Para crear espacios llenos de magia, no siempre es necesario contar con grandes áreas. Así lo demuestra el diseñador de interiores peruano Mario Ramos Julca, quien intervino una sala – comedor de apenas 21 m2, dotándola de una serie de mobiliario y detalles que le aportan dinámica y profundidad visual.
La idea central detrás del proyecto residencial consiste en implementar un ambiente viable para vivir con comodidad en un espacio reducido. Para Ramos Julca, este objetivo se puede lograr si se consigue “diseñar el espacio de manera correcta”.
Dadas las condiciones, se buscó establecer un balance entre la funcionalidad del lugar y el estilo personal de la cliente, una mujer joven, independiente, dinámica e interesada en los detalles.
Ramos Julca señala que asumió el reto de diseñar la sala – comedor contemplando, para los colores, una gama variopinta basada en el morado a pedido de la cliente.
Como punto de partida, se empapeló buena parte del área con un tono crema, pues se trata de un color claro que, además, es muy rico en textura. Las paredes se dotaron con un grupo de espejos incoloros con bisel de 5 mm de colores rectos, con el objetivo de obtener una mayor profundidad visual y repetir el patrón del papel tapiz.
Sala
Para la sala, el diseñador consideró colocar un formato de muebles con líneas curvas, apostando por la sutileza del espacio. Es así que, con dos sofás situados frente a frente, se delimita el área, que a su vez se cierra con dos trianones, pequeñas bancas de estilo francés con detalles de capitoné.
Uno de los sofás se encuentra flanqueado por dos mesitas laterales de estilo geométrico, que lo ubican como el centro de atención. Sobre estas, se dispusieron dos piezas idénticas hechas con vidrio soplado, que aportan los toques requeridos por el espacio.
Un volumen importante con espejos a cada lado constituye la mesa de centro. Cada lámina es incolora, biselada, y refleja sutilmente el patrón de diseño de la alfombra, la cual fue creada exclusivamente para el proyecto, empleando lana de ovino como insumo principal.
Resalta además la armonía de colores en todos los detalles del diseño, que se evidencia en los cojines, velas, florero, adornos de pared, entre otras piezas.
Comedor
Para el comedor, se optó por incluir una mesa circular para seis personas. Llama la atención, en especial, la estructura de su base, trabajada con acero pulido. Las sillas, por su parte, fueron tapizadas con un tono uva que les aportan un mayor peso visual.
Un mueble auxiliar enchapado en espejo incoloro y biselado fue empleado para complementar el área. Sobre el mismo, un marco superpuesto en pátina de oro viejo se posiciona como un detalle que aporta un look diferente y contemporáneo al espacio.
Al otro extremo encontramos el detalle artístico del proyecto. Una pieza trabajada en cristal incoloro laminado que alude a una de las portadas de la revista Vogue, inspirada en los trabajos del ilustrador peruano Reynaldo Luza.
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