“En la región sur del país se concentra más de 50% del potencial de energía geotérmica, ahí hay una ventaja comparativa natural que no ha sido aprovechada por mucho tiempo”, señaló el exministro de Economía y Finanzas, David Tuesta.
Refirió que evaluar el tipo de energía a incorporar en la matriz de generación de electricidad requiere considerar el contexto de la oferta y demanda, cómo se cubrirá la demanda, la regulación existente, los esquemas de subsidio, el análisis costo-beneficio, entre otros, para luego determinarla.
“Son muchos factores detrás para tomar una decisión de ir por un tipo de energía, es evidente que hay elementos muy fuertes y potentes que señalan que la energía geotérmica es una ventaja de la región sur, que no se debe desaprovechar, sobre todo por los impactos importantes que se anticipan”, explicó.
En el 2020, la producción de energía eléctrica en el Perú ascendió a 52,713 gigavatios-hora (GWh), generada principalmente por el agua (58%), seguido del gas natural (34%), la energía eólica (3%), el diésel, carbón y residual (2%), la energía solar (2%), el biogás (1%), según estadísticas del Ministerio de Energía y Minas.
Por otro lado, señaló que en el contexto de una economía afectada aún por la pandemia, se puede aprovechar este potencial de manera rápida si se ponen en marcha nuevas inversiones.
Al respecto, la empresa de energía geotérmica de capitales filipinos Energy Development Corporation (EDC) cuenta con dos proyectos de centrales geotérmicas, la de Achumani (Arequipa) y Quello Apacheta (Moquegua), las cuales se encuentran en una etapa inicial de desarrollo; ambas requerirán una inversión mayor a los US$ 1,000 millones para generar cerca de 500 MW.
Tuesta anotó que la inversión en las plantas geotérmicas de US$ 1,000 millones podría agregar 0.7% a 1.9% de crecimiento económico adicional cada año en la región Arequipa; asimismo, estimó que tendría un impacto en la reducción de la pobreza, que podría estar entre 0.2 y 0.5 puntos porcentuales cada año.