El proyecto minero e hídrico El Algarrobo, ubicado en Tambogrande, Piura, representa una gran oportunidad para atender la escasez de agua en la región, destacó Roque Benavides, presidente del directorio de la Compañía de Minas Buenaventura. Esta iniciativa, que combina minería subterránea y proyectos de infraestructura hidráulica, promete beneficiar a la población de Piura mientras se minimiza el impacto ambiental.
“El Algarrobo es un ejemplo de cómo la minería puede llevar infraestructura a zonas donde no la hay. Al ser un proyecto subterráneo, su huella ambiental será significativamente menor que la de la minería a tajo abierto, aunque ambas pueden coexistir cuando se ejecutan correctamente,” señaló Benavides durante el XXII Congreso Peruano de Geología, realizado en el marco del centenario de la Sociedad Geológica del Perú. Asimismo, recalcó que este proyecto es una oportunidad que los piuranos no deberían desaprovechar.
La iniciativa, declarada de interés por ProInversión y el Ministerio de Energía y Minas (Minem), contempla una inversión de USD 2,753 millones y ha sido propuesta como una iniciativa privada autofinanciada por la Compañía de Minas Buenaventura. Bajo el nombre “Gestión Social, Diseño y Ejecución de Proyectos de Infraestructura Hidráulica, Construcción, Implementación y Explotación de las Concesiones Mineras integrantes del Yacimiento TG-3 El Algarrobo,” el proyecto busca integrar soluciones hídricas y mineras de manera sostenible.
En su primera etapa, El Algarrobo prioriza la gestión social, trabajando en acuerdos con las comunidades locales y en el diseño de un proyecto hídrico que beneficiará a la población de Tambogrande. Posteriormente, avanzará hacia la exploración del yacimiento, estudios de factibilidad bancaria, impacto ambiental, ingeniería para la construcción, explotación comercial y, finalmente, hacia la rehabilitación del área con una ingeniería de cierre de mina al concluir las operaciones.
Este enfoque integral refuerza el compromiso de Buenaventura con el desarrollo sostenible y la convivencia armónica entre la minería y el medio ambiente, ofreciendo a Piura no solo una solución a su problema hídrico, sino también una fuente de empleo e infraestructura que impulsará el crecimiento económico de la región.