La imposibilidad de alcanzar el acceso universal a los servicios de saneamiento no puede atribuirse a la falta de recursos, naturales ni económicos. Se trata más bien de la persistencia de un modelo regresivo e insostenible de inversión y gestión que reproduce un verdadero “círculo perverso” del agua, aseveró la Cámara Peruana de la Construcción – Capeco.
Debe recordarse que alrededor de 3 millones de peruanos carecen del servicio de agua potable por red pública y algo más de 7 millones no disponen de redes de alcantarillado. La “tarifa” que pagan las familias que no se proveen de agua a través de redes domiciliarias – recurren al “aguador” como en el siglo XIX – puede llegar a ser hasta seis veces más alta que la que se les cobra a familias que sí cuentan con estas redes.
Para terminar con este círculo vicioso, el gremio propone desarrollar una estrategia integral con enfoque territorial. En primer lugar, es indispensable promover la fusión de EPS (actualmente son 50, de las cuales 5 están en Puno y otras tantas en Cusco) para ganar economías de escala y aprovechar mejor las fuentes de agua. Además, se debe modificar la conformación y competencias de los actuales Consejos Directivos de las empresas, que propician un manejo politizado y fragmentado. El modelo de las Cajas Municipales podría servir de referencia para garantizar una gestión eficiente de estas instituciones, puntualizó.