Los bancos suizos del diseñador argentino Alfredo Häberli tienen la virtud de ofrecer una función extra o un valor añadido.
Uno de ellos, denominado El Poeta, permite escribir o comer con el apoyo de una mesa. El Banquero, por su parte, tiene una sección para apoyarse, considerando que pasa mucho tiempo sentado.
El Filósofo se inspira en las personas que necesitan tranquilidad visual y acústica, mientras que El Solitario tiene un diseño individual. Los bancos tienen patas de acero y asientos con chasis tribular, cubiertos con hoja de acero perforada.