Un espacio de doble altura, una terraza como principal centro de actividad y un segundo nivel como área libre son los principales atractivos del Café de Lima, un local que nace a raíz de la remodelación de una casa, que mantiene su “cascarón” pero experimenta diversos cambios al interior para adaptarse a su nuevo uso. El proyecto estuvo a cargo de Masunostudio y se desarrolló en una concurrida vía en el distrito de Miraflores.
Arte, paisajismo y elegancia se combinan para dar paso a un nuevo proyecto comercial orientado a que el visitante disfrute mucho más la experiencia de beber café. Los arquitectos de Masunostudio propusieron la remodelación de una casa ubicada en una esquina de la transitada avenida Angamos, al notar su potencial espacial y las posibilidades que ofrece.
Buscando el balance. El arquitecto Peter Seinfeld, de Masunostudio, comenta que para materializar la propuesta para el Café de Lima, se tuvo que idear una estrategia que les permita lograr un balance entre lo existente y lo que se quería hacer. Por ello, se interpretó la vivienda como un contenedor que mantiene su estructura por fuera, mientras que por dentro se pueda adaptar a lo requerido.
“Hemos sacado la función de casa que tenía el inmueble para darle una de café o restaurante. Por ejemplo, ya no necesitamos tantas habitaciones ni baños, mientras que la cocina y las zonas para el público deben crecer mucho más. Nuestra propuesta nació a partir de conocer al cliente, quien ya cuenta con proyectos similares”, nos comenta.
Indica que se aprovechó la presencia de un jardín en la parte de atrás y se optó por convertirlo en un área para el público. Se agregó un techo en base a una estructura metálica que antes no existía, a fin de orientar esa zona como un espacio interior – exterior, lo cual es parte fundamental del proyecto.
Recorriendo el Café de Lima. Al recorrer las instalaciones del proyecto, el usuario notará su dinamismo, ya que pasa de espacios interiores, donde puede ver y ser visto, a espacios exteriores como la terraza. El arquitecto Seinfeld señala que, a la entrada de la casa original, se encontraba una escalera que conducía a los cuartos del segundo piso. Esta zona se “limpió” totalmente para dar lugar al comedor, que termina siendo una planta libre de doble altura.
Otra iniciativa importante fue la instalación de un mezzanine cerca a la entrada del local, en un lugar que solía ser parte de las escaleras de la casa original. A ello se suma una extensa barra trabajada en madera que acompaña el recorrido hacia la parte que solía ser el jardín y ahora se encuentra abierta a la calle.
“Los elementos se han colocado estratégicamente para hacer que el cliente recorra el proyecto. Pueden entrar, ver la doble altura, darse con la sorpresa de encontrar un árbol en el interior, una teatina en la parte superior y la barra misma, que es como el corazón de la iniciativa. Lo que se quiere es darles la opción de comprar un buen café, pan o postre con la posibilidad de quedarse a disfrutarlo”, dice Seinfeld acerca del proyecto.
Una vez que el visitante llega al patio, tiene la opción de tomar las escaleras que llevan al segundo nivel. Como detalle, cada escalón contiene líneas de un poema escrito como parte del proyecto, que evoca la naturaleza pluricultural de Lima. En el piso superior encontramos el lounge, una segunda barra, un área de lectura y los servicios higiénicos.
“El hall de ingreso es, básicamente, la primera impresión del proyecto. Hay un árbol como factor sorpresa del proyecto. Luego, bajo la idea de mantener el cascarón, limpiamos toda la carpintería de unos vitrales, lo dejamos libre, simple, lo pintamos de blanco y colocamos unos vidrios que ni siquiera tienen marco, para sentir que es lo que había anteriomente”, resume.
Madera, material recurrente. Peter Seinfeld destaca la importancia de los materiales empleados para el Café de Lima, pues considera que han sido muy útiles para enfatizar la idea de que el proyecto es, precisamente, una intervención. Indica que el cascarón de la casa, al interior y exterior, se mantiene con un color blanco, mientras que para las áreas intervenidas se usaron materiales específicos.
“Los pisos que son de piedra están presentes desde el exterior. Recorres el proyecto con ese mismo piso y, finalmente, te lleva hacia el exterior. Es decir, hay una continuidad de recorrido a través de un material”, indica.
Sin embargo, el material más recurrente de la iniciativa de Masunostudio es la madera. La barra de atención es de ese material, al igual que las sillas, mesas, escaleras, el mezzanine y los muros traseros, que llegan hasta cierta altura con la misma madera. El mismo elemento está presente en gran medida en el segundo nivel.
Para los acabados se utilizó madera estructurada provista por una compañía local. “Los estructurados ahora tienen grandes ventajas. Tienes buena cantidad de madera, con una textura y tecnología tales que todo el interior ya está procesado. Esto asegura que no se va a abrir ni se va a picar. Solo se limpia con agua”, sostiene Seinfeld.
La piedra, por su parte, es del tipo talamoye en formato de 10 cm x 10 cm. Si bien su instalación es más trabajosa, ayuda a obtener un mosaico atractivo en el piso.
El paisajismo se trabajó bajo un concepto “salvaje”. Es así que se instalaron enredaderas que poco a poco van creciendo, además del árbol que se eleva hasta alcanzar la doble altura y recibir directamente la luz que pasa a través de la teatina propuesta.
Decoración progresiva. El arquitecto Seinfeld señala que su estudio propuso al cliente dejar la mayoría de paredes de color blanco, para que “el tiempo diga qué hacer con ellas”. En ese proceso, surgió la posibilidad de, precisamente, empezar a intervenir esos espacios. De ese modo surgió el contacto con artistas reconocidos por sus pinturas en murales.
Uno de los artistas que interviene en el proyecto es Jade Rivera, conocido por sus diversos murales en el Centro de Lima. Con él se trabajó la parte conceptual del Café de Lima y se desarrollaron las primeras propuestas. “El resultado es un primer mural que representa a dos niños que están descubriendo la planta de café de una manera juguetona. El segundo mural representa a una persona adulta que disfruta el olor de la misma planta, mientras que el último mural muestra a una persona volando con un ave, que se alimenta con granos de café”, detalla.
El segundo piso se trabajó de la mano con Valentino Sibadon, muralista de gran trayectoria, con diversas intervenciones en diferentes puntos de la ciudad.
La fotógrafa Evelin Merino brindó su aporte para el interior de los baños. Su intervención siguió la línea del proyecto “Lima más arriba”, que consiste en tomar impresionantes fotos de la ciudad desde el cielo, para retratar su situación social y demográfica.
“Ambos baños se encuentran juntos, y lo que hicimos fue pedirle una foto lo suficientemente larga que muestre el litoral de Lima en blanco y negro. Los pisos son negros y el techo blanco, y la idea es dar una sensación de continuidad del mar y el resto de la ciudad. A partir de esta foto, se busca generar una experiencia de contemplación, que la gente empiece a buscar su casa o alguna intersección”, detalla Seinfeld.
Un trabajo coordinado. Uno de los aspectos que más resalta Seinfeld acerca del proyecto es la coordinación permanente entre todos los involucrados, lo que fue de gran utilidad para conocer de cerca la propuesta. De ese modo se pudo adecuar todos los elementos de arquitectura y diseño a la misma.
Según afirma, “Lima está viviendo cada vez un mayor conocimiento y disfrute del café. Y aquí la oferta es muy buena. Es además un buen restaurante. Trabajamos con el chef para saber qué se iba a ofrecer, y dependiendo de ello definir si era mejor colocar manteles en las mesas o hacer algo más casual. Al final, tanto las sillas como las mesas fueron diseñadas y propuestas en madera”.
La ubicación del local fue un punto a favor para su viabilidad. El arquitecto subraya el potencial demográfico de la avenida Angamos, y agrega que en los últimos años se ha ido posicionando como un importante centro de café en esa parte de la ciudad. “La oferta centralizada en una zona tiene sentido. Es algo que vemos en diversos sectores y ha resultado muy positivo”.
El proyecto tiene un área techada de 400 m2, que se suma a la parte exterior, que ocupa alrededor de 150 m2. En esa parte se instaló un emparrillado de sol y sombra, compuesto por una estructura de aluminio forrada y enchapada en metal para que sea más ligera. “Aquí nada es fijo, todo puede ir evolucionando conforme el uso lo vaya requiriendo”, concluye Seinfeld.
Ficha Técnica:
Arquitectos: Masunostudio. Ubicación: Lima, Perú. Artistas: Jade Rivera, Valentino Sibadon, Evelyn Merino. Paisajismo: Eco Jardines. Área: 700 m2.
Más en revista Proyecta Ed. 43.
Discusión sobre la noticia