Un estudio desarrollado por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) y la Sunass proyecta que entre el 2036 y 2065, la disponibilidad de las cuencas que aportan agua a las EPS y que abastecen a la población de las ciudades se reducirían hasta en un 25%, como producto del cambio climático.
Con el fin de contrarrestar el posible desabastecimiento de agua potable en las ciudades y asegurar su provisión para la población, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) estableció que las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS) destinen un porcentaje de la tarifa de agua y alcantarillado para la recuperación y conservación de fuentes de agua a través de proyectos de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos Hídricos (Merese-H).
Desde el 2013, en que la Sunass empezó a incluir en las tarifas bajo ese concepto, se ha logrado que 43 de las 50 empresas prestadoras que regula cuenten con fondos Merese-H para la conservación, recuperación y uso sostenible de los ecosistemas que proveen agua a las ciudades.
En la actualidad, el monto recaudado por este concepto asciende a un poco más de S/ 38.3 millones y se proyecta llegar a más de S/ 138.5 millones al finalizar el quinquenio regulatorio de las EPS con tarifa Merese-H, con lo cual se beneficiaría a más de 20 millones de personas.
De las 43 EPS que cuentan con fondos Merese-H, 12 han ejecutado o se encuentran ejecutando proyectos y 31 cuentan con planes de intervención desarrollados. Esto demuestra una alta actividad entre las EPS con miras a concretar avances en el marco de este mecanismo.
De acuerdo con la Sunass, en la actualidad hay 94 proyectos Merese-H en cartera, de los cuales 23 han sido ejecutados o están en proceso de ejecución, 22 tienen expediente técnico y 49 están a nivel de ficha de proyecto.
Como los proyectos Merese-H se enfocan en conservar o recuperar las fuentes naturales para la provisión de agua potable para el servicio de saneamiento en las ciudades, las actividades propuestas están orientadas a impactar en la regulación hídrica para disponer de más agua en los periodos de estiaje (poca lluvia) y para el control de sedimentos, lo cual implica agua de mejor calidad y ahorro considerable para las EPS en costos de limpieza y potabilización. Costos que, de no ser así, serían trasladados a los usuarios finales de los servicios de saneamiento.