El diseñador de interiores, Carlos Maza Fernandini, participó por primera vez de manera independiente en CasaCor. Su espacio fue denominado “Para Ellos” y se situaba en la Casa Mujica. Se compuso de un loft con sala, comedor y cocina, definida por una propuesta que él califica como ecléctica.
“Cuando uno diseña una casa o departamento, debe pensarlo en la persona que lo habita. Como en esta propuesta no había dueño, creé una historia. Entonces, los dueños son dos profesionales que viven fuera del país y cada vez que regresan a su Lima querida cuentan con este refugio. Uno de ellos es enólogo y eso se nota en el protagonismo del vino con una cava en la cocina. El otro es escenógrafo, que se distingue en los elementos como las cortinas, artes e iluminación”, explica Carlos Maza.
El espacio recibe al visitante con una consola pintada con poliuretano que se apoya en uno de los muros. Sobre este mueble se luce una lámpara y una escultura. En el muro contiguo complementa el espacio una pieza de arte de Carlos Herrera.
La sala presenta un mobiliario que combina lo antiguo y lo moderno, creando un espacio elegante de diferentes texturas. La pieza central es el sofá modelo Facett, creado en 1958 por Folke Jansson, acompañada de una gran butaca de cuero, dos butacas revestidas en tela color amarillo, una consola antigua y dos mesas creadas por el interiorista a partir de distintos modelos vistos en la Feria del Mueble en Milán.
La pieza central es el sofá modelo Facett, creado en 1958 por Folke Jansson, acompañada de una gran butaca de cuero. La cocina de “Para Ellos” consta de un área de 3 m x 1.50 m revestida en uno de sus lados por espejos para generar mayor amplitud.
La parte superior de los muros de este espacio es de un tono azul, mientras que la parte inferior se reviste por piezas de melamine de 18 mm color tierra y acrílico blanco (que funcionan como lámparas), alternadas de manera horizontal y vertical, separadas por delicadas cintas de aluminio que esconden las uniones. “Hoy la luz ya no sale de los techos, sino de las paredes y apoyada con lámparas. Esa es la tendencia actual”, precisa Carlos Maza.
Complementa la sala un cuadro de Frida Kahlo con tonos azules y rojos, realizado por el artista Antonio Zegarra, así como un importante cortinaje de tela. El piso es de madera.
La cocina de “Para Ellos” consta de un área de 3 m x 1.50 m revestida en uno de sus lados por espejos para generar mayor amplitud. Se compone de mobiliario con acabado de poliuretano, una gran cava para los vinos y lo que el diseñador denomina “cocina fantasma”.
“El área de cocina aparentemente no existe como tal porque es una pieza que no está a la vista. Consta de un sensor eléctrico parecido a un aro que se coloca bajo el tablero de piedra y enciende por inducción. Una vez terminada la labor, se retira el aro y queda un tablero totalmente llano y limpio. Es ideal para espacios pequeños. Aprecié esta innovación en Milán y la traje exclusivamente para mi proyecto”, resalta. El último espacio es el comedor de 2.70 m x 2.78 m cuya pieza principal es la mesa con base de acero bañada en bronce, colocada sobre una alfombra tejida en lana de ovino.
En el ambiente, tres de los cuatro muros fueron revestidos con papel tapiz, pero, en uno de ellos, Carlos Maza apostó por emplear un piso vinílico de madera distribuido de manera diagonal. “El diseñador tiene que imaginar cosas y me pregunté por qué no utilizar este material. Da una sensación más calida”, puntualiza.
Publicado en revista Proyecta Ed. 41.
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