En México, muchas familias del sector rural poseen sus viviendas en las cuencas hidrográficas, que sufren el impacto directo de la contaminación y explotación de recursos. Ante ello, surge una alternativa que integra los factores ambiental, social y económico. Se trata de las “ecotecnias”, sistemas de economía circular en los que todos los recursos se reutilizan. El proyecto ha obtenido el primer lugar en los Premios Latinoamérica Verde 2019, en la categoría Agua.
Miguel Ángel Hernández, especialista en temas sociales, es uno de los impulsores de la iniciativa “Familia Rural Inteligente”, una estrategia de bienestar social orientada a las familias del sector rural de México. La propuesta se basa en la construcción de infraestructuras con base en ecotecnologías para solucionar las necesidades de agua, saneamiento, suelo y combustible.
El proyecto fue implementado con éxito en 14 comunidades del municipio de Amealco, en el estado de Querétaro. Miguel Ángel Torres nos comenta que el buen resultado obtenido les permitió replicarlo en otros nueve municipios, y este año han concretado un compromiso para llevarlo hasta Ecuador.
LAS 7 ECOTECNOLOGÍAS
El modelo de “Familia Rural Inteligente” promueve un modo de vida sostenible, basado en la construcción de siete ecotecnologías (o ecotecnias) para cada familia: cisterna de ferrocemento, sanitario seco, biofiltro de aguas grises, fogón ahorrador de leña, huerto orgánico, calentador solar y olla solar.
La implementación en conjunto de estas tecnologías busca solucionar problemas comunes en la población rural, como la escasez de agua y drenaje, y proporcionar equipos útiles, combustibles sostenibles y condiciones favorables para la producción de alimentos de auto consumo. La iniciativa integra los tres factores del Desarrollo Sostenible: ambiental, social y económico.
Cisterna de ferrocemento: La primera ecotecnia facilita la cosecha de 12,500 litros de agua y puede ser llenada por lo menos dos veces cada año, según las condiciones climáticas de cada región. En el caso de Amealco, donde se desarrolló originalmente el proyecto, se puede llenar hasta en cuatro oportunidades, lo que representa unos 50,000 litros anuales.
Este elemento asegura la disponibilidad de agua con diversos fines como hidratación, aseo personal, cocina, limpieza y cultivo de alimentos. Solo en el año 2016, 800 familias en Amealco fueron favorecidas con esta tecnología, con lo cual se logró cosechar 40 millones de litros de agua, aproximadamente.
Sanitario seco: Se calcula que una persona puede llegar a gastar un promedio de 15 litros de agua por ir tres veces al baño. En una familia de cinco personas, el consumo se extiende a los 225 litros diarios. En un año, el gasto llega a 82,125 litros, que por 800 familias hace un total de 65.7 millones de litros. Esa fue la cantidad de agua ahorrada en el año 2016 en Amealco, con la implementación de sanitarios secos.
Este tipo de instalación no requiere drenaje, por lo que evita el desecho de líquidos, manteniendo el ambiente sano y libre de aguas negras. Por otro lado, elimina la defecación al aire libre, una práctica altamente contaminante. Con ello, disminuye la aparición de infecciones gastrointestinales, dengue, chikungunya, zika, entre otras enfermedades.
La propuesta de Familia Rural Inteligente incluye además el tratamiento de los desechos, que se convierten en compost de calidad para la siembra y cosecha de vegetación de tallo grueso.
Biofiltro de aguas grises: Las aguas jabonosas generadas en la cocina, el lavadero y la ducha del baño son denominadas aguas grises. Estas son tratadas a través de un sistema que las libera de gran cantidad de contaminantes y las recicla, para que las familias puedan reutilizarlas en aseo y limpieza. El biofiltro implementado como parte del proyecto tiene capacidad para tratar entre 300 y 800 litros de agua cada día.
En el 2016, el biofiltro trató diariamente cerca de 250 litros de agua generados por cada familia, es decir, más de 90,000 litros al término de ese año. Considerando las 800 familias beneficiadas, el tratamiento alcanzó los 70 millones de litros.
Fogón ahorrador de leña: Es una estufa que permite un consumo de leña hasta 50% menor de lo acostumbrado, generando ahorro de tiempo y dinero. Esta ecotecnia resultó ser de gran alivio para las mujeres en Amealco, ya que es común que sean ellas quienes salen a conseguir leña, recorriendo diariamente unos 10 km en un promedio de dos horas.
“Familia Rural Inteligente” promueve un modo de vida sostenible, basado en la construcción de siete ecotecnologías (o ecotecnias) para cada familia.
El fogón evita la tala indiscriminada de árboles en las zonas donde se instala, al tiempo que disminuye la aparición de enfermedades broncopulmonares que se generan al momento de inhalar el humo directamente. Las familias de Amealco reportaron ahorros económicos significativos gracias a esta alternativa.
Huerto orgánico: Podría describirse como la consecuencia del resto de ecotecnias. Una vez que las familias tienen mayor disponibilidad de agua y nutrientes para el suelo, así como un mejor sustento económico, tendrán la posibilidad de iniciar un huerto para producir una mayor variedad de alimentos.
En Amealco, las familias han logrado producir rábanos, ejotes (vainitas), xilantro (culantro), chícharo (arvejas), perejil, avena, frijol, lenteja, amaranto, lechuga, jitomate (tomate), calabaza, papa, cebolla, espinaca, acelga, remolacha, chile (ají o pimiento), zanahoria, entre otros productos.
El huerto es probablemente el principal aliciente para quienes participan del proyecto Familia Rural Inteligente. Ellos mismos aseguran que ya no tienen que visitar al médico con tanta frecuencia como lo hacían antes. Según Miguel Hernández, artífice del proyecto, se está coordinando con autoridades de la salud para medir el impacto real de esta intervención.
Adicionalmente, esta ecotecnia facilita la integración entre los miembros de la familia, ya que por lo general todos realizan con mucho entusiasmo las labores cotidianas para la producción y conservación del huerto orgánico.
Calentador Solar: Es un dispositivo que aprovecha la energía del sol para calentar el agua de la ducha, por lo que es un elemento que brinda mayor comodidad, especialmente a los niños. También es otro generador de ahorro, pues reduce el consumo de leña y de gas. Además, contribuye a la preservación del planeta al tener una emisión mínima de carbono.
Olla Solar: Un artefacto adicionado a modo de refuerzo dentro del sistema de ecotecnias, que ayuda a la economía familiar y evita el consumo de leña o gas. Es una herramienta de gran ayuda para la preparación de alimentos que necesitan un tiempo mayor de cocción, como es el caso de los frijoles mexicanos.
“La operación simultánea de estas siete ecotecnias genera un círculo virtuoso capaz de transformar la calidad de vida de la familia rural pasando de una situación de pobreza e inseguridad a una de seguridad y prosperidad”, sostiene Miguel Hernández, y rescata que desde su implementación, muchas instituciones públicas y privadas se han acercado a las comunidades con la intención de aprender más sobre estos sistemas.
La iniciativa no se limita a las siete ecotecnologías propuestas. Según sus impulsores, una vez que las familias han logrado dominar el uso de las mismas, tienen abierta la posibilidad de poner en práctica nuevas alternativas que refuercen su desarrollo social, económico y ambiental.
RECHAZO INICIAL
Hernández señala que, en un principio, el proyecto Familia Rural Inteligente fue presentado a diversas instituciones, que tras evaluarlo decidieron no llevarlo adelante, aduciendo que no había registro de experiencias similares que hayan resultado exitosas.
“Uno de los antecedentes más sólidos fue el de confundir más de mil letrinas tradicionales construidas en años anteriores, que se encontraban abandonadas al interior del estado de Querétaro, con sanitarios secos”, comenta, y considera que para la mayoría de los gobiernos es más fácil pensar en soluciones tradicionales como la red de agua potable, el drenaje, letrinas, estufas prefabricadas y el establecimiento de un estilo de vida propio de las ciudades.
Tras la negativa inicial, el equipo decidió promover el uso de las ecotecnologías por su cuenta. La idea era enseñar a diferenciar, por ejemplo, una letrina de un sanitario ecológico seco, o un “tinaco” de plástico con una cisterna de ferrocemento, entre otros elementos. Parte de su discurso se basó en impulsar el valor que tiene la participación directa de la población en la iniciativa.
“Una vez que se demostraron los impactos sociales, económicos y ambientales se abrió el camino para obtener apoyos para otras comunidades y otros municipios de Querétaro. Es así como se pudo atender a 300 familias en el municipio de Amealco a más de 500 familias en otros municipios del estado de Querétaro”, comenta Hernández.
Familia Rural Inteligente obtuvo el primer lugar en los Premios Latinoamérica Verde 2019, en la categoría Agua. El equipo está liderado por Miguel Ángel Hernández Torres y Manuel Pérez Cascajarez, quienes contaron con la colaboración de un grupo de especialistas.
INNOVACIÓN DE ALTO IMPACTO
El proyecto genera un impacto de alto grado tanto económico como ambiental. Los beneficiados acceden a mejores servicios gastando menos, en tanto que disminuyen sus descargas de aguas negras y grises a los cuerpos de agua, así como su nivel de deforestación, aprovechan mejor la energía solar y enriquecen el suelo al devolverle sus nutrientes.
“Se crea un modelo de vida basado en el respeto y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Los habitantes de las cuencas hidrográficas encuentran ahora sentido a los argumentos de rescate, saneamiento y conservación del ecosistema planteado por diferentes dependencias y organismos gubernamentales y sociales”, comenta Hernández.
El impacto social de Familia Rural Inteligente es también de vital importancia, ya que mejora, considerablemente, las condiciones de vida de las familias participantes. Además, toda la tecnología utilizada se transmite como un modelo educativo, de campesino a campesino, dando un valor adicional a recursos como el agua, el suelo y la energía.
ECONÓMICO Y REPLICABLE
El equipo de Familia Rural Inteligente indica que su proyecto es viable técnica, económica y financieramente. El proceso de construcción y operación de las siete ecotecnias básicas requiere una inversión aproximada de US$ 4,000 por cada familia. Ellos aseguran que los primeros frutos de la cosecha de alimentos, agua y suelo se verán en menos de cuatro meses. En ese periodo también se percibirá el ahorro generado por el uso de la energía solar.
Las primeras familias beneficiadas con el proyecto cuentan al día de hoy hasta con 12 ecotecnias instaladas, pues fueron complementando la idea inicial con otros sistemas como lombricomposta, huertos de plantas medicinales, riego por goteo, cercos vivos, gallineros ecológicos, entre otros.
“El proyecto puede ir creciendo de acuerdo al empuje y necesidades de cada familia en particular. Es importante subrayar que en Chitéje de la Cruz ha iniciado una actividad de turismo de personas que pagan por hacer el recorrido a las ecotecnias de las distintas viviendas rurales inteligentes. A los visitantes se les ofrecen alimentos orgánicos, con base en verduras y legumbres cultivados en las viviendas rurales sostenibles”, detalla Hernández.
Publicado en Revista Agua y Saneamiento Ed. 12.
Discusión sobre la noticia