En el año 2013, la industria internacional de la moda estuvo en el ojo de la tormenta por el derrumbe de una fábrica textil en Bangladesh, que dejó más de 1,000 fallecidos y más de 2,000 heridos. La tragedia evidenció las duras condiciones laborales de los trabajadores de ese país, donde el salario promedio equivale a 32 euros.
Recientemente, más de 200 firmas del sector de la moda acordaron renovar el acuerdo, a fin de garantizar su vigencia. El pacto estipula aumentos de salarios a los trabajadores y el incremento de las inspecciones en las fábricas, que ha dado lugar a un nivel de seguridad mucho mayor.
En el 2017, el gobierno del referido país trató de asumir la responsabilidad por el acuerdo, por encima de la Corte de Apelaciones. La medida no prosperó debido a una posible falta de regulación que conduciría a un retroceso de las fábricas en materia de seguridad y condiciones de trabajo.
El nuevo acuerdo, firmado por más de 200 marcas textiles que operan alrededor del mundo, entrará en vigencia a partir de marzo de este año, y estará bajo la responsabilidad de Readymade Sustainability Council (RSC), una plataforma que asegura que las medidas de seguridad se aplicarán de forma independiente, transparente y efectiva.
Hasta el derrumbe del complejo Rana Plaza en el 2013, no se habían evidenciado las condiciones en que operaban los talleres textiles en Bangladesh, que se caracterizan por ofrecer mano de obra barata a empresas occidentales. El accidente generó una gran presión para que las grandes marcas sean más responsables con sus contratistas, y dio lugar a la firma del Acuerdo sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Sistemas contra Incendios de Bangladesh.
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