Con el fin de combatir las sequías y evitar que la producción agrícola se vea afectada en su país, el ingeniero mexicano Sergio Rico Velasco desarrolló un sistema de riego denominado “lluvia sólida” o “agua sólida. Sí, sólida. ¿En qué consiste? Según explica, esta lluvia se forma por el contacto del poliacrilato de potasio en polvo con el agua. Esta mezcla se transforma en cápsulas de gel que inmediatamente se adhieren a la tierra, a las raíces de las plantas, permitiendo que éstas se mantengan hidratadas y tengan un óptimo crecimiento.
El ingeniero indica que estas partículas del poliacrilato de potasio tienen la capacidad de aumentar su tamaño hasta en un 200%, es decir, que por cada kilogramo de esta fórmula se pueden gelatinizar hasta 500 litros o media tonelada de agua, la cual se puede almacenar y trasportar a zonas que carecen, presentan sequías prolongadas o no cuentan con un fácil acceso a este recurso.
El poliacrilato de potasio se puede almacenar por mucho tiempo. Afirma que para el caso de su uso en agricultura, se necesitan 50 kg para mantener húmeda una hectárea de terreno. Esto ayuda a ahorrar hasta 80% los costos de producción, es decir, mano de obra, fertilizantes, equipo, entre otras cosas. Además, este tipo de agua reduce los tiempos de cultivo, ya que permite sembrar antes de la temporada de lluvias en el caso del campo, se puede obtener una mayor producción y ofrece a las plantas más posibilidades para desarrollarse.
Una consulta frecuente es si tiene efectos secundarios, la respuesta del especialista es que no. Este producto no afecta al medio ambiente ni perjudica a los animales, ya que los materiales con los que está hecho no son tóxicos, ni contaminantes. Agrega que su vida útil es entre ocho y 10 años, tiempo en el que su capacidad de absorción solo disminuye en un 20% por año.
Una vez convertido en gel, el agua retenida puede permanecer hasta seis semanas, sin embargo, como su tarea es el riego, esta se va reduciendo. Durante su periodo de uso, es importante también que las plantas reciban un suplemento regular de agua evitando el estrés hídrico, fomentando la aireación y evitando la evaporación.
El ingeniero mexicano Sergio Rico Velasco afirma que el agua contenida en las partículas poliacrilato de potasio se pegan a las raíces de las plantas permitiendo que éstas se mantengan hidratadas y tengan un óptimo crecimiento.
HISTORIA
Se sabe que en la década de los 70 el Departamento de Agricultura de Estados Unidos intentó aplicarlo en sus tierras de cultivo, pero no llegó a desarrollar completamente esta tecnología, en cambio fue captado por la industria de los pañales.
Sin embargo, Rico Velasco, fue quien finalmente encontró en este producto un gran potencial y logró un avance que permite su uso en la agricultura. Su fórmula es 300 veces más potente en la recolección de agua que sus antecesores. Además se desintegra lentamente, lo que permite emitir agua durante mucho tiempo en zonas agrícolas. “Funciona encapsulando agua, y puede durar mucho tiempo dependiendo de la calidad del agua: con agua pura, dura bastante más”, indicó.
El “agua sólida” fue probado allá por el año 2005 en un campo de cultivo de maíz en Jalisco, México. El resultado fue que mejoró hasta 20 veces el rendimiento agrícola de la zona. Se utilizaron las dos formas de riego, la tradicional con lluvia temporal y el otro con “lluvia sólida”, logrando una cosecha de 600 kg por hectárea en el primer caso y 10 toneladas con el nuevo sistema.
EN DETALLE
En detalle, el especialista comenta que el poliacrilato de potasio en polvo se entierra a la altura de la raíz de la planta y cuando llueve encapsula el agua volviéndola sólida. El agua se mantiene en este estado mientras la planta la va consumiendo según sus necesidades. Cuando la humedad en el polímero se acaba, este vuelve a su estado principal, esperando la lluvia para volver a encapsular el agua. El polvo es capaz de mantener este procedimiento por un periodo de 8 a 10 años.
Entre las ventajas para su uso agrícola es que mantiene uniformidad en la humedad de las raíces, evitando el estrés que sufren las plantas por falta de agua. Reduce y controla la frecuencia de irrigación, proporciona aireación en la tierra y reduce el impacto al trasplantar, reduce la erosión y elimina los inhibidores de germinación y crecimiento, evita la pérdida de las cosechas, aun cuando deje de llover o se suspenda el riego.
Permite un mejor desarrollo a la raíz, aumentando la capacidad de absorber los nutrientes fomentando un mejor crecimiento de la planta; retardan la evaporación y lixiviación, reduciendo considerablemente de la cantidad de químicos y fertilizantes que se aplican; en tierras secas no se filtra al subsuelo ni se evapora, permite sembrar en zonas desérticas, se aplica fácilmente, no es tóxico ni patógeno.
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