Por: Ing. Raúl Delgado Sayán
Los efectos dañinos de la pandemia del coronavirus, desde el punto de vista sanitario y económico, han sido muy severos no solo en el Perú sino en todo el mundo. En el caso de nuestro país, que adoptó una cuarentena prácticamente total desde un inicio, se paralizó inicialmente cerca del 60% del aparato productivo nacional durante los primeros 45 días para luego reiniciar actividades de manera lenta, por fases y luego de cumplir exigentes y complejos protocolos de seguridad. El BCR estimó durante la fase inicial de la cuarentena, en su etapa más severa, que los costos por semana de producción y servicios paralizados eran del orden de US$ 2,500 millones. Y, proyecciones del efecto final en el PBI para el año 2020, tanto de organismos multilaterales como instituciones locales, varían entre -14% a -19%.
Durante todo este lapso de tiempo se han perdido también alrededor de 2 millones de puestos de trabajo formales que es imprescindible revertir y aún persiste la declaración del Estado de Emergencia y confinamiento obligatorio para la población vulnerable estimada en cerca de 3 millones de la PEA. Sin embargo, a partir del 1 de julio de 2020, la mayoría de actividades han sido autorizadas a reiniciarse transfiriendo el deber de autocuidarse a los individuos y a las empresas, no obstantes que la informalidad y la densidad poblacional de servicios en: mercados, transportes, atención masiva al público mantienen sus elevadas condiciones de riesgo de contagio.
El Estado asumió la compleja tarea de implementar un auxilio a la población más afectada mediante entrega de bonos; créditos para proteger de alguna manera el empleo y evitar romper la cadena de pagos; subsidio a los menores sueldos en planilla y otras medidas de apoyo y subsidio temporal. Lo prolongado de este confinamiento por tres meses y medio ha hecho que se emplee en ello una buena cantidad de nuestro fondo de contingencia adquirido con mucho esfuerzo a través de los años y ha generado que se incremente nuestro endeudamiento. La cuantificación total de estos efectos no es materia del presente artículo sino más bien las medidas que permiten la pronta recuperación de la marcha económica productiva y de servicios del país para recuperar nuestra economía.
ESTADO E INVERSIONES
Conscientes que durante todo este lapso de tiempo el sector privado, que representa el 80% de la actividad económica del país, se ha encontrado ante un escenario totalmente perjudicial e imprevisto, con mucha angustia e incertidumbre y sin conocer a ciencia cierta cuándo el país superará efectivamente a la Pandemia con la vacunación. Mayoritariamente enfrenta un reinicio con comprensible cautela deteniendo y postergando sus inversiones hasta verificar el control de la Pandemia y analizar los efectos de cambios de hábitos de consumo y un menor gasto de la población que ha consumido sus propios ahorros.
Ante dicho escenario lo correcto es que el Estado lance un programa agresivo de inversiones y promueva la recuperación del empleo para mejorar el consumo, ya que solo a través de sus inversiones el Estado asume tanto oferta como demanda lo que activa el proceso económico ya que asume el rol de inversionista y consumidor.
Con mucho acierto y para dar actividad y empleo en las diversas regiones y gobiernos locales del país, se ha lanzado el programa Arranca Perú, que con una inversión prevista en un periodo de 12 meses empleará en operaciones y mantenimiento un total de S/ 6,436MM (millones de soles), de los cuales en lo que queda de este año gastará alrededor de S/ 3,897MM en mantenimiento periódico y rutinario de 58,000 km de la red vecinal y nacional a un costo promedio estimado de S/ 11,198 km/mes.
Este programa involucrará mantenimiento de transitabilidad con niveles de servicio para faenas de: parchado de baches; limpieza de cunetas; desbroce y visibilidad y donde se requiera un perfilado de la subrasante, ya que una gran cantidad de estos caminos vecinales son sin afirmar y otros afirmados. Este programa es para contratación principalmente de Mypes y se llevará a cabo en 190 municipios; generará alrededor de 500,000 puestos de trabajo y estará bajo la supervisión de Pro Vías Descentralizado del MTC para el control de ejecución física y económica. También se ha previsto invertir en el sector Vivienda S/535 MM en construcción de 20,000 viviendas que generarán 80,000 empleos y S/ 937 MM para construcción y mantenimiento de pistas y veredas que a su vez generaran 57,000 empleos.
ACELERA PERÚ
El sector de la construcción es sin lugar a dudas uno de los más grandes dinamizadores de la economía, no solo por la importancia en sí del mismo, sino porque da trabajo, cruza otras inversiones y construye eficiencias en todos los otros sectores de la economía.
El COVID 19 lo convirtió en uno de los más afectados, estimándose que al fin del año cerrará con una caída de -30.3% que es la más fuerte en los últimos 40 años. A la fecha se encuentran paralizados un 40% de las obras en infraestructura como en vivienda. Han paralizado 1,750 proyectos de vivienda de los cuales un 49% es vivienda social.
Si bien es cierto el programa Arranca Perú se orienta a promover el empleo en población necesitada de un ingreso; el impacto y los beneficios más importantes del Sector Construcción para el desarrollo y crecimiento eficiente de la economía, se encuentran indiscutiblemente en el destrabe y reactivación efectiva de los grandes proyectos , muchos de ellos ya contratados y en proceso de ejecución, incluso bajo la modalidad de APPs, con financiamiento otorgado pero que; por motivos de terrenos, interferencias de servicios públicos, discrepancias en interpretaciones contractuales entre Concedente Estado y Concesionario; arbitrajes y cambio de Contratista por diversas razones; entre otros , se encuentran trabados generando perjuicios indudables al país. Si bien esta es una situación negativa bajo cualquier circunstancia, en situaciones como la actual de Emergencia ya se convierten en intolerables.
La Emergencia y la necesidad de levantar la economía del país amerita implementar decisiones urgentes e importantes. Se debe priorizar sobre cualquier discrepancia el no detener el avance de la obra puesto que el costo/beneficio de paralizar las obras es tremendamente negativo. Se debe avanzar por encima de la discrepancia y esta se resolverá posteriormente por el mecanismo de solución previsto, el que determinará, finalmente, a que parte corresponderá el resarcimiento económico, si lo hubiera.
Así, por ejemplo, si la discrepancia es por terrenos se debe priorizar la inmediata posesión del mismo para avanzar. La compensación justa se decidirá después. Si se tratara de discrepancias técnicas, se optará por aquella que de las mayores garantías de seguridad y durabilidad. En toda circunstancia se deberá respetar la experiencia y criterio profesional de quien deba tomar la decisión, siempre que no sea una decisión que pone en riesgo la integridad de la obra y en los casos de APPs , ambas partes, pero de manera especial el Concesionario, deben comportarse como socios de manera proactiva más que como simplemente contratistas.
La mayoría de estos grandes proyectos se encuentran dentro de la lista de 52 proyectos priorizados por el Plan Nacional de Infraestructura y Competitividad (PNIC) para una inversión de S/ 100,000 millones, de los cuales un 50% se encuentran en Lima y el otro 50% en el resto del país. El sector transporte concentra el 83% de las obras y un 65% son APPs. 50% están contratados y en fase de ejecución, pero trabados lamentablemente. Mencionaremos algunos ejemplos de estos proyectos para que visualicemos su importancia:
- Chavimochic III su componente principal es la Presa Palo Redondo. Es una parte del mayor proyecto de agro exportación del Perú. Mejorará el riego de 48,000 Ha y agregará 63,000 Ha nuevas. Con una inversión de apenas US$ 700 millones, de los cuales ya se invirtió US$ 200 millones, se obtendrá cuando esté terminado y operando un ingreso por exportaciones de US$ 1,200 millones anuales; generará inversiones adicionales del sector privado por US$ 1,000 millones para el desarrollo de tierras agrícolas y generará 150,000 empleos formales. La obra está detenida desde hace tres años y medio, prácticamente en abandono.
- Majes Sihuas II irrigará 38,500 Ha y generará US$ 360 millones en exportaciones anuales y hará crecer el PBI agrícola en US$ 850 millones anuales.
- La Línea 2 del Metro de Lima y Callao y el ramal de la Línea 4 con una extensión total de 35 km de metro subterráneo que va desde ATE hasta el puerto y el aeropuerto del Callao. Es la obra más importante del país, que una vez culminada transportará 1 millón de pasajeros/día de este a oeste y conectará con la Línea 1 actualmente en operación y con capacidad de transporte de hasta 750 mil pasajeros/día. Conectará también con los otros sistemas de transporte del Metropolitano y corredores complementarios. El Contrato se firmó a finales de abril hace 6 años y de haberse cumplido el programa inicial debió estar terminado a la fecha y en pruebas de operación. Urge tomar decisiones para imprimir un ritmo vigoroso de avance.
- Ampliación del Aeropuerto Jorge Chavez que consta de la segunda pista de aterrizaje ; obras del lado aire, incluyendo la torre de control y un nuevo terminal que concentrará todas las operaciones nacionales e internacionales de pasajeros y que podrá crecer modularmente hasta una capacidad de 35 millones de pasajeros anuales con una inversión estimada de S/ 4,950 millones.
- Ampliaciones del Muelle Norte del Callao (S/ 3,000 millones) y el Muelle Sur (S/ 2,100 millones).
Lo anterior es tan solo una muestra de las inversiones que deben ser activadas en un programa Acelera Perú, que solo requieren destrabe y decisiones, para así cambiar la imagen del país y con ello activar todas las industrias y demás actividades de proveedores de estas obras e innumerables puestos de trabajo.
No quisiera terminar este artículo sin dejar de mencionar la importancia que tiene para el Perú el destrabe de los proyectos mineros que nuestra economía requiere con urgencia, porque representan la manera más rápida de equilibrar las cuentas fiscales que han sido deterioradas fuertemente en esta pandemia que ha obligado en todo el país a consumir un gran porcentaje de nuestros ahorros del fondo de contingencia y a recurrir a endeudamiento que aumentará nuestro coeficiente deuda con relación al PBI que constituía el gran soporte y fortaleza de nuestra macroeconomía.
Siendo que estos proyectos pertenecen como patrimonio nacional al Perú y no a las regiones donde ellos se encuentran y producidos los grandes efectos negativos de la pandemia que probablemente continúen hasta el fin del año, es patriótico reflexionar y apelar a la solidaridad con el país de las autoridades locales y las comunidades, para que de manera responsable y concertada, destrabar proyectos de grandes inversiones y empleo como: Tía María (US$ 1,400 millones); Pampa de Pongo (US$ 2,200millones); Zafranal (US$ 1,157 millones); Yanacocha Sulfuros (US$ 2,100millones); Conga (US$4,800 millones); Río Blanco (US$2,500 millones); Cañarico (US$ 1,437 millones). El Perú los necesita con suma urgencia.
Estimados lectores si la pandemia nos da una oportunidad para repensar nuestro futuro y llevar adelante todos los proyectos antes nombrados al unísono, nos daremos cuenta a la vuelta de los próximos 5 años que esta pandemia -que esperamos pronto pase a ser historia- nos enseñó que juntos podremos desarrollar un Perú grande, solidario y próspero que genere progreso y bienestar, que ofrezca oportunidades de trabajo a nuestra población, ingresos para dejar atrás los índices de pobreza y obtener los recursos necesarios para inversiones en servicios básicos: salud, educación, seguridad, vivienda y saneamiento para nuestras clases más necesitadas. El labrar un futuro próspero está ahora en nuestras manos.
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