Por: Ing. Orlando Ardito. Gerente General de EPEI-Perú.
Las normas y los estándares existen en casi todos los aspectos de nuestra cotidianeidad, creados para asegurarnos que los productos y servicios funcionen de la manera que esperamos que lo hagan, dándonos una vida más segura y agradable. La normalización mejora numerosos aspectos que nos facilitan la convivencia, asimismo asegura el requisito mínimo que debe cumplir un producto en cuanto a seguridad, conformidad, salud pública, protección al medio ambiente o la prevención de prácticas que induzcan a error a los consumidores.
Durante el presente año 2021, los principales desarrolladores mundiales de normas internacionales: IEC , ISO e ITU han lanzado la campaña “Una visión compartida para un mundo mejor” – Normas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, destinada a difundir y concientizar cómo las normas internacionales contribuyen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es así que la Organización Internacional de Normalización (ISO), la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) decidieron unir esfuerzos de forma compartida y colaborativa para llegar a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.
Los ODS representan una visión compartida de paz y prosperidad para las personas y el planeta, buscan equilibrar las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, la social y la ambiental, definen metas históricas, universales, transformadoras porque requieren de una innovación revolucionaria en una variedad de ámbitos, tales como la energía, la construcción, la alimentación y la movilidad entre otros. Estos avances surgirán de los constantes procesos creativos y las actividades de investigación y desarrollo impulsadas por las empresas. Tomar medidas para abordar los ODS no solo es lo mejor para el planeta: es también necesario para salvaguardar el desempeño a futuro de todo negocio junto con las normas y estándares. Tareas como desarrollar un modelo circular para la industria de los vehículos, ampliar las opciones de energías renovables, desenvolver un modelo circular para dispositivos y maquinarias, mejorar la gestión de riesgos para integrar los ODS en la estrategia de negocio y la operación de una compañía se vuelven vitales para enfrentar el futuro a cortísimo plazo.
En 9 años estaremos en una nueva década, el 2030, un año en donde se espera que no haya pobreza, que tampoco las personas padezcan hambre, son algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas (ONU) en el que se conoce como la Agenda 2030. Cada uno de estos objetivos abarca una realidad distinta y se convierte en una llamada a la acción en un momento lleno de desafíos que nos ubica en una década clave para lograr cambios importantes, desde la transformación digital, la educación, la salud, el cambio climático, la reactivación económica y la brecha en la igualdad de género. Estos desafíos requieren de reglas claras como las normas internacionales así como la sumatoria y visión de varios actores desde diversos frentes, un trabajo en común y una visión compartida, más allá inclusive de las fronteras. El principal objetivo es que para el 2030, las normas internacionales sean reconocidas como parte integral del éxito de los ODS y éstos son nuestra hoja de ruta hacia el desarrollo sostenible de cara a la agenda mundial 2030.
La industria eléctrica debe impulsar para ayudar a alcanzar los objetivos ODS. En primer lugar, adoptar un enfoque de valor en las energías renovables, una visión completa del impacto de la generación de renovables, la eficiencia energética y la mejora de la red, tanto en la economía como en la sociedad. Asimismo, la industria de energía puede apoyar a las ciudades y a los centros industriales a alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas descarbonizando la generación de energía e invirtiendo en nuevas fuentes de valor que surgen de la transición a la energía limpia, incluyendo renovables, el almacenamiento a escala de servicios, los vehículos eléctricos y el hidrógeno verde. En tercer lugar, el sector eléctrico debe avanzar hacia servicios sostenibles, invirtiendo en microrredes de carbono, sistemas solares comunitarios de bajo costo y otros proyectos de energía limpia fuera de la red. Además, los modelos empresariales centrados en el cliente pueden permitir a las empresas ofrecer servicios energéticos con bajas emisiones de carbono, incluyendo la carga de vehículos eléctricos, planes de energía verde y servicios domésticos conectados a los consumidores preocupados por la sostenibilidad.
Las empresas asociadas de EPEI-Perú ya vienen implementando de manera estratégica la perspectiva de los ODS con el propósito de poner a disposición de cliente y usuario final, soluciones de negocio innovadoras, con el fin de abordar las problemáticas más amplias y sistémicas e impulsar la transformación digital hacia un mundo más sostenible. Asimismo es clave el papel de las alianzas e iniciativas colaborativas que ayuden a llevar a escala el impacto de los ODS, la colaboración con los pares uniendo fuerzas para crear una visión colectiva en la industria de productos eléctricos en línea con los ODS de la ONU.