Cuidar el agua no solo se trata de no desperdiciarla o agotarla, se trata también de preservarla y hasta reponerla. Más aún cuando tenemos como principales amenazas al cambio climático; así como el uso y, a veces, abuso del agua superficial y subterránea.
Ante esta coyuntura, la reproducción a escala de técnicas ancestrales en las cabeceras de cuencas como las zanjas de infiltración y ccochas se presentan como algunas alternativas que restaurarían el recurso hídrico con el fin de mantenerlo e incrementarlo para poder seguir usándolo en todas las actividades que necesitemos.
En ese marco, recientemente, el Congreso de la República aprobó el dictamen de la Autógrafa de la Ley que declara de Interés Nacional y Necesidad Pública la implementación de la “Siembra y Cosecha de Agua” en las cabeceras de cuencas, basado en la construcción de zanjas de infiltración y ccochas para la retención de las aguas de las lluvias estacionales, que permitirán recolectar agua dulce para el consumo humano, la agricultura y otros fines.
Dicho dictamen que dará sustento a la futura ley, dispone la articulación de acciones que se promueven en la Ley de Recursos Hídricos, el Plan Nacional de Recursos Hídricos, la Política y Estrategia Nacional de Recursos Hídricos, la Política Nacional del Ambiente, la Política Nacional Agraria, y los lineamientos de Política y Estrategia Nacional de Riego 2015 – 2025, con el propósito de impulsar la recarga hídrica en las cabeceras de cuenca y microcuencas e incrementar la disponibilidad de agua en el marco de una gestión integral de recursos hídricos. La iniciativa está a la espera de ser aprobada en la próxima sesión del Pleno.
Es así que se avizora una política que apunta a la siembra y cosecha de aguas, previos estudios de factibilidad, que permitirán captar parte del agua de lluvia y hacer que esta se infiltre para recargar las aguas subterráneas o acuíferos, antes que se pierda o se vaya al río.
Cabe recordar, que durante la Semana Nacional del Agua 2018, promovida por la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el jefe de esa institución, Abelardo de la Torre, señaló que el país pierde el 37% del líquido elemento anualmente. “Tenemos en nuestras redes alrededor de 30,000 millones de metros cúbicos de agua, lo que significa, en teoría, un abastecimiento de 1,000 metros cúbicos por habitante, pero el desperdicio es inmenso”.
Puntualizó que se pierde, o se usa y no se registra, más del 70% del agua en el sector agrario y 50% en el área urbana. “La pérdida de agua puede ser de 37%”, estimó. Igualmente, manifestó que en la costa solo aprovechamos el 17% del agua y el resto se va al mar. “Se está trabajando mucho en reducir el desperdicio y promover la eficiencia del uso del agua”, anotó y agregó que 10 millones de habitantes no tienen agua o tienen poco acceso a ella.
El funcionario comentó que se necesita regular la abundancia de agua y que por ello se está impulsando la siembra de este recurso con pequeños reservorios que pueden recargar los acuíferos y ríos en épocas de escasez. “Tenemos déficit de inversión en obras de esta envergadura. Hace dos décadas se paró la construcción de reservorios, pero se están efectuando las obras necesarias para que dicha agua pueda recargar los acuíferos y ríos”, dijo.
MONITOREO
Según información de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en el país existen 159 cuencas identificadas y un número superior de microcuencas. Los organismos gubernamentales ya apuntan a cuidar el recurso y hay anuncios de las medidas previas para verificar la calidad del agua.
Así, para enfrentar futuros eventos climatológicos y actuar anticipadamente ante sequías e inundaciones, el Ministerio de Agricultura y Riego, anunció recientemente la ejecución de un proyecto integral de monitoreo, gestión y planificación de los recursos hídricos en 10 cuencas del país.
El Proyecto de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (PGIRH) proveerá al sector de información precisa del manejo hídrico, del estado de las cuencas y si concentran mayor o menor cantidad de agua, lo que permitiría una mejor toma de decisiones, en beneficio de la población.
Con estas gestiones se tendría información exacta para prevenir desastres y monitorear el desarrollo de las cuencas. En determinadas fechas hay mayor concentración (de agua) en las cuencas hidrográficas que pueden generar caída de agua y eso se puede evitar.
Este trabajo tiene una proyección de cinco años y se ejecutará a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), con una inversión de S/ 324.40 millones, que es cubierta parcialmente por el Banco Mundial.
Las cuencas a monitorearse son 10. En una primera etapa se trabajó con seis de la vertiente del Pacífico: Tumbes, Chira-Piura, Chancay-Lambayeque, Chancay-Huaral, Quilca-Chili y Caplina-Locumba. Ahora se suman cuatro nuevas cuencas hidrográficas correspondientes a la vertiente del Atlántico: Cuenca Mayo, Mantaro, Pampas-Apurímac y Urubamba-Vilcanota.
Una de las metas es construir una central de datos de respaldo del Sistema Nacional de Información de los Recursos Hídricos en el distrito de Cañete; e instalar y hacer operar 153 estaciones hidrometeorológicas automáticas en 44 cuencas importantes del Perú.
Asimismo, se tiene previsto la instalación y operación de 33 estaciones automáticas de calidad del agua en 30 cuencas priorizadas por su alta contaminación y caudal continuo; además ejecutar 1,582 estructuras de control y medición en entrega de agua a bloques de riego de la vertiente del Pacífico, equipadas con instrumentos de medición y registro automático.
Se contará también con 1,000 dispositivos de medición de extracción de agua en pozos formales, 139 piezómetros con sensores para monitorear la fluctuación del nivel freático en acuíferos sobreexplotados de Ica y Tacna, dispositivos de monitoreo de seguridad en seis grandes presas y dos pequeñas, entre otras obras hidráulicas.
En este marco, también se habla de la Gestión integrada de recursos hídricos en las cuencas y acuíferos transfronterizos de Puyango-Tumbes, Catamayo-Chira y Zarumilla que apunta a mejorar los esfuerzos binacionales de Perú y Ecuador en esta materia.
La siembra y cosecha del agua incluye la construcción de zanjas de infiltración para capturar el agua de lluvia que servirá para actividades agrícolas; así como para alimentar los acuíferos. El trabajo se viene ejecutando en varias cuencas de cabeceras.
TRABAJOS PUNTUALES
Los trabajos sobre el cuidado del agua ya se vienen mostrando con la intervención de las autoridades provinciales. En el marco del 7mo Gore Ejecutivo, los gobiernos regionales de Ica y Huancavelica, así como el Ministerio de Agricultura y Riego suscribieron un convenio de colaboración institucional para el afianzamiento hídrico, que permitirá el aprovechamiento sostenible del agua que se genera en los andes de Huancavelica y se aprovecha principalmente en la actividad agrícola de Ica.
El proyecto, de iniciativa privada cofinanciada, se denomina “Sistema de afianzamiento hídrico en los valles de Ica y Pisco, en Ica, y áreas irrigables de las provincias de Huaytará y Castrovirreyna, en Huancavelica”. “El acuerdo permite hacer obras en Huancavelica, que es la parte alta de la cuenca de Ica, para construir miles de reservorios, plantar millones de árboles, hacer bosques inmensos que retengan el agua y que no botemos agua al mar en la época lluviosa y dispongamos de agua almacenada en la época de estiaje, y esto es lo que va a ocurrir en mérito del convenio”, dijo el gobernador regional de Ica, Fernando Cilloniz.
El presupuesto para la ejecución de estas obras saldrá de los usuarios del agua que pagarán a perpetuidad una tarifa con el fin exclusivo de construir más reservorios y bosques. “Ica y Huancavelica, que conforman una mancomunidad regional, comparten equitativamente sus recursos, entre ellos el agua, mediante el consejo de cuencas. Toda el agua que producimos y trasvasemos se compartirá primero para las partes altas y luego para los valles en la parte baja”, puntualizó.
De otro lado, se supo que en la Comunidad de Curis (Ica) ya tiene siete reservorios para almacenar agua en el periodo de estiaje. Esto se da en el marco del proyecto hídrico de “siembra y cosecha de agua” en las comunidades de San Andrés de Quilcanto, Curis y San José de Curis, en el distrito de Yauca del Rosario; y en la comunidad campesina Santa Ana de Tibillo, en la provincia de Palpa.
El director regional de Agricultura, Néstor Mendoza Arroyo, explicó que la meta es construir más de 52 reservorios con una capacidad de almacenamiento total de 181,683 m3 de agua al año, para el riego de mil hectáreas de plantaciones de pinos en todas las comunidades campesinas.
SIERRA
Por otro lado, se supo que la Comunidad Campesina de Alto Perú fue una de las seleccionadas por el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Para el Medio Ambiente Mundial (PPD), del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para recibir un fondo no reembolsable de US$ 50 mil que ayudará a financiar un proyecto de siembra y cosecha de agua en dos áreas de manejo de vicuñas, autorizadas por el Servicio Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y que beneficiará a casi 200 familias.
El presidente de la Comunidad Campesina Alto Perú, Emilio Ticona Tapia, indicó que con ello se mejorará la captación de agua. Esto ayudará tanto a la población como al riego de pastizales. Con suelos más verdes, mejorará la capacidad de pastoreo y la consecuente esquila de vicuñas. Se espera realizar hasta dos campañas por año y triplicar el volumen de fibra obtenida. La iniciativa cuenta con el apoyo de Serfor y la Universidad Latinoamericana Cima, mientras que la minera Minsur, con operaciones en la zona, aportará US$ 24 mil.
Por su parte, la región del Cusco fue reconocida el año pasado con el premio nacional de buenas prácticas en gestión pública por promover la milenaria técnica de la siembra y cosecha del agua. La distinción fue en la modalidad de gestión ambiental efectiva por el proyecto Cosechando agua para adaptarnos a los efectos del cambio climático.
El proyecto se realizó en el municipio andino de Sangarará y consistió en alimentar los recursos acuíferos mediante la recuperación de la cobertura vegetal, el tratamiento de los suelos, y la retención de las aguas pluviales en lagunas, una técnica favorable para el medio ambiente. Entre los resultados obtenidos destaca una reserva de medio millón de metros cúbicos de agua de lluvia gracias a la construcción de una presa, además de 120 hectáreas de bosque reforestadas.
El gobernador regional de Cusco, Edwin Licona, comentó que cada proyecto orientado a mejorar la capacidad hídrica puede retener al menos cuatro millones de metros cúbicos de agua, lo suficiente para regar 1,509 hectáreas, con lo que se reduce el estrés hídrico que afecta al medio ambiente.
SIERRA AZUL
Siguiendo con las obras, el proyecto Sierra Azul del Ministerio de Agricultura y Riego escogió 25 obras en cinco distritos para cosecha y siembra de agua. Estos han sido seleccionados para la construcción de “cochas” o “jochas”, para los distritos de Tarata, Héroes Albarracín, Huanuara, Inclán y Pachía, donde se implementarán cinco en cada jurisdicción. La inversión total es de S/ 875,000.
Otro anuncio que se realizó durante el año pasado fue la construcción de 100 qochas para recolección de agua en seis comunidades altoandinas que serían impulsadas por el Ministerio de Agricultura. Se intervendría unas 5,419 hectáreas en comunidades de Ayacucho, Amazonas, Áncash, Huancavelica, Junín y Lima Provincias donde se busca el desarrollo de actividades agrícolas así como de prevención y conservación del medio ambiente. Según el director ejecutivo de Sierra Azul, ingeniero César Dávila, con las cochas, incluso, se podrán desarrollar cadenas productivas y comercializar productos.
Dávila explicó que en la actualidad están en proceso de construcción 1,000 cochas. “Para ello contamos con la mano de obra local, por lo que reciben un salario y recursos de la zona. Adicionalmente, se les entrega herramientas para que las puedan utilizar en sus diferentes actividades productivas”.
Una vez que concluyen las obras no solo tienen agua almacenada para atender las actividades productivas de las comunidades, sino también para desarrollar otras, como la acuicultura y el turismo.
FISCALIZACIÓN
La estrategia de reposición de las aguas a los acuíferos viene potenciándose. Sin embargo, también es necesario que el abuso y sobreexplotación de las aguas subterráneas se frenen. Ya hay algunas acciones al respecto.
La Autoridad Nacional del Agua (ANA) del Ministerio de Agricultura y Riego, a través de la Administración Local de Agua Río Seco, inició acciones de control y vigilancia de forma inopinada en el sector Villacurí para detectar la perforación de pozos.
Utilizando drones para el registro de imágenes y videos en tiempo real, se encontró pozos que estaban en proceso de construcción en el extenso y árido sector Villacurí, distrito de Salas Guadalupe.
Se sabe que hay zonas de veda, es decir, no se puede extraer agua subterránea por presentar estrés hídrico. La veda que impide la perforación de pozos nuevos abarca los acuíferos del valle de Ica, que comprende los distritos de San José de Los Molinos, La Tinguiña, Parcona, Ica, Salas Guadalupe, Subtanjalla, Los Aquijes, Pachacútec, Santiago, Tate, Ocucaje, San Juan Bautista, Pueblo Nuevo y Yauca del Rosario.
Asimismo, comprende el acuífero de la pampa de Villacurí, que comprende el distrito de Salas Guadalupe. También el acuífero de la pampa de Lanchas, que comprende los distritos de Paracas, parte de Humay, San Andrés y Túpac Amaru, que se encuentra sobre la margen izquierda del río Pisco.
Publicado en revista Agua y Saneamiento Ed. 4
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