El sector construcción ha servido como espacio de ensayo para aplicar herramientas de economía circular en el país, mostrando resultados alentadores. Un caso piloto desarrollado por el Instituto Nacional de la Calidad (Inacal) con una microempresa dedicada a la fabricación de adoquines a partir de residuos de construcción y demolición (RCD) permitió medir el desempeño circular bajo los estándares de la ISO 59020.
Los hallazgos evidencian que el 78.23% de los insumos utilizados fueron reutilizados en el proceso productivo y se concluyó que el 100% de los adoquines fabricados pueden reincorporarse al sistema productivo al finalizar su vida útil. Este ejercicio práctico confirma la viabilidad de implementar modelos circulares en el sector y resalta la relevancia de contar con una Infraestructura de la Calidad que acompañe a las micro y pequeñas empresas en esta transición.
En este marco, y como parte del proceso de transformación productiva sostenible que impulsa el país, el Inacal, organismo adscrito al Ministerio de la Producción (Produce), aprobó dos nuevas Normas Técnicas Peruanas (NTP) orientadas a la economía circular. Estas normas, alineadas con estándares internacionales como los de la Organización Internacional de Normalización (ISO), fortalecen el ecosistema nacional al proporcionar herramientas clave para medir el desempeño circular y facilitar la transición hacia modelos productivos sostenibles, aplicables a organizaciones de todos los tamaños y sectores.
La NTP-ISO 59020:2025 establece un marco integral para la medición y evaluación del desempeño circular mediante indicadores que permiten analizar impactos ambientales, sociales y económicos a nivel de productos, empresas y territorios. Por su parte, la NTP-ISO 59010:2025 ofrece lineamientos estratégicos para la transición de modelos de negocio y redes de valor hacia esquemas circulares, promoviendo procesos productivos regenerativos y eficientes.
Con estas normas y casos prácticos, el país da un paso decisivo hacia la consolidación de la economía circular, asegurando que los principios de sostenibilidad se integren en la práctica productiva de manera medible y replicable.