Jikka fue creado originalmente para dos mujeres de alrededor de 60 años, próximas a la jubilación. Una de ellas era trabajadora social y la otra cocinera. Está construida con materiales como concreto y madera. Posee 100 m2 y está equipada con cocina, comedor, un dormitorio compartido, habitación para invitados y baño.
Tiene además una piscina que, dada su orientación a personas mayores, cuenta con un acceso para silla de ruedas en forma de espiral. Además de ser un alojamiento de retiro, también puede emplearse como base para preparar y despachar alimentos a la comunidad circundante.