La depuración de las aguas tiene como fin garantizar la sostenibilidad del ciclo hidrológico. El agua tras ser utilizada es desechada y debe volver a su medio natural sin contaminar ni poner en riesgo la salud de los seres vivos. Antes de volver a formar parte de los ríos o los mares y poder fluir libremente, el agua residual debe seguir un proceso de transformación y depuración que se inicia con su recogida, transporte y posterior tratamiento.
En las zonas urbanas es donde se concentran la gran mayoría de las aguas residuales ya que son generadas por la propia actividad humana, bien por uso doméstico o industrial, y por tanto son los espacios que demandan sistemas estancos y duraderos que permitan controlar y transformar cualquier tipo de vertido de forma segura. Para conseguir la circularidad del agua es necesario prestar especial atención a los sistemas de saneamientos urbanos y mejorar la depuración de este tipo de aguas con infraestructuras seguras que aporten mayor eficiencia y sostenibilidad en su gestión.
Saneamiento de PVC versus sistemas tradicionales
Un sistema de saneamiento se diseña para conseguir los índices de salubridad, proteger el medio ambiente y contribuir en la preservación de los recursos disponibles. Para lograr estos objetivos todos los componentes que conforman la red (tuberías, accesorios, etc.) deben ser estancos, duraderos y minimizar los costes de explotación. Los materiales que mejor cumplen con todos estos requisitos son los plásticos de PVC, cuya composición y morfología también ayuda a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera en todo su ciclo de vida.
En los últimos años, los materiales plásticos han ido ganando más terreno a otros materiales convencionales, ya que presentan grandes ventajas a nivel estructural y mejoran la eficiencia de la red como vamos a ir viendo a continuación, analizando distintos aspectos de las redes de saneamiento.
La cualidad más importante que deber reunir cualquier red dedicada al transporte de aguas de desecho es garantizar la estanqueidad total del fluido para asegurar que no se produce ningún tipo de fuga que pueda causar la contaminación del entorno. Todos los elementos que conforman la red deben evitar también las infiltraciones de agua del subsuelo al interior de la conducción ya que incrementa el consumo energético y los costes de depuración, pudiendo afectar al funcionamiento global de la red. Un aspecto que se debe cuidar especialmente en juntas, acometidas, pozos, etc. siendo muy recomendable optar por sistemas de unión prefabricados a base de juntas elásticas. La estanqueidad en las tuberías plásticas es en general mayor que en las rígidas, toda vez que un tubo flexible colabora con su deformación a un mejor cierre con la unión elástica.
Por lo general, las tuberías de saneamiento van enterradas y, por tanto, requieren de una elevada rigidez para soportar las cargas de tráfico, pero a la vez es importante que cuenten con cierta flexibilidad para transmitir esfuerzos al relleno de la zanja en la que se instalan y absorber posibles asentamientos tanto del terreno como del propio tubo. Las tuberías plásticas y en especial aquellas de tipología estructurada, es decir, las que incorporan una sección de tubo más sofisticada son las que ofrecen mayor rigidez.
Teniendo en cuenta los tipos de fluidos que recorren estas tuberías, es imprescindible que el material tenga un buen comportamiento frente al pH de distintos componentes químicos que pueden estar presentes en los caudales circulantes. Las tuberías plásticas de PVC en este sentido son muy resistentes a la gran mayoría de elementos que incluyen las aguas urbanas de escorrentía y no les produce ningún tipo de corrosión el contacto directo con grasas, aceites minerales o combustibles. Las tuberías deben ser resistentes a la acción electroquímica, es decir, frente a las corrientes de corrosión que se crean cuando en dos puntos de la superficie de la conducción el estado de la pared es diferente, o cuando el terreno que envuelve a la tubería presenta concentraciones diferentes en oxígeno o en sales a lo largo del trazado (lo que ocurre normalmente).
Las conducciones de PVC se han convertido en la mejor opción cuando se requiere instalar tuberías sólidas y muy duraderas. Un material que no se oxida por corrosión aerobia ni sufre corrosión anaerobia provocada por componentes y microorganismos de las aguas circulantes o por los terrenos circundantes.
La ausencia de rugosidad en la superficie interna de las tuberías plásticas de PVC repercute de forma favorable en su comportamiento frente a la abrasión. A velocidades normales el desgaste por abrasión es insignificante y por ello se consigue alargar su vida útil en el tiempo de manera ilimitada. La falta de porosidad en el interior del tubo de PVC también evita que se produzcan incrustaciones de materiales contenidos en las aguas residuales y pluviales. La velocidad que llega a alcanzar el agua en el interior minimiza la posibilidad de acumulación de restos que puedan frenar su transporte y disminuir el rendimiento de la instalación en su conjunto.
La capacidad hidráulica de un tubo de saneamiento por gravedad viene determinada por dos factores: el coeficiente de fricción del agua con el tubo, y el diámetro interior del tubo. En los tubos plásticos, el coeficiente de rozamiento es de K = 0,10 en la fórmula de Prandtl-Colebrook para aguas residuales. En cuanto a la capacidad hidráulica la tubería SANECOR® dispone de elevados diámetros interiores que garantizan caudales óptimos.
Por último, otra diferencia importante a tener en cuenta entre las tuberías tradicionales y las plásticas es la ligereza de estas últimas. A la hora de su instalación y montaje el peso de la tubería es un factor muy importante ya que repercute directamente en los costes finales de la obra. Los tubos plásticos de PVC reducen los costes de manipulación y montaje eliminando gastos extras de maquinaria y mano de obra. Su ligereza además aumenta la seguridad del personal dedicado a su montaje y se consigue reducir el tiempo de los operarios en la obra.
SANECOR® sistema integral y sostenible
Por todo lo expuesto anteriormente, está claro cuáles son los principales motivos que han motivado el gran crecimiento de las soluciones plásticas frente a los materiales tradicionales (como el hormigón, el fibrocemento, el gres o los materiales de fundición) en materia de saneamiento por su estanqueidad, resistencia, ausencia de corrosión, flexibilidad y ahorro de costes entre otros. Pero dentro de las posibles soluciones plásticas de PVC que se encuentran en el mercado hay un sistema que destaca y sobresale entre los demás, SANECOR® de Molecor.
La tubería SANECOR® nació con el objetivo de conseguir un producto altamente sostenible diseñado para satisfacer plenamente las necesidades de las redes de saneamiento, optimizando el consumo energético asociado a su producción, instalación y funcionamiento, y minimizando la interacción medioambiental con el entorno. La principal característica de la tubería SANECOR® visible a simple vista es que consta de una pared estructurada de doble capa, lisa interior y corrugada exterior de rigidez SN8 (≥ 8 kN/m2).
La unión de los tubos SANECOR® es totalmente estanca y se realiza mediante el sistema llamado copa de embocadura integrada en la que se mantienen las mismas características del resto del tubo (corrugas y espesores). Otro aspecto que incide en la total estanqueidad del producto es la junta elastomérica. En las tuberías lisas dicha junta se ubica en un espacio determinado para tal fin en el interior de la copa, pero en el caso de las corrugadas se aprovecha los valles de las corrugas. El tubo SANECOR® dispone de una junta bilabiada hasta diámetro DN500 y una junta de simple labio para diámetros superiores, comprendidos entre DN630 y DN1200, evitando en ambos casos que la junta se desplace durante el montaje del tubo y asegurando en todo momento su estanqueidad.
La capacidad hidráulica de las tuberías se determina por dos factores: el coeficiente de fricción del agua con sus paredes y el diámetro interior. SANECOR® como solución plástica cuenta con un coeficiente mínimo de rozamiento y su capacidad hidráulica es máxima. Un sistema que posee una de las gamas más amplías del mercado con diámetros nominales que van desde los 160 mm hasta los 1.200 mm para adaptarse a las diferentes necesidades de las redes suministrándose con todo tipo de piezas especiales y accesorios para asegurar la máxima eficiencia en toda la red.
Accesorios y pozos de registro
En cualquier red de saneamiento es deseable que todos sus elementos y componentes dispongan de características similares y guarden una homogeneidad para mantener la estabilidad mecánica del sistema y garantizar su óptima estanqueidad. El sistema SANECOR® ofrece una gran variedad de piezas para conectar los distintos componentes de la red, resolviendo cualquier tipo de circunstancia: manguitos de unión para extremos sin copa, manguitos pasantes para el montaje de carretes de reparación, codos de 30°, 45° y 90°, ampliaciones de diámetro y derivaciones a 45° y 90°. SANECOR® también proporciona diferentes soluciones para acometidas, de diversa tipología: mediante clips mecánicos, piezas de injerto y clips elastoméricos.
Otro producto estrella dentro del porfolio de saneamiento de SANECOR® son los pozos de registro, cuya misión es facilitar el acceso a la conducción para poder realizar labores de inspección, mantenimiento y reparaciones. El pozo de registro SANECOR® comparte las mismas ventajas que sus tuberías: óptimo comportamiento químico, resistencia a la corrosión y abrasión, gran rendimiento, optimización de costes de instalación, etc. Pero lo más crítico en un pozo y que cobra especial relevancia es su estanqueidad. Gracias a la gran trayectoria en la fabricación de pozos de registro con diferentes materiales, Molecor conoce todas las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos. Una experiencia, de más de 30 años, que les ha permitido desarrollar una importante gama de pozos que aprovecha las ventajas de cada material plástico. El diseño SANECOR® resuelve los inconvenientes surgidos con otras soluciones plásticas anteriores, fundamentalmente referidos al coste, a la resistencia mecánica y a la adaptación in situ de la solución prefabricada.
Pero veamos con más detenimiento la partes que componen el pozo y las particularidades de cada uno de ellos. La parte superior es el acceso al pozo y su forma cónica tiene por objeto reducir el diámetro del pozo al diámetro del registro (600 mm). Fabricado en PEAD de alta calidad es asimétrico con 2 pates en los pozos de 1000 y 1200 mm e incorpora unas pequeñas nervaduras que refuerzan su rigidez. A continuación, por debajo del cono se sitúa el fuste o cuerpo del pozo que incluye pates de acceso y que se construye con PVC Corrugado SN8 que le aporta gran rigidez y por ello no requiere refuerzo de hormigón. Los pates instalados que permiten bajar y subir al pozo son de acero y están revestidos de polipropileno para asegurar la estanqueidad frente a entradas de agua de nivel freático. La altura del cuerpo se adapta a las necesidades de la obra con un máximo de 5,5 metros. En el caso de requerir pozos de mayor profundidad se usa un segundo módulo con extremo encopado para facilitar la unión entre uno y otro. En el caso de pozos profundos se colocan tramex o plataformas de seguridad a medida, fabricados en poliéster reforzado, cuya función principal es servir de plataforma de seguridad para evitar posibles accidentes y permitir al operario realizar paradas técnicas. Por último, el fondo del pozo es donde se ubican las conexiones al colector En función del diámetro del mismo, puede realizarse de diferentes formas. Hasta un cierto diámetro que depende a su vez del diámetro del pozo, las tuberías entroncan directamente en el cuerpo del pozo a través de juntas elastoméricas que, aprovechando el gran espesor de la pared corrugada, garantizan una total estanqueidad. Es importante resaltar que la estanqueidad de los pozos SANECOR® solo se garantizan utilizando los clips originales.
El acabado del pozo puede realizarse de diferentes formas: con entronque de la tubería al cuerpo del pozo, mediante base de registro o mediante pieza entronque de paso total. En la primera opción de acabado, el entronque directo al cuerpo del pozo mediante clips elastoméricos queda limitado a un diámetro máximo de colector DN600 mm, en cuyo caso el fondo del pozo se remata con hormigón. Si hay presencia de nivel freático en la zanja el extremo inferior del cuerpo se cierra con una base plástica de PEAD que incorpora junta de estanqueidad a efectos de evitar la entrada de agua por el fondo.
Cuando la unión al colector se realiza mediante base de registro, en los pozos de diámetros 1000 y 1200 mm, cuando el diámetro del colector es superior a 500 y 600 mm respectivamente, la unión del pozo al colector puede realizarse mediante un fondo con registro. El extremo inferior del cuerpo se cierra con una base con junta de estanquidad pero abierta en el centro, de forma que queda una abertura concéntrica que permite el registro del colector por la clave del mismo. Dicha apertura queda rematada con un cuello vertical que permite la conexión a través de un clip elastomérico asegurando la estanquidad de su conjunto.
Por último, en el acabado del pozo mediante pieza entronque de paso total, en los pozos de diámetros 1000 y 1200 mm, cuando el diámetro del colector es superior a 500 y 600 mm respectivamente, la unión del pozo al colector puede realizarse mediante una pieza en Te fabricada en PEAD, que mantiene el acceso al colector a sección completa. Para evitar deformaciones por sobrecargas excesivas es conveniente hormigonar esta pieza hasta cubrir la mitad del cuello de conexión con el pozo.
Son tantas las opciones que ofrece el sistema SANECOR® que, a la hora de diseñar un pozo, Molecor facilita una herramienta en su página web que le permite ir configurando de forma amena las características de su pozo en base a sus necesidades, introduciendo en él los parámetros que le va pidiendo el software de forma ordenada. Una herramienta muy útil y sencilla que le ayuda a dimensionar el sistema.
SANECOR® un plus en saneamiento
La gran eficiencia y el óptimo rendimiento del sistema SANECOR® es un hecho y actualmente más de 55.000 km de tubería corrugada han sido instaladas para proteger el medio ambiente evitando la fuga de fluidos contaminantes que pueden alterar nuestro ecosistema. Un sistema totalmente estanco y fiable que es un referente en el mercado por todos los elementos que facilitan su instalación ofreciendo una solución completa a la medida de su red.
Un sistema 100% reciclable y sostenible que contribuye a mejorar la gestión de las aguas residuales en beneficio de todos nosotros, evitando los problemas de salubridad de la población, la contaminación por vertidos en tiempo de lluvia, garantizando la evacuación de las aguas pluviales y asegurando que únicamente las aguas negras sean las que lleguen a la EDAR evitando infiltraciones para que las plantas depuradoras puedan trabajar correctamente.