Con especial énfasis en la implementación de espacios de encuentro y esparcimiento, así como su afán por conservar el carácter del proyecto original, la propuesta “Espacio Abierto”se erigió como la ganadora del Concurso de Diseño de Anteproyecto Arquitectónico para el Complejo de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), cuya ceremonia de premiación se realizó en el mes de abril.
Parte del Plan Estratégico Institucional de la PUCP incluye dotar de una mejor infraestructura a su Facultad de Ciencias Sociales, incluyendo el Departamento de Economía, Biblioteca y áreas de uso común. Por ello, la universidad convocó a un concurso arquitectónico orientado a la ampliación de tales instalaciones en un terreno adyacente.
El edificio original de la Facultad de Ciencias Sociales del campus universitario PUCP fue diseñado por el estudio Cooper-Graña-Nicolini. Esta edificación de tres niveles, se construyó hace medio siglo, es considerado un postulado de la arquitectura moderna y se ha conservado vigente hasta la actualidad, sin necesidad de ser reemplazado. Por ello, el concurso se basó, esencialmente, en la ampliación del primer proyecto.
El jurado encargado de seleccionar las mejores propuestas estuvo conformado por el representante del rectorado, arquitecto Pedro Belaúnde Martínez; el especialista seleccionado por el rectorado, arquitecto Guillermo Málaga Sotomayor; el jefe de Departamento Académico de Arquitectura, arquitecto Paulo Dam Mazzi; así como el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, arquitecto Reynaldo Ledgard Parró.
Del mismo modo, integraron el comité evaluador el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, doctor Alan Fairlie Reynoso; el jefe del Departamento Académico de Economía, doctor José Rodríguez González; el jefe del Departamento Académico de Ciencias Sociales, doctor Antonio Diez Hurtado; el jefe de la Oficina de Obras y Proyectos, ingeniero José Kanematsu Hazama; y el jefe de la Sección Proyectos de Infraestructura, ingeniero Arturo Su Silva.
EVALUACIÓN
El jurado evaluó las propuestas a nivel de anteproyecto arquitectónico, incluyendo planos, ilustraciones, maquetas y documentos técnicos necesarios que definan el diseño planteado. Se evaluó la factibilidad constructiva y económica de un total de 21 propuestas, presentadas por arquitectos docentes y egresados de la PUCP. Tras este proceso, se eligieron tres equipos finalistas, seleccionándose un ganador.
El primer lugar lo obtuvo la propuesta denominada “Espacio Abierto”, que estuvo a cargo de los arquitectos Jorge Draxl, Enrique Santillana y Cynthia Seinfeld (docentes del Departamento de Arquitectura) y Jonathan Warthon (egresado de la PUCP). Su anteproyecto se basa en una edificación con áreas que propicien el encuentro e interacción con el resto del campus.
En segundo lugar (Grada) quedó el equipo conformado por los arquitectos José Luis Villanueva, Sebastián Cillóniz, Elizabeth Añaños, Alfonso Orbegozo, Juan Pereyra y Carlos Tamayo; mientras que, en tercer lugar (Tribuna), se designó al equipo de las arquitectas Vhal del Solar, Daniela Chong, Luciana Gallardo, Angélica Piazza, Daniella Suazo, Andrea Silva y Andrea Wong.
ESPACIO ABIERTO
Los responsables de Espacio Abierto indican que lo primero que encontraron al afrontar el nuevo proyecto fue la necesidad de visualizarlo como una propuesta similar a la existente, conservando el carácter con el que fue concebido. La premisa inicial radicó no solo en respetar los criterios originales, sino ampliarlos a las necesidades contemporáneas y a la búsqueda arquitectónica de enriquecer la espacialidad en los ambientes de una universidad de primer orden.
Tras realizar un análisis del programa arquitectónico, el nuevo proyecto determinó tres áreas claramente diferenciadas: El área de oficinas administrativas de los Departamentos de Ciencias Sociales y Economía, el área de la extensión de la Facultad de Ciencias Sociales (aulas) y la suma de las diferentes áreas comunes, incluyendo las de uso específico y regulado, así como las zonas de uso de encuentro y esparcimiento.
IMPLANTACIÓN
Según el equipo encargado del proyecto, la implantación de su huella de área construible nació de la idea de crear un espacio libre entre el edificio antiguo y el nuevo, es decir, una plaza de encuentro. Como espacio central y siguiendo la premisa de integración con el resto del campus, se liberó todo el primer piso de perímetro.
La existencia de una plaza pública adyacente y de confluencia natural de recorridos, propició que se acentúe la integración atravesando tangencialmente el edificio con la extensión de la vereda de acceso al comedor central desde la vía principal del campus, cruzando sin interrumpir la Facultad de Ciencias Sociales.
La Biblioteca se dejó en su sitio actual. No obstante, se retiró el cerramiento para proyectar un espacio totalmente transparente, que logra integrar ambas plazas. El extenso programa impulsó la idea de crecer de forma vertical, con el riesgo de convertir la plaza en un ducto con esa orientación. Por lo tanto, se decidió no enrasar las alturas del bloque Sur y bloque Oeste. Sobre el primero, se elevó el gran programa, controlando el asoleamiento directo desde el Oeste a los espacios de trabajo. La fachada Oeste queda baja y permite dilatar el espacio central en forma diagonal hacia el cielo.
FUNCIONAMIENTO
La búsqueda inicial, que apartó a los responsables del proyecto del ras de piso, permitió dedicarse a las áreas de integración, sean exteriores o interiores. También resultó fundamental integrar las nuevas aulas a las antiguas, con el fin de conectar una misma actividad y recorrido.
En altura, se empataron dos niveles de aulas a los dos niveles de aulas existentes (pisos 2 y 3), a través de la continuación del recorrido perimetral interior. Quedaba construir la gran torre de oficinas sobre la fachada Sur. Sin embargo, se consideró que ambas actividades no debían mezclar flujos al ser usuarios distintos. Esta observación derivó en separar el bloque horizontal de aulas del bloque vertical de oficinas, a través de un espacio abierto de articulación.
Gracias a estas características, se obtiene una torre ligera que rompe la proporción vertical. Así, el edificio de nueve pisos encuentra la forma de proporcionarse a la escala de los edificios adyacentes.
ACONDICIONAMIENTO AMBIENTAL
La propuesta ganadora está orientada a ser completamente sostenible. Sus autores señalan que los grandes frentes de la torre alta se ubican en sentido opuesto al asoleamiento directo (Oeste-Este), teniendo las mejores vistas y la mayor protección. Adicionalmente, la fachada Suroeste (que recibe asoleamiento en los meses de invierno) lleva a modo de regulador solar unas placas en voladizo en tres longitudes, que permiten recibir la luz solar de forma indirecta, evitando al máximo el uso de luz artificial. Las cajas de concreto en los extremos Este y Oeste reciben en sus caras ciegas el embate de los rayos del sol durante el verano, difuminando el calor en sus centros vacíos antes de llegar a las áreas de trabajo.
El edificio no está pensado para requerir el uso de aire acondicionado, ya que se ha concebido un sistema de ventilación cruzada desde la fachada Sur hacia la fachada Norte, a través de ventanas exteriores e interiores exclusivas para ese uso. Las zonas de tránsito activo son todas exteriores. La losa del quinto piso del bloque menor funciona como un techo verde, siendo una gran terraza de descanso para los usuarios de las oficinas superiores.
Concurso: Concurso de Diseño de Anteproyecto Arquitectónico para el Complejo de Ciencias Sociales. Seudónimo: Espacio Abierto. Arquitectos: Jorge Draxl, Enrique Santillana, Jonathan Warthon, Cynthia Seinfeld. Colaboradores: Pamela Apaclla, Carlos Guimaray, Paolo Hancco, Gianfranco de la Cruz, Jannet Arévalo. Visualización 3D: Studio Vista Previa. Ubicación: Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Lima, Perú. Área: 5,415.46 m2 Año Proyecto: 2015. Fotografía: Cortesía de Equipo Espacio Abierto.
Publicado en Ed. 32 revista Proyecta. Lima-Perú.
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