El Instituto Americano de Arquitectos (AIA por sus siglas en inglés) ha instado al Congreso de Estados Unidos a apoyar a las pequeñas firmas de arquitectura y sus empleados en medio de la pandemia de Covid-19. El llamado se produce ante el temor de que la desaceleración económica los pueda dejar fuera del negocio.
En una carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y al líder de la mayoría del Senado, Mitch McConell, el AIA solicitó una ayuda mejorada que incluye préstamos y extensiones fiscales para ayudar a las empresas pequeñas en medio de la recesión económica.
“Para abordar las apremiantes necesidades económicas a corto plazo, la AIA los insta a ampliar el alivio temporal para los dueños de negocios para evitar despidos y la fuerte recesión económica que seguiría”, señala el comunicado.
La asociación ha solicitado al Congreso invertir en préstamos para interrupción de pequeñas empresas para que aquellas con 500 empleados o menos puedan cubrir el costo de la nómina para los empleados que no pueden trabajar debido a problemas de salud causados por el virus o que trabajan de forma aislada.
También han pedido al Congreso que otorgue préstamos para que puedan cubrir costos como la nómina y el alquiler durante un periodo incierto. Además, sugieren que se suspenda la recaudación de los impuestos comerciales, incluido el impuesto sobre la nómina, mientras dure la pandemia.
La carta lleva la firma de la presidenta de la AIA, Jane Frederick, y del director ejecutivo, Robert Ivy. “El dolor a corto plazo está sobre nosotros”, agrega la misiva.
Una de las tantas firmas afectadas por la pandemia es Rapt Studio. Según el CEO de la compañía, David Galullo, las medidas solicitadas son fundamentales para mantener las empresas a flote, y que en estas fechas el mayor impacto es la incertidumbre.
Según indicó, el efecto a corto plazo en la industria de la arquitectura y construcción ya es evidente en estados como California, donde todos sus habitantes se encuentran con orden de permanecer en casa.
“Desde una perspectiva comercial, la construcción casi se ha detenido en California y muchos de nuestros clientes están en modo ‘esperar y ver’. ¿El impacto a largo plazo? Nadie lo sabe, pero el daño a corto plazo está sobre nosotros”, lamentó.
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