El Obispado de la ciudad de Málaga, en España, presentó un anteproyecto para la construcción de una cubierta a dos aguas para la Catedral de esa ciudad, aquejada por constantes filtraciones de agua en su interior. Diez años atrás se abordó este problema, sin encontrar una solución definitiva.
“La principal patología que sufre y ha sufrido históricamente la Catedral son las filtraciones de agua de lluvia que insistentemente deterioran sus bóvedas y muros. La obra que para tal fin se terminó en el año 2009 no solo ha resultado ineficaz, sino que se ha convertido en un problema añadido para la correcta conservación del templo”, señaló el arquitecto Juan Manuel Sánchez, a cargo del anteproyecto.
La propuesta rescata la solución original empleada en el siglo XVIII para la evacuación de aguas pluviales de las cubiertas, pero introduce una serie de variaciones para adaptar al edificio a la tecnología actual. Además de cubrir las cúpulas de la nave y la girola, se busca intervenir las cubiertas intermedias y el sistema de bajantes.
“Esta solución generará un espacio interior que permitirá la ventilación de las cúpulas con una cubierta, la cual asumirá eficazmente las dilataciones debidas a los cambios de temperatura sin producir quiebras en su superficie”, sostiene el arquitecto.
También han apuntado que como material de cobertura se propone la teja vidriada, un material de probada eficacia y que protege los edificios históricos y de mayor importancia de esa ciudad. Además se realizarán recubrimientos ignífugos y con dispositivos de última generación en la prevención, detección y extinción de incendios.
El proyecto desarrollado no solo facilitará las labores de mantenimiento sino también posibilitará la visita turística, en la que se podrá disfrutar de la visión de las bóvedas bajo la cubierta y de las vistas de la ciudad a través de un recorrido perimetral.
ANÁLISIS PREVIO
El año pasado, la Asociación Ciudadana Málaga por su Catedral y la Fundación Por amor al arte, la Catedral, denunciaron el mal estado que presentan las obras ejecutadas en 2008 para evitar las filtraciones de agua que, desde 2017, se repiten en el interior de las históricas naves. Desde dicha asociación, el arquitecto Diego Estrada mostró su preocupación ante «la cerámica cuarteada e incluso desaparecida» que cubre dichas naves, dejando al descubierto el mortero y la capa asfáltica.
Las cubiertas de la Catedral contó el arquitecto, tienen una sobrecarga de 450 kilos por metro cuadrado a partir de la construcción de la nueva piel, cuando ese peso tendría que repartirse entre los pilares y los muros del edificio. Desde estas plataformas ciudadanas aseguraron que las filtraciones de agua afectan al interior de la estructura, por lo que siguen siendo necesarias las mallas que cubren el templo al interior.
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