Un grupo de ingenieros del Instituto Real de Tecnología de Melbourne (RMIT) ha propuesto una solución de purificación de agua muy diferente a las tradicionales.
Su iniciativa, basada en la nanotecnología, consiste en una aleación que combina metales líquidos basados en galio y aluminio, que al entrar en contacto con el agua, producen películas de óxido de aluminio ultra finas, cuya gran porosidad permite el paso rápido de agua y la retención de los contaminantes.
La solución propuesta es considerada como sencilla, de un bajo costo y ecológicamente sostenible. En un inicio, los investigadores buscaban filtrar metales pesados y aceite, sin embargo, el resultado fue mejor de lo esperado, ya que el diámetro de los poros generados permitía filtrar otras sustancias como sulfatos, fosfatos, entre otras impurezas.
Otra de las ventajas de esta nueva innovación tecnológica es que no necesita de altas temperaturas ni metales tóxicos para la producción de las estructuras nanoporosas. Además, no genera residuos de ningún tipo. A eso se añade su capacidad de generar estructuras para filtros nanofibrosos, que pueden aplicarse en sistemas electrónicos, ópticos y catalíticos.
Recordemos que los metales líquidos son elementos con características muy particulares. Su temperatura de fusión es muy baja y el más común de ellos es el mercurio. No obstante, también existen otros como el cesio, rubidio o galio. Estos materiales suelen emplearse en electrónica, aunque en los últimos años han cobrado relevancia en otros campos de la tecnología.
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