisuras o grietas finas, pequeños desprendimiento del enlucido, etc. Todos los casos son fácilmente reparables con muy bajo costo”, explicó el ingeniero Vargas.
Elaborado con información de PUCP/Dicyt (La Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología).
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