“El elemento más resistente no es madera, no es piedra, no es acero, no es vidrio. El elemento más resistente en construcción es el arte. Hagamos algo maravilloso”. Con esta frase nos recibe el Espacio Helsinki, uno de los ambientes más elegantes y llamativos de la edición 2015 de Casa Cor, realizada en el Edificio Ronald del Callao.
INTEGRANDO TENDENCIAS
El loft, cuyo nombre evoca a la ciudad más importante de Finlandia, evoca precisamente el carácter del diseño nórdico moderno y hace homenaje a grandes maestros como Alvar Aalto, Charlotte Perriand, Le Corbusier, Charles Eames, Pierre Paulin, entre otros. La propuesta estuvo a cargo del arquitecto Jorge Draxl y la diseñadora de modas María Teresa Paredes.
El Espacio Helsinki busca, teniendo como base a los referidos artistas, conseguir la integración de las tendencias contemporáneas con el modernismo clásico, donde el factor más relevante es el diseño. Todo ello es reflejado en los muebles y alfombras del loft, una serie de piezas únicas diseñadas exclusivamente para Casa Cor 2015. El concepto del espacio en general busca articular diferentes elementos que, no obstante, llevan un hilo conductor que parte de la búsqueda del diseño de los objetos y mobiliario característico del inicio del movimiento moderno, el cual ha sido reinterpretado en esta propuesta a fin de evocar las mismas sensaciones pero dentro de un espacio actual.
El Espacio Helsinki integra a través del diseño las tendencias contemporáneas con el modernismo clásico, lo que se refleja en los muebles y alfombras repartidos en todos sus ambientes.
MATERIALES
El espacio busca generar una sensación de calidez. Para ello se emplearon materiales como la madera y los textiles, así como una iluminación moderada, indirecta y sutil. La propuesta de Draxl y Paredes considera además un estudio preciso de los colores, teniendo como fondo tres tonos básicos: madera claro, blanco y negro; que reciben en el proceso de recorrido a través del ambiente acentos de colores primarios.
El área total del loft es de 100 m2, distribuidos en seis cuadrantes integrados por el recorrido. El visitante es recibido en la Sala de Estar, un espacio de luz muy tenue; para luego pasar a un Hall que va incorporando variado mobiliario según el uso que se le dará en el recorrido, incluyendo un escritorio que remite a los años 50, una repisa de libros que evoca a los años 60, así como una credenza futurista.
Posteriormente, se llega a un gran espacio en el que se ubican la Sala, Comedor y Cocina. Cada uno de ellos tiene su mobiliario definido, siempre en la misma proporción de diseño. Se remata con el Dormitorio, definido por un separador clásico en madera, regresando a la luz tenue y al abrigo de los textiles en las alfombras, cortinas y cojines.
El mobiliario incluye piezas innovadoras, la mayoría de ellas de origen europeo, como una silla de madera pintada de negro que a la vez puede utilizarse como perchero, o una pequeña mesa con un agujero que contiene un banco, ambos elementos de tres patas delgadas.
A lo largo del espacio hay diversos elementos que llaman la atención, destacándose un cuadro del hombre en su llegada a la luna, a cargo del reconocido Antonio Zegarra, entre otros.
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