Según estudios realizados por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam) existen más de 3,000 millones de toneladas de carbono almacenadas, en forma de turberas, debajo de los pantanos y aguajales de la región Loreto.
Las investigaciones desarrolladas revelan que dicha zona de estudio (que cubre el 3 % del área boscosa del país) contiene alrededor del 50% del carbono que existe sobre la superficie de todos los bosques peruanos, razón por la cual el uso responsable y conservación de las turberas amazónicas es muy importante a fin de cumplir los compromisos nacionales de mitigación y adaptación al cambio climático.
El IIAP afirma que los bosques amazónicos son espacios muy ricos en biodiversidad, pero también almacenan una gran cantidad de carbono en la parte aérea de sus árboles. Complementariamente, las “chupaderas”, como se les conoce a las turberas en esta región, son un tipo de humedal natural donde se acumulan capas de material orgánico en estado de semi descomposición (turba). Estos ecosistemas constituyen depósitos que contienen más carbono en menos espacio dentro de las zonas terrestres.
Los estudios del IIAP, desarrollados en colaboración con las universidades de Leeds y Saint Andrews, del Reino Unido; de Turku, de Finlandia, de Michigan Tech, de Estados Unidos, y la Nacional de la Amazonia Peruana, destacan el importante rol social, económico y ambiental de las turberas para la Amazonia, el Perú y el mundo entero.
Por ello, dentro de las iniciativas de investigación se abordan los sistemas agroforestales familiares inundables, que son una forma de economía circular que busca reducir las brechas de alimentación utilizando recursos locales en concordancia con los objetivos del programa “Hambre Cero”.