Entre los 3500 y 4800 m s. n. m. se encuentran las comunidades campesinas de Paucarpata y Chillca, en la región Cusco, quienes combinan conocimientos ancestrales y técnicas modernas en la conservación del agua y el uso sostenible de la granadilla andina (tintín).
Las 180 familias que habitan en la comunidad de Chillca, en el distrito de Pitumarca, provincia cusqueña de Canchis, al pie del nevado Ausangate y que aprovechan los pastos naturales para la crianza de alpacas, han puesto en marcha un sistema de monitoreo ecohidrológico comunitario que consta de 14 estaciones, mediante el cual obtienen datos sobre las condiciones climáticas y la disponibilidad de agua en la cuenca.
Las monitoras locales a cargo de esta tarea usan tubos para chequear el agua dentro de sus bofedales y correntómetros para medir los caudales de sus ríos. Este instrumento elaborado por los propios pobladores, consta de un bastón y una hélice. Esto les permite saber la cantidad de agua que fluye por las quebradas, a fin de adoptar las medidas necesarias para conservar el recurso hídrico, sobre todo para la temporada seca.
“Estamos mejorando la conservación de los humedales y también contribuimos a mejorar la calidad de vida de la población”, sostuvo el presidente de la comunidad de Chillca, Julián Huanca, quien subrayó que el agua es importante para mantener los pastizales que, a su vez, sirven de alimento para las alpacas y llamas.
“Los bofedales son importantes, porque almacenan agua en tiempo de lluvia. Son los colchones para los tiempos de sequía”, añadió.
Filomena Rojo, monitora de esta comunidad altoandina ubicada a más de tres horas de distancia de la ciudad del Cusco, resaltó el rol de la mujer en la conservación del recurso hídrico. “Mi trabajo es medir los caudales una vez por semana ya sea en la mañana, mediodía o en la tarde. A veces sentimos que las mujeres no somos consideradas, pero nosotros podemos hacer las cosas y queremos también aprender”, expresó.
Esta experiencia forma parte de 24 proyectos comunitarios del Programa Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD), que lidera el Ministerio del Ambiente (Minam) y es implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Cusco, junto con Puno y Tacna. Para esta fase se ha invertido S/ 7 millones.