El Concurso de ideas de arquitectura “Recuperación y Desarrollo de la Playa de Pescadores” buscó las mejores opciones para la puesta en valor de una zona tradicional de la ciudad. La propuesta ganadora, realizada por los arquitectos Francisco Masgo, Luis Castro y Marco Arévalo, plantea la recuperación de la zona a través de un muelle turístico que se erige sobre el existente de concreto, y se convierte en una extensión del malecón.
El Club Regatas de Lima convocó en agosto de este año al concurso de ideas de arquitectura “Recuperación y Desarrollo de la Playa de Pescadores” que buscó mejorar la infraestructura, la calidad de vida y el diseño de la zona ocupada actualmente por la Playa Pescadores.
La organización del concurso estuvo a cargo de la Asociación de Estudios de Arquitectura (AEA), por convenio firmado con el Club Regatas Lima, y coordinó con todas las instancias respectivas para un desarrollo adecuado del mismo. “Cuando nos juntamos con los representantes del club les mostramos las virtudes que tiene un concurso de ideas. Asimismo, consideramos que era conveniente que en esta ocasión fuera público por el tipo de impacto que tendría sobre esta problemática social e invitamos a todos los arquitectos colegiados del país”, señala el vicepresidente de AEA, José Orrego.
El arquitecto señala que para este concurso se inscribieron más de 100 postulaciones y se presentaron alrededor de 50 propuestas. Posteriormente, se definieron los 10 mejores lugares bajo acuerdo del jurado. Este ente calificador fue integrado por siete miembros con derecho a voto quienes eran representantes de las siguientes instituciones: Municipalidad Metropolitana de Lima, Municipalidad de Chorrillos, Colegio de Arquitectos del Perú, Club de Regatas Lima (presidente y arquitecto del club), Asociación de Pescadores y Asociación de Estudios de Arquitectura. El jurado entregó cinco menciones honrosas y eligió a cinco finalistas.
El fallo determinó como ganadora a la propuesta presentada por los arquitectos Francisco Masgo, Luis Castro y Marco Arévalo por ser un trabajo de gran calidad espacial y funcional, que utiliza de manera adecuada el muelle existente, cumpliendo con todos los requisitos del programa arquitectónico y que se ajusta a la realidad y al presupuesto, poniendo en valor la tradicional Playa de Pescadores en Chorrillos, Lima.
Por otra parte, el arquitecto José Orrego señala que mecanismos como los concursos públicos de arquitectura permiten el surgimiento de una gran diversidad de ideas. “El concurso ha servido de base para que todos los agentes vinculados con este proyecto posean una herramienta con la que puedan tomar decisiones. Nosotros cumplimos con facilitarles una visión de cómo enfrentar el problema y ahora toca a las instituciones tomar las acciones para que sea posible”, señala el representante de AEA.
Asimismo, comentó que la Asociación de Estudios de Arquitectura, que agrupa a aproximadamente a 50 oficinas, ha promovido cuatro concursos este año: El Club Rinconada, Club Germania, Playa de Pescadores y el Concurso Curatorial para la muestra peruana en la Bienal de Venecia. “Una de nuestras principales preocupaciones es la promoción de los concursos de arquitectura como uno de los mecanismos para fomentar proyectos de calidad”, puntualizó.
“Creo que una de las virtudes del proyecto es que no vimos solo al muelle como tal, sino que lo consideramos una continuación del malecón. Entonces ahí toma más fuerza el hecho de tomar al muelle turístico como elemento principal del programa, una idea que se diferencia de otros propuestas similares que se plantearon”, destaca el arquitecto Luis Castro.
PROPUESTA
El proyecto propone la recuperación para la Playa Pescadores, en beneficio de los pescadores artesanales que la ocupan; para ello, se plantea actividades comerciales y recreativas, dando valor a lo existente y permitiendo que los pescadores artesanales obtengan mayores fuentes de ingreso.
El programa arquitectónico se resume en un área de restaurantes, mercado, estacionamientos y el muelle, este último como eje principal y articulador del proyecto, tanto conceptual como físico; lo que permite generar una permeabilidad y conexiones entre dichas áreas mediante estructuras simples.
“Lo que pedía el concurso era revalorar la pesca artesanal y a la vez generar ciudad. Nosotros interpretamos el hecho de generar ciudad con crear espacio público. Nuestro planteamiento busca cambiar la imagen de la pesca artesanal, darle valor a la zona y promover el turismo”, resalta Francisco Masgo.
El planteamiento nace del concepto de conectar las actividades de pesca artesanal y turismo recreativo, el primero sobre la Playa Pescadores y la otra en el malecón. Debido a ello, se propone extender el malecón, convirtiéndose en un nuevo muelle sobre el existente, dándole el carácter turístico recreativo, sin interferir con las actividades pesqueras. Para ello se toma en cuenta la topografía del terreno y la estructura existente del muelle, que se plantea como soporte del nuevo, el mismo que se encuentra en un segundo nivel.
“Creo que una de las virtudes del proyecto es que no vimos solo al muelle como tal, sino que lo consideramos una continuación del malecón. Entonces ahí toma más fuerza el hecho de tomar al muelle turístico como elemento principal del programa, una idea que se diferencia de otros propuestas similares que se plantearon”, destaca el arquitecto Luis Castro.
Teniendo en cuenta la ubicación y el carácter del nuevo muelle, el mercado es planeado junto a la llegada, y conexión, del malecón con el nuevo muelle, pero un nivel por debajo de este, el cual, mediante un techo que se fracciona, permite visualizar la dinámica pesquera y comercial sobre esta.
Asimismo, para el caso de los restaurantes, las áreas servidas son planteadas como un gran patio de comidas, evocando lo existente, pero planteado mediante plataformas que permitan diferentes actividades, los cuales se encuentra techados de manera ligera mediante volúmenes orientadas este – oeste para protección solar, y para el caso de las áreas de servicio, cocinas y depósitos, se proyectan como volúmenes sólidos, que acompañan a los estacionamientos, permitiendo el centrar la vista sobre la playa y no sobre estos últimos.
“El programa pedía 20 restaurantes y nosotros lo interpretamos como 20 cocinas y un gran patio de comidas. Esto generaba una modulación que iba jugando con los techos ligeros de estos espacios, permitiendo generar diferentes dinámicas para el público”, apunta el arquitecto Marco Arévalo.
Accesos: El proyecto se ha planteado con múltiples accesos, lo que permite una fluida y libre circulación entre todas sus áreas, manteniendo su carácter público. Debido a ello y teniendo en cuenta la ubicación de la Playa Pescadores, como “remate de la Costa Verde”, el principal acceso es la conexión entre el Malecón y el proyecto, donde el primero se extiende y se convierte en el muelle turístico recreativo, que organiza a las demás edificaciones que comprende.
Ambientes: El proyecto cuenta con un muelle de pescadores (el existente), un muelle turístico, una plaza de remate de los muelles, 20 cocinas, un patio de comidas, área administrativa, una sala de usos múltiples (SUM), 35 puestos de pescados y mariscos, una cámara de frío, una posta médica, área de salvataje y policial, servicios higiénicos, vestidores y estacionamientos.
En el primer piso se encuentra el muelle de pescadores existente, los puestos de pescados y mariscos, la posta médica, los SSHH, los vestuarios, el patio de comidas, las cocinas y el estacionamiento. En el segundo piso se encuentra el área administrativa, el SUM, y el muelle turístico.
Las áreas exteriores tendrán un piso de cemento pulido acompañados de árboles y mobiliario. En el caso del estacionamiento el piso será tipo pista acompañado de los árboles planteados.
Sistema estructural: Para el mercado se plantea un sistema mixto aporticado de vigas placas y columnas de concreto armado hasta el nivel +4.50, del nivel +4.50 al +7.00 se plantea una estructura de madera en las circulaciones del mercado con techos de policarbonato.
Para el patio de comidas se propone una estructura de madera con cerramiento de carrizo y caña de bambú. En el caso de las cocinas estas serán volúmenes llenos de concreto armado con encofrado de madera con la veta en horizontal.
El muelle turístico se plantea con una estructura de madera, previa evaluación estructural con un especialista, reforzando de acuerdo al cálculo respectivo; y para el caso del muelle de pescadores, se reutilizará la estructura existente de concreto, la cual se reforzará, de igual modo, de ser necesario de acuerdo al cálculo estructural.
DESARROLLO DE DISEÑO
Los tres jóvenes arquitectos del equipo ganador trabajan en diferentes estudios lo que conllevaba a una mayor dificultad para reunirse y desarrollar la propuesta. “Para los jóvenes es importante practicar en hacer arquitectura más allá de lo que desarrolle su oficina. En esta profesión es importante estar diseñando para agilizar la mente”, destaca Luis Castro.
Por su parte, el arquitecto Marco Arévalo destacó que en esta ocasión el concurso no tuvo como restricción los años de colegiatura. “Esto fue importante para nuestra generación y además el concurso, dada la envergadura del proyecto y tocar una zona como la Costa Verde, generó gran expectativa. Considero que todos deberíamos tener la oportunidad de participar en cualquier concurso”, puntualizó.
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