A través de soporte técnico y respaldo financiero, el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS) viene liderando iniciativas para mejorar la eficiencia de 19 Empresas Prestadoras de Servicios (EPS), en busca de reducir la brecha en agua y saneamiento. Además de la transferencia de recursos para la ejecución de obras, el organismo realiza campañas en todo el país con la ayuda de voluntarios, con el fin de promover la valoración del agua. Conversamos con el director ejecutivo del OTASS, Óscar Pastor, quien hace un balance de lo que viene haciendo la institución.
El OTASS tiene a su cargo un régimen de apoyo transitorio a 19 EPS, precisamente las que presentan mayores problemas administrativos y financieros. Al término del año pasado, apenas seis empresas lograron un balance positivo: EPS Semapa Barranca (Lima), Emapa San Martín (San Martín), Semapach (Chincha), Emapvigs (Nazca), Emusap (Amazonas) y Marañón (Cajamarca). Muchas de las EPS que terminaron con balance en “rojo”, todavía no cuentan con utilidades operacionales.
La situación actual obliga a aplicar mejoras sustanciales en los sistemas de tratamiento, gestión y distribución de las EPS a fin de contar con una mayor cantidad y calidad de agua. Recientemente se aprobó una transferencia de S/ 660 millones para ejecutar obras de modernización en 6 las 19 empresas a través de distintas obras.
PROGRAMA DE VOLUNTARIADO
Para contribuir con el buen manejo del agua en todas sus etapas, el OTASS ha puesto especial énfasis en actividades de difusión y concientización en diferentes puntos del país, a través de jóvenes voluntarios que recorren colegios, universidades, mercados, plazas públicas y casas para promover la valoración de los servicios de agua potable y saneamiento.
La iniciativa de voluntariado del OTASS se desarrolla a través de campañas como “La Liga del Agua”, orientada a niños, niñas y adolescentes acerca del buen uso del agua y redes de alcantarillado. Otra iniciativa es “Paguemos lo Justo”, dirigida a padres de familia para orientarlos sobre el valor y costo del agua potable.
Una de las campañas más recientes fue “Operación Alcantarillado”, que en su primera etapa permitió descolmatar 1,552 km de redes y 21,235 buzones en 22 regiones, empleando 25 hidrojets y 10 camiones cisterna, para beneficio de más de 1 millón de pobladores en Costa, Sierra y Selva.
“El agua no solamente es vida, también es economía. Ninguna actividad económica se soporta sin agua”, asegura el director del OTASS, ingeniero Óscar Pastor, ante un grupo de estudiantes en el auditorio de la Universidad Privada del Norte, donde se desarrolló una charla como parte de los “Viernes de Aguas”, una iniciativa mediante la cual especialistas tocan diversos temas referidos al sector.
¿Hemos visto que la iniciativa del voluntariado ha tenido buen alcance?
En principio hay que agradecer a los jóvenes por haber aceptado ser parte de este desafío, que busca solamente comprometer su tiempo para transmitirle a la sociedad, la necesidad de hacer buen uso de los servicios de agua. Para poder transmitir uno necesita creer en sus empresas. Si se logran ambas cosas en el tiempo, habremos hecho un buen esfuerzo. Adicionalmente, los jóvenes voluntarios tienen alguna capacitación en gasfitería básica, que también ayuda a resolver problemas puntuales cuando se da el caso.
Las campañas con voluntarios se realizaron en diferentes regiones ¿Hubo algún caso destacado?
Creo que el caso de Ilo fue el más destacado porque se dieron todas las condiciones. Desafortunadamente, los huaycos y lluvias nos dejaron sin una planta de producción de agua y cerca de la mitad de la población no podía abastecerse. La otra planta también tenía problemas en el mismo sistema de distribución. De modo que el 75% de la ciudad no tenía agua. Al comienzo, la situación era dramática porque la gente asumía que nunca más iba a tener agua probablemente. Y en algunos casos notamos acciones de vandalismo hacia los pocos sistemas que brindaban servicios.
¿Se controló?
La organización de la empresa y el compromiso de los voluntarios hicieron que esta situación se controlara, ya que actuaron como una sociedad organizada. Lograron distribuir el agua en las calles, ordenaron a la gente y les hicieron notar que a pesar de las dificultades, las autoridades iban a cumplir. En Ilo hemos tenido, en determinado momento, poco menos de 30 cisternas. Y transportar todo eso por la ciudad no iba a ser nada fácil si es que no había un buen programa de distribución y organización, que se logró gracias al acompañamiento de los jóvenes.
Con relación a la “Operación Alcantarillado” ¿Cuáles han sido los resultados en su primera etapa?
Hemos limpiado más de 1,500 kilómetros en 62 ciudades de todo el país. En todas las localidades las autoridades han trabajado de la mano con el Ministerio de Vivienda. El programa ha sido organizado por las EPS, pero ejecutado íntegramente por el OTASS. Afortunadamente no hemos tenido ningún accidente durante las intervenciones, que duraron algo de 5 mil horas. Hemos utilizado 25 hidrojets y 10 cisternas por casi siete meses, y hemos dejado más de 30 mil buzones limpios. No ha habido males ni desperfectos con los equipos, salvo incidentes mínimos, que nos sirven para tener en cuenta de cara a la siguiente etapa, para la que nos hemos fijado la meta de intervenir 2,500 kilómetros. Tenemos toda la voluntad de cumplir con los tiempos establecidos. Presupuesto existe, autorización también. Lo más importante es nuestro compromiso y conocimiento.
De la mano de jóvenes voluntarios, el OTASS realiza diversas actividades de difusión y concientización en colegios, universidades, mercados, plazas públicas y casas en varias regiones del país, para promover la valoración de los servicios de agua potable y saneamiento.
¿Cómo es el trabajo que realiza el OTASS con las EPS considerando que no todas están en la misma situación?
En el Perú tenemos 50 EPS. La primera es Sedapal, por su tamaño, facturación, etcétera. Si uno las pone en orden, de la uno a la 50, las 19 últimas están a cargo del OTASS. Han venido a nosotros porque tienen problemas administrativos, económicos, comerciales y operacionales. Ese es nuestro primer punto de partida. Lo segundo es que nosotros hacemos un esfuerzo por brindarles asistencia técnica y económica. Pero el desafío no solo es del OTASS, es también de los propios trabajadores de las empresas.
Un ejemplo es Chiclayo. Allá tienen 700 trabajadores y el OTASS ha colocado a cinco gerentes. Pero eso no significa que los cinco vayan a hacer todo. Van a liderar, conducir la empresa, pero necesitamos del compromiso de todos los trabajadores. Ese creo que es el mayor desafío, que los trabajadores crean en el proyecto y nos puedan acompañar. El Ministerio de Vivienda siempre va a estar atento a seguir brindando asistencia técnica.
¿Cuánto se ha transferido en recursos para mejorar la gestión de las EPS?
En los dos últimos años hemos transferido más de 550 millones de soles a todas las empresas de agua. Es un proceso que implica aprender, porque no se trata solo de hacer obras de cobertura, sino también obras de mejoramiento, continuidad, servicios, sostenibilidad y cambios de equipos. Nosotros hacemos las transferencias, las empresas ejecutan las inversiones con nuestro acompañamiento permanente. El proceso está en buen camino. Este año estamos acompañando a las empresas con diversos programas.
Además de la operación alcantarillado, tenemos el programa de Valores Máximos Admisibles, que ya se había implementado el año pasado, pero ahora será masivo. Tenemos el Catastro Comercial y Operacional en todas las empresas, así como la detección de clandestinos. En resumen, tenemos una serie de programas que van a completar aquello que se hizo en la primera etapa, que fue la transferencia de recursos. Ahora sigue la transferencia de conocimientos.
Recientemente se aprobó un manual para modernizar seis EPS con una inversión de S/ 660 millones. ¿De qué se trata?
El OTASS, el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Economía y el Banco Mundial han empezado a trabajar en un proyecto que requiere invertir 660 millones de soles. 220 millones los ha puesto el BM como préstamo, y la diferencia se obtiene del tesoro público. Esa cantidad está destinada a mejorar la gestión de agua en seis ciudades. 550 millones están dedicados a infraestructura y lo restante se empleará para mejorar la gestión de las empresas, para hacerlas más eficientes, mejorar sus indicadores y procesos.
El elemento más importante a trabajar es infraestructura. El proyecto está a cargo del OTASS, pero la infraestructura es gestionada por el Programa Nacional de Saneamiento Urbano. Están involucradas las ciudades de Ucayali, Cusco, Arequipa, Barranca, Huaral y Huacho. Acabamos de aprobar el manual de operaciones y esperamos, en los próximos días, terminar el procedimiento administrativo que nos permita operar. Luego recibir las primeras transferencias y echar a andar el proyecto.
Existe voluntad de dar información a estudiantes sobre diversos temas relacionados al agua, a través de los “Viernes de Aguas”. ¿De qué se trata la iniciativa?
Tenemos la voluntad de salir a las universidades, de estar en otros mercados. En base a esa necesidad nacen los Viernes de Aguas. Nos centramos en temas que interesen a más de uno. Cambio climático por ejemplo, tecnologías, metodologías o formas de tratar el agua residual, uso adecuado del recurso, cultura y valoración del agua. Existen una serie de temas que nos pueden comprometer, pero procuramos no dejar de lado aquellos que sean de especial interés para el sector. A través de estos viernes hacemos que las empresas también tomen conocimiento de qué cosas buenas se hacen en otras empresas y lo apliquen progresivamente.
Publicado en revista Agua y Saneamiento Ed. 10.
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