Por: Javier Alfaro Díaz, arquitecto urbanista con maestría en gestión pública
Una de las mejores apuestas del gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry fue estructurar su propuesta de desarrollo urbano a nivel nacional en función de la nueva Ley Orgánica de Municipalidades de 1981, promulgada mediante Decreto Legislativo 051, donde se sembró la autonomía a los gobiernos locales, especialmente en sus territorios y ciudades. Para apoyar este desarrollo autónomo en la gestión urbana, se creó en 1981, el Instituto Nacional de Desarrollo Urbano – INADUR como organismo público descentralizado del sector Vivienda, para apoyar en la asistencia técnica, capacitación y estudios especializados a las municipalidades del país, consideradas en esos momentos como “recién nacidas”.
El INADUR duró 20 años y después fue absorbido por el Ministerio de Vivienda y Construcción-MVC; en mi opinión, fue aquí donde comienza el retroceso en la planificación urbana en el Perú. El INADUR había logrado hacer “escuela” en urbanismo(1), participaron arquitectos, urbanistas, economistas, sociólogos, ingenieros que ya venían varios años desarrollando proyectos y/o estudios en el MVC; así como, jóvenes que terminaban o estaban por terminar la carrera de arquitectura y/o urbanismo. En esos tiempos el Perú se convirtió en un referente para la planificación urbana en América Latina; especialmente en la gestión de riesgos ante los desastres producidos por fenómenos naturales, como los sismos y las ocurrencias de “El Niño” de las últimas décadas del siglo pasado.
En la década de los noventa, la modalidad para realizar un plan urbano era conformar un equipo técnico con profesionales locales, solo uno o dos especialistas formados en el INADUR se trasladaba a la localidad, quienes eran los que guiaban y fortalecían capacidades locales. Este método tuvo muy buenos resultados ya que los profesionales locales se empoderaron de las propuestas del plan y se constituyó una red de coordinación que, en algunos casos, existen en la actualidad. Algunos casos fueron los planes directores de Ilo, Pucallpa, Huancayo, Lambayeque, Iquitos, entre otros.
A partir del 2002 con la disolución del INADUR, las municipalidades quedaron sin orientación, sin asistencia técnica y éstas tenían que contratar profesionales o consultoras particulares para la formulación de sus planes urbanos; muchas veces establecían convenios con el MVC para contar con sus instrumentos de gestión urbana, volviendo a la modalidad centralizada de los años anteriores al INADUR.
En el 2010, mediante una Resolución Ministerial, se aprueba el “Manual para la Elaboración de Planes Urbanos”, formulado por el Instituto de Investigación y Capacitación Municipal – INICAM por encargo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento – MVCS. Este Manual fue realizado en función a la experiencia del INADUR, su propósito fue convertirse en una referencia y servir como orientación para que las municipalidades puedan formular sus planes urbanos; así mismo, para que existiera una homogeneidad de criterios en la elaboración de los mismos.
Sin embargo, a partir del fenómeno de “El Niño Costero” del 2017 se elaboraron manuales específicos para cada tipo de plan (PAT; PDM; PDU); estos manuales ya no eran referenciales, eran vinculantes y desarrollaban todo un contenido que había que cumplirlo exactamente como un “guion”. Muchos de los conceptos, textos, gráficos fueron copiados del Manual del 2010; sin embargo, mal utilizados y aplicados. En mi opinión, la falta de capacidad y experiencia de quienes realizaron esos manuales es la causa principal de la mala gestión del MVCS en la formulación de planes urbanos, en el contexto del programa de “Reconstrucción con Cambios – RRCC”. Esta situación de falta de capacidades se empeora en la actualidad; el MVCS no cuenta con soporte técnico para orientar, normar y regular procesos de planificación urbana en el Perú. Estoy casi seguro que en las principales ciudades del país (Arequipa, Trujillo, Chiclayo, Huancayo, Iquitos, Pucallpa, etc.) existen mayores capacidades que en el MVCS para formular, normar y regular sobre planes urbanos.
En los últimos días, a raíz de las intensas lluvias de la quincena de marzo, la ministra señaló: “En Chiclayo hay tres proyectos que no dialogan entre sí”, destacando el serio problema que causa la ausencia de planificación urbana. Como podemos entender, de acuerdo a lo descrito anteriormente, es el mismo MVCS el que genera la ausencia de planificación urbana: se preocupa más por un documento que por un proceso de gestión. Regresar a las buenas experiencias como las del INADUR no estaría mal, inclusive descentralizarlo; buscar el desarrollo y fortalecimiento de capacidades para la gestión territorial y urbana; trabajar con procesos en curso locales con profesionales regionales; reforzar las capacidades profesionales del MVCS, con experiencias que puedan aportar a los procesos y que consideren “lo vivido”, lo que ya ha dado resultados, sería muy interesante.
(1) Vamos a entender urbanismo en este ensayo como el conjunto de acciones relacionados con lo urbano, incluido el desarrollo urbano, la planificación y el planeamiento urbano .