La construcción de obras de infraestructura que involucra el tendido de saneamiento básico como agua potable, alcantarillado, energía eléctrica, tuberías de gas, petróleo, entre otros, es una labor que expone al trabajador a situaciones de riesgo cuando se requiere la excavación de zanjas de gran profundidad. En la actualidad, existe una alternativa de ingeniería de aseguramiento provisional para zanjas: Los entibados, un sistema metálico que además de proteger la integridad de los obreros agiliza la obra por su aplicación y características técnicas.
Señor Costa, el entibado ha pasado a ser un elemento vital y de mayor demanda en los últimos años…
Sí. El entibado, que es un sistema de aseguramiento provisional para zanjas que se ejecutan para obras que requieran excavaciones, tiene que ver con el tema de seguridad que es lo primordial en la construcción. Hoy día el empresariado se ha dado cuenta que hay que dar mayor seguridad a la gente que trabaja en zanja. Nosotros somos una alternativa importante en el país para dar seguridad provisional mientras se realizan obras. Además, la norma refiere que después de dos metros en obra, la zanja debe estar entibada.
En el contexto mundial y en relación con la pandemia por el Covid-19 ¿Krings ha sentido el descenso de trabajo en obra?
En el 2020 tuvimos un año de nueve meses porque tres meses estuvimos parados. Fue una obligación y eso pasó solo en el Perú. No pasó en Ecuador, ni en Colombia, ni Chile, ni Argentina. Ningún país se frenó tanto, máximo tuvieron tres semanas en descanso, pero en Perú se pararon 100 días. Las obras se quedaron tal cual.
¿Cuál fue el principal problema que afrontaron?
El problema principal fue la cadena de abastecimiento mundial. El metal es un producto de gran volatilidad de precios, igual que los fletes. El mercado chino que es un proveedor importante paralizó sus fábricas y volver a mover esa cadena creo desabastecimiento de metales. La verdad que como empresario me he lanzado mucho y, actualmente, contamos con 1,000 equipos. No tenemos problemas y estamos preparados para la demanda. Tenemos un aproximado de 10,000 m2 para atender un mercado de 15,000 m2. Todo con garantía alemana.
Dentro del mercado ¿Qué es lo que más se mueve: infraestructura privada o pública?
Sin duda diría que las dos terceras partes de obras en el Perú son públicas. Indiscutiblemente, por el grado de inversión y por la necesidad de los sectores. El sector C, D y E son hoy día los más afectados por la falta de agua y la falta de tratamiento de sus aguas residuales. En muchas zonas no hay ningún tipo de servicio básico.
¿Con qué empresas trabaja actualmente Krings?
Con todas. Nosotros trabajamos directamente con la empresa que gana la obra, que son empresas del sector privado. Al sector público, el único servicio que le damos es el de ingeniería. Vemos cómo aplicamos nuestra tecnología a los proyectos que están planificando actualmente. Hemos dado el servicio de ingeniería a Sedapal, que están trabajando proyectos que se vienen para el departamento de Lima. También con SedaLib en La Libertad, con las EPS de Cusco, Puno, Juliaca. Con estas instituciones públicas vemos la parte de ingeniería básicamente.
Pero tienen una parte comercial muy activa…
Pero es otra área. Krings ve la parte comercial porque somos importadores, traemos de Alemania nuestros productos y damos al servicio en alquiler a las empresas peruanas. Pero la generación de la necesidad de ser efectivo viene de la parte de ingeniería, porque si no está presupuestado, o no está en la foto del plano, pues no te toman y piensan que es un sobrecosto, ese es un tema muy importante. Hay muchos proyectos en el sector público, pero no contiene el tema de seguridad, entonces mi área de ingeniería se encarga de eso.
¿Qué obras se encuentra abasteciendo Krings Perú actualmente?
Estamos en las siete plantas de tratamiento de aguas residuales del lago Titicaca. Como obra principal estamos en la obra de agua y saneamiento de Rinconada que es la zona de Villa María del Triunfo. También en Tabla de Lurín, que es el proyecto más grande que tiene Perú en este momento. Hemos salido recientemente de Provisur. Estamos en la reconstrucción de Piura; en las 16 estaciones del Tren Eléctrico de Lima, en todo lo que son redes primarias y secundarias que han tenido que ser desviadas por el tema de la tunelería; asimismo, estamos en la pista número dos del Aeropuerto Jorge Chávez.
¿El nivel de venta se ha mantenido, ha crecido?
Hemos tenido gran demanda. Hace ocho meses todos los que tenemos entibados en el Perú nos quedamos en cero, hubo demanda porque se activaron un promedio de 56 obras a nivel nacional. Y, si se destraban las obras paralizadas sería un gran beneficio para los peruanos.
¿Qué productos se están movilizando más?
Tenemos dos grandes familias. Los cajones que son de dos a tres metros de profundidad para aseguramiento de zanja que es casi el 70% de mercado peruano. Y, para lo que es sierra y selva es el equipo de guías deslizantes por la profundidad, trabajamos hasta 10 m hacia abajo.
Hay un servicio de postventa ¿Cuál es su trabajo en campo?
Nuestro plan de postventa es muy importante. Ofrecemos capacitación a las cuadrillas de trabajo. También hablamos con el empresario, con el gerente, aparte de hablar con el residente. Pero nuestro trabajo principal es con las cuadrillas de trabajadores, porque ellos son los que están en el momento de la verdad. Tengo gente en cada obra dando capacitación relacionada a la buena utilización de nuestros equipos.