Emapica S.A., administrada por el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS), será la primera empresa prestadora de servicios de saneamiento (EPS) en vender aguas residuales sin tratamiento para reúso. Es una forma de transferir el costo de tratamiento al privado, han dicho las autoridades encargadas. Pero, ¿dónde queda la visión de generar ingresos a partir de los desechos?
“Una de las principales bondades de esta operación será transferir los costos de tratamiento de aguas residuales, con inversión privada”, destacó el gerente general de esta empresa, Juan Carlos Barandiarán, quien agregó que si estas aguas se reúsan en agricultura, permitirán incrementar las zonas agrícolas de Ica en 600 hectáreas, “así como contribuir a la recarga del acuífero, en épocas de escasez hídrica, gracias a la capacidad del suelo y subsuelo de purificar las aguas residuales”.
Por su parte, la jefa del Área de Calidad de Emapica, Bessie Aparcana, aclaró que “quienes compren estas aguas crudas tendrán que realizar el tratamiento necesario, cumpliendo la normativa vigente, antes de reutilizarla en la agricultura o la industria”.
El volumen de aguas residuales crudas a subastar será de hasta 9 millones de m3 al año, con un precio base de S/ 0.15 por m3 (que no incluye IGV), por un plazo de 20 años y se captarán en la entrada de la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de Cachiche.
Barandiarán dijo que la venta no significará que los agricultores de las zonas bajas de Cachiche, como San Jacinto, se verán perjudicados. Dijo que seguirán utilizando las aguas excedentes para cultivar sus plantaciones de tallo alto. Precisó que se subastará un total de 285 litros por segundo de un total de 552 litros por segundo que ingresan normalmente a la colapsada laguna.
La EPS Emapica S.A. informó que las cuatro lagunas de oxidación de Cachiche, tienen un promedio de 12 hectáreas y producen abundante agua residual, capaz de poder ser reutilizada en terreno agrícola e industrial; recargar el acuífero y cumplir con los parámetros que exigen las normas de medio ambiente.
Recientemente, ha logrado formalizar los terrenos ante los Registro Públicos, previa presentación de todos los actuados y legitimar los procesos conforme a las normas legales vigentes.
El volumen de aguas residuales crudas a subastar será de hasta 9 millones de m3 al año, por un plazo de 20 años y se captarán en la entrada de la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de Cachiche.
ECONOMÍA CIRCULAR
La situación de Emapica apuesta al financiamiento privado en el tratamiento de aguas residuales para el uso que convenga el concesionario. Esta figura no es ajena a otras a nivel mundial. Sin embargo, solo forma parte de un círculo que puede convertirse en generador de ingresos por la recuperación de recursos de las aguas residuales: biogás, fertilizantes, entre otros. Actualmente, el uso de este tipo de aguas es destinado al regadío de parques y jardines.
El coordinador de la Unidad de Gestión de Conocimiento en Agua de CAF, Víctor Arroyo, en una conferencia en España, informó que Latinoamérica está invirtiendo en programas masivos para recoger y tratar sus aguas residuales. “CAF estimó que durante el periodo 2010-2030, se deberían invertir US$ 80 billones en la infraestructura de alcantarillado y US$ 33 billones en tratamiento de aguas residuales en la región”, indicó.
Con relación al tratamiento de aguas residuales comentó que tradicionalmente, los esfuerzos se han concentrado en la eliminación de contaminantes y patógenos para eliminar contaminantes del agua y su descarga con seguridad al medio ambiente, pero dijo que hay que ver más allá.
“La economía circular propone una visión en la que las plantas de tratamiento de aguas residuales sean más bien instalaciones para la recuperación recursos, ya que muchos componentes en las aguas residuales pueden ser recuperados para diferentes usos, como agricultura, energía, industria y abastecimiento humano. Adicionalmente, se pueden aprovechar los lodos cargados de materia orgánica para la generación de energía y el aprovechamiento de nutrientes como nitrógeno y fósforo. La región todavía tiene un largo camino por recorrer en el reconocimiento del potencial y el valor de las aguas residuales. De hecho, el crecimiento demográfico y la urbanización hacen de las aguas residuales un recurso muy valioso, cuya disponibilidad aumentará en los próximos años. Por esto, se deben impulsar políticas para que sean plenamente incorporadas en el balance de agua dentro de las áreas urbanas”, instó.
“Por ejemplo, en Perú, los lodos de EDAR (depuradoras urbanas de aguas residuales) se consideran un residuo sólido peligroso, que debe depositarse en espacios confinados, dentro de rellenos sanitarios. Esta regulación elimina la oportunidad de aprovechar los nutrientes para su uso agrícola y forestal, o para la recuperación de suelo, y además supone una carga financiera sobre la empresa”, detalló.
El especialista lamentó que haya muy pocos servicios públicos de la región que busquen ingresos alternativos, como la venta de recursos (agua, nutrientes, energía) recuperados de las aguas residuales. “La participación protagónica del financiamiento público en el desarrollo de estas infraestructuras no significa que el sector debe depender de financiación convencional sin aprovechar las condiciones del mercado. Dado el potencial para la recuperación de recursos en plantas de tratamiento de aguas residuales, el sector debe buscar modelos innovadores financieros y empresariales que aprovechen las potenciales fuentes de ingresos extra”.
Para afrontar el reto de las aguas residuales en la región y promover el cambio de paradigma hacia la economía circular y, en particular, el reúso de agua regenerada, CAF y el Banco Mundial, junto con otros asociados, están embarcándose en una nueva iniciativa llamada “Agua residual: de desperdicio a recurso”. El propósito es promover el cambio de paradigma en la región para focalizar las inversiones en un enfoque que considere el agua residual como un activo y un recurso, más que como una carga de la que hay que deshacerse, que ha sido la visión tradicional.
La contribución de la planta con el medio ambiente debe ser analizada no solo como una mejora de la calidad del agua en el cuerpo de agua receptor, sino también como beneficios ambientales asociados a la sustitución de fuentes de agua por agua de reúso, la mitigación del cambio climático mediante la generación de energía con biogás y la sustitución de fertilizantes sintéticos por el uso de lodos como fertilizantes, puntualizó.
Vale recordar, que Emapica es una de las 13 EPS en el régimen de apoyo transitorio que conduce el OTASS, con el fin de mejorar su gestión comercial, operacional y administrativa. La propuesta de venta de aguas no tratadas sigue en licitación. Lo que se conoce hasta el momento es que existe un interesado en la compra: AgroKasa.
Publicado en revista Agua y Saneamiento Ed. 6.
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