La construcción modular se viene posicionando como una opción efectiva frente a los sistemas tradicionales cuando de rapidez, seguridad, comodidad y confort se trata.
Así lo señala el gerente general de Calaminon, Laureano López, quien asegura que esta alternativa ofrece grandes beneficios frente a la demanda actual de viviendas de emergencia, aulas prefabricadas y campos mineros, pero espera que a futuro se sumen viviendas urbanas, oficinas, centros comerciales, hoteles y otros.
¿Qué potencial tiene la construcción modular en el mercado peruano? La construcción modular en el Perú es un mercado muy incipiente, pero que tiene mucho potencial, principalmente, por la variedad de zonas geográficas que tiene el país. Esto hace que las soluciones modulares sean las más adecuadas para salvar la brecha que existe en sectores como vivienda o educación. Por ejemplo, construir un aula en fábrica y llevarla a determinado lugar, es mucho más rápido y económico que construirla in situ con material noble.
¿Cuáles son las aplicaciones más frecuentes de este sistema? Según nuestra experiencia en el país, la construcción modular tiene mayor incidencia en infraestructura educativa, que se traduce en aulas para costa, sierra y selva, con modelos orientados a ofrecer confort. También hemos tenido presencia en hospitales, tópicos y postas médicas, así como en viviendas, especialmente luego del Fenómeno de El Niño.
RESISTENCIA Y SEGURIDAD
¿Qué ventajas considera que tienen estos módulos respecto a los sistemas de construcción tradicionales? Las soluciones prefabricadas garantizan funcionalidad y un mejor aprovechamiento del espacio. Los módulos más chicos, por ejemplo, miden entre 60 m2 y 70 m2, mientras que los más grandes alcanzan hasta 180 m2 y se pueden emplear como salas de usos múltiples. Además, que sean proyectos integrales llave en mano le da la facilidad al cliente de olvidarse de todo.
Encontramos ventajas también en la resistencia y seguridad, que son precisamente algunos inconvenientes que algunos encuentran en el material noble. Adicionalmente, hay una variable en el tema del confort, ya que tienen capacidad de aislamiento térmico y acústico, a lo que agregaría la reducción que se obtiene en los tiempos de construcción, pues los módulos se desarrollan al 100% en fábrica, como un lego, y se monta con un máximo de ocho personas.
Si hacemos una comparación entre una solución de albañilería con construcción modular, se logra un ahorro de hasta 82% de tiempo y 34% de presupuesto. Por ejemplo, un área modular de 61 m2 se puede montar en ocho días, mientras que una tradicional requerirá 46 días. Si lo vemos a una escala más amplia, nosotros podemos fabricar 500 módulos en un mes, y esto en albañilería requerirá mucho más tiempo.
Respecto al presupuesto, siguiendo el mismo ejemplo, una construcción modular tiene un precio promedio entre 300 y 500 dólares por metro cuadrado, mientras que la tradicional se sitúa entre los 500 y 600 dólares.
En cuanto a riesgo sísmico, ¿Es una estructura modular más segura que una de albañilería? Absolutamente. La seguridad en este ámbito se da por una variable: la masa sísmica, el peso que tiene la estructura. Una de albañilería que pesa más que una modular, se va a mover más porque va a tener una mayor inercia frente al mismo fenómeno sísmico. Por ese lado, es mucho más seguro tener una vivienda modular, que prácticamente no se mueve. Además, tampoco tiene el problema de agrietamiento, ya que tú tienes un panel que te da continuidad y no va a tener deformaciones.
DEMANDA
¿Cuál es la demanda actual que existe por este tipo de soluciones? La demanda actual se centra en hospitales modulares, viviendas de emergencia, aulas para docencia, campamentos mineros y algunos casos de plantas agroindustriales. Pero a futuro, el desarrollo de los sistemas modulares se orienta a las viviendas urbanas, casas de campo o de playa, edificios de oficinas de cinco a ocho pisos, centros comerciales o strips center, cines, teatros y hotelería. Por ejemplo, en Estados Unidos el 60 por ciento de los hoteles que están en las carreteras son modulares.
No debería sorprender que veamos este tipo de construcciones más habitualmente. Yo creo que Perú, a diferencia de Chile o Argentina, ha adoptado de una manera muy rápida el tema de construcción modular en infraestructura de educación. Diría que el desarrollo es comparable al de Estados Unidos.
¿Actualmente están trabajando en algún proyecto de este tipo? En vivienda estamos desarrollando un plan piloto y, en este momento, estamos buscando un terreno en Chiclayo o Trujillo para hacer un primer proyecto inmobiliario. Nuestra intención es ajustar nuestras soluciones en el concepto de Techo Propio, con unidades que cumplan ciertas características que beneficien a la mayor cantidad de usuarios posible. En ese programa, el precio de las viviendas está en torno a los 30 mil soles, y la idea es que el aporte de la familia sea mínimo.
¿A cuánto podría ascender la venta en el mercado de la construcción modular en el Perú? Creemos que es un mercado con mucho potencial, aunque depende de factores como la economía y las inversiones. Dentro de unos años puede situarse entre los 120 millones y 150 millones de dólares, lo que resultaría atractivo para cualquier operador, ya que es un mercado bien balanceado en infraestructura privada, aunque podría ser más dinámico y tuviéramos más proyectos mineros.
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